Siete meses atrás, Nilda Nuñez moría salvajemente descuartizada en manos de su marido, en la comuna de Tolhuin de la provincia de Tierra del Fuego. El homicida fue detenido por la Policía Provincial tras doce días de la desaparición de la víctima y tras el allanamiento de su casa, en la cual se encontraron partes de su cuerpo.

 

Nilda tenía 25 años, dos hijos, un embarazo en curso y había realizado numerosas denuncias por violencia de género. El Estado es responsable dado que jamás intervino ante las denuncias.

 

Días después del femicidio, sus hijos de 2 y 6 años fueron enviados a Formosa junto a sus abuelos maternos. Estos niños han sido abandonados por los gobiernos de Formosa y Tierra del Fuego, que no siguieron el caso ni brindaron la asistencia psicológica y económica que deberían haber realizado. Como resultado, los chicos viven hoy una situación de precariedad muy compleja.

 

Desde el Plenario de Trabajadoras exigimos el acompañamiento terapéutico necesario, solución habitacional y contención económica para los hijos de Nilda.

 

Por Nilda y por todas las mujeres víctimas de femicidios es que el 8 de marzo también paramos porque el Estado es responsable.