Mujer

15/6/2018

Sobre el protocolo de género y la organización independiente de las mujeres en la Universidad de Rosario

Desde principio de año, un grupo de compañeras estudiantes de la Facultad de Humanidades y Artes comenzamos a organizarnos de manera independiente frente a numerosos casos de abuso de poder por parte de un docente de la camarilla en Bellas Artes y la completa inacción cómplice de la Comisión de Género de la Facultad, que responde al  Consejo Directivo, montada a esos fines.


La misma existe desde 2016 y es un apéndice del Consejo Directivo donde priman las  camarillas, lo que explica la protección sistemática que tuvo el acosador, perteneciente a la camarilla docente de Franja Morada. La comisión nunca tuvo un presupuesto asignado ni se encarga de resolver las condiciones materiales que originan la desigualdad y la violencia hacia las mujeres en la universidad: régimen de cursada y licencias para estudiantes madres, jardines infantiles, talleres de formación integral al respecto de la violencia contra la mujer.


En realidad, la Comisión de Género ha servido para lavarle la cara al decano José Goity y al rector Héctor Floriani, a quienes se considera autoridades con “perspectiva de género” por la existencia de estas comisiones en distintas facultades. Sin embargo, ellos son los principales responsables de que se haya aprobado un presupuesto sin partida para dichas comisiones, que se encuentran completamente vaciadas. En el caso de Humanidades, las pocas iniciativas que tiene se financian ¡con la caja negra de posgrados y pos títulos pagos! 



El protocolo de la Coad 


Hace un año el sindicato de los docentes universitarios, Coad, presentó un proyecto que se aprobó recientemente, para que se aplique en toda la Universidad de Rosario (UNR) un “protocolo para la violencia de género”. Tal proyecto plantea la posibilidad de abrir sumarios a partir de “comentarios sexistas, misóginos o que impliquen una degradación de la mujer”, sin distinguir y equiparando el accionar y las situaciones. No importa si se trata de docentes, no docentes o estudiantes. Estas decisiones quedan a cargo de una 'experta' elegida por un concurso a cargo del Consejo Directivo, es decir, por las mismas fuerzas políticas y sociales que dirigen la Facultad. Esto abre la puerta a la manipulación con fines ajenos a la problemática de la mujer, dejando en manos de quienes detentan el poder universitario la posibilidad de sancionar a estudiantes y trabajadores de la educación. O, por el contrario, preservando docentes afines a la camarilla, ya que hace abstracción de las relaciones de poder institucionales. El proyecto de un sindicato debe partir de separar al trabajador de la patronal, colocando en manos de las y los primeros la deliberación y resolución de la problemática, incluso si supone separar del cargo a un docente que abusó de su poder frente al estudiantado.  


Las manipulaciones comienzan ya en el propio procedimiento de la denuncia que se propone vía mail. Una vez recibido el correo electrónico, la referente 'experta' decidirá si es pertinente la denuncia o no, si es pertinente una reunión personal o no. Es decir, una regimentación de las denuncias, colocando en manos de una persona que responde directamente a las autoridades, si se prosigue o no con la denuncia y la derivación que pueda tener: con el poder que le otorga la universidad, echar y/o abrir sumario al denunciado/a o en el caso contrario, desestimar una denuncia. Además, no hay claridad sobre los horarios de atención, que actualmente son dos veces a la semana en franjas horarias reducidas.


Junto con esto, en un articulado poco claro que sigue la letra del protocolo ya vigente de las autoridades de la UNR -como en casi todo el texto- se establece una consulta judicial preventiva, que sólo sirve para cubrir legalmente a la universidad ya que el seguimiento y la correspondiente prosecución del trámite queda nuevamente a criterio de la 'experta'.


Por la organización independiente


La conducción del Centro de Estudiantes de Humanidades y Artes, Mate Cocido, que además dirige la secretaría de género del Centro, no ha hecho nada frente a las denuncias de las estudiantes ni ha abierto ningún curso de debate al respecto de la temática. Incluso abordaron la lucha por el aborto legal de manera tardía e inconsecuente, y esto sólo porque el FIT tomó importantes iniciativas en Humanidades que los dejaron al descubierto respecto de su inscripción en  el campo político del PJ y el Papa.


Párrafo aparte merece la política de los compañeros del PTS, ya que de manera inexplicable defienden lo actuado por una comisión de género fantasmagórica, que responde al Consejo Directivo y sólo sirve para que las autoridades hagan gárgaras en nuestro nombre y con nuestras problemáticas mientras sostienen a un docente acosador.


Desde la UJS y el PDT entendemos que las estudiantes y mujeres de la facultad debemos apuntar nuestras reivindicaciones y sostener nuestra organización independiente de las autoridades, que junto con la movilización y las iniciativas que tengamos, son nuestras herramientas para dar pelea contra los abusos de poder y la conquista de nuestras demandas.


Planteamos: 


Centro integral de la Mujer,  con atención las 24hs, los 5 días de la semana, con un equipo interdisciplinario (psicóloga, médica, asistente social, abogada) en planta permanente y seleccionada mediante bolsa de trabajo de los profesionales egresados de la UNR, que asista los casos de violencia contra la mujer y de género, bajo control de las organizaciones de mujeres, en cada unidad académica y financiado por presupuesto de la universidad.


Basta de vaciamiento. Reclamamos a la Mate Cocido que convoque a la Secretaría de mujer y géneros del Centro de Estudiantes para abrir un debate y un curso de acción en defensa de las estudiantes.