En esta segunda jornada del Congreso del Plenario de trabajadoras, con más de 8.600 inscriptas en todo el país, se llevó adelante la comisión de “Planes de Empleo y Trabajo Precario”. Allí, las mujeres más golpeadas por la crisis participaron comentando sus experiencias de lucha y proponiendo una batería de iniciativas para organizarse por trabajo genuino contra un gobierno que hambrea a los trabajadores y a la población femenina en particular.

Muchas son trabajadoras esenciales de los comedores barriales, otras vendedoras ambulantes o trabajadoras estatales precarizadas. La mayoría tiene en común que el aumento de los precios, el ajuste y la pulverización de los ingresos las obligó a salir a luchar por sus condiciones de vida.

Soledad Rodi hizo énfasis en el limitado alcance de la Tarjeta Alimentar y remarcó que “hay madres solteras que tienen un trabajo, sin embargo, no les alcanza el sueldo y se quedan afuera de la tarjeta alimentaria”. También denunció el difícil acceso a programas sociales como el Potenciar Trabajo, cuyo monto está por debajo de la línea de indigencia.

 

Por su parte, Evelyn se detuvo en el problema de la vivienda y la crisis habitacional que se vive en las barriadas, señalando que “hay familias que no tienen casas, están en chapas, estaría bueno que haya un plan para sacar un crédito para hacer su casa y la ayuden”.

“Este año nosotras no tuvimos cuarentena porque tuvimos que salir a la calle a luchar por nuestras reivindicaciones” puntualizó Ale de Merlo. “No podemos quedarnos en nuestras casas ante el enorme ajuste que hay porque el gobierno no nos da las ayudas económicas que necesitamos para vivir”, agregó.

María describió la enorme discriminación que sufren las mujeres migrantes a la hora de conseguir trabajo y un lugar para vivir. “Somos extranjeras paraguayas no consigo alquiler porque me piden muchos requisitos, tuve que venir a una toma a entrar a ocupar en un lugar donde estoy haciendo mi casita de a poco”, señaló.

“Hoy en día mucha gente trabaja en negro, sin los beneficios de estar en blanco, y una tiene que aceptar porque es muy difícil encontrar trabajo” comentó Celia Roldan. Otra compaña retrató su experiencia como vendedora ambulante y remarcó que “hoy me toca vender en la calle y siempre tuve el abuso de la parte policial y los municipios”.

Estos fueron algunos de los testimonios que recorrieron la comisión. El debate y las resoluciones sin duda son un insumo para reforzar la lucha por un seguro al desocupado de $40.000, salario equivalente a la canasta familiar y el pase a planta permanente para todas las compañeras. El sábado a las 15 hs. tendrá lugar el plenario de cierre del congreso donde se pondrán en común todas las conclusiones de cada una de las comisiones para avanzar por conquistar la agenda de las mujeres trabajadoras contra la política fondomonetarista del gobierno que nos hunde en la pobreza.