Mujer

2/2/2017

Tres Arroyos: su ex pareja le dejó un misil junto al termotanque como amenaza

Una mujer fue agredida por su ex pareja con un artefacto militar


Lucrecia Virginia Conde convivió con un misil en su casa durante dos días. Su ex pareja lo había dejado junto al termotanque del lavadero de su casa como amenaza.


 


Así se lo hizo saber su ex pareja via mensajes de texto:“Viste lo que te dejé eso fue por puta traidora”, “nadie te cree por eso estoy libre”, “voy a matarte ya nada importa te voy a matar hija de puta yo te dije sos mi propiedad”, le dijo Hugo Gastón Panella, quien al parecer consiguió el misil en la Base Militar Azopardo (Azul) donde trabajaba como soldador. Tras el allanamiento a la vivienda del violento encontraron varias armas y municiones, que se presume también obtuvo en dicha base.


 


Lucrecia contaba con una orden de restricción de acercamiento contra Panella por hechos de violencia que la involucran a ella y su pequeña hija, sin embargo las autoridades no le creyeron cuando denunció la presencia de un explosivo en su hogar.


 


El artefacto, un misil de 60 centímetros, finalmente fue detonado en un lugar alejado por la Brigada de Explosivos de Bahía Blanca. La responsabilidad del Estado es insoslayable: no sólo había una orden de restricción incumplida. Cuando reportó el artefacto militar le contestaron “podría ser una réplica o adorno”. 


 


Apenas encontrado el artefacto explosivo, comenzaría la otra odisea de Lucrecia, la que debió lidiar con las autoridades que le recibieron la denuncia. "Fuimos (con su abogada) a la Comisaría de la Mujer y no me quisieron tomar la denuncia porque decían que no teníamos testigos. Nos mandaron a la Comisaría Primera y ahí nos pidieron una foto que fue enviada a la gente de Explosivos de Bahía Blanca que, a la mañana, vino y lo sacó", recordó, antes de analizar que pasó toda la noche en la casa, con custodia, pero con la bomba en su lavadero. "Yo pasé toda la noche con el explosivo acá y el termotanque encendido, pero la policía me dio custodia todo el tiempo" (La Voz del Pueblo, 25/1).


 


Ella relata una historia de violencia de género resultante del maltrato recibido por parte de su marido contra ella y la hija de ambos de cuatro años: "Cuando decidí denunciarlo, me sacaron a la nena porque él me pegaba. Fue una medida de resguardo hacia la menor, que ahora vive con un familiar mío, ya que (la niña) no podía vivir en una casa donde se vivía violencia de género. Vio cosas que no debió ver nunca", agregó.


 


La mujer fue revictimizada y abandonada a su suerte: “pasé una noche muy asustada y por mi casa no pasó ni un móvil. Vivo una pesadilla y no es justo que viva estas cosas por un animal”, expresó Lucrecia a los medios de comunicación en pedido de ayuda el mismo día en que se dio a conocer su caso públicamente. La joven de 29 años, que trabaja como empleada doméstica, recibió ahora un botón antipánico que sin garantías respecto de la exclusión del violento del hogar, es un dispositivo inútil. Lorena denunció que Panella continúa amenazándola y el patrullero no pasa.


 


Exigimos que el gobierno municipal proteja la vida de Lucrecia y su pequeña hija. 


 


Ni Una Menos. El Estado es responsable