Johana fue vista por última vez el 26 de julio a la noche en 1 y 63, donde se encuentra la zona roja de La Plata. Llevaba un pantalón de jean oscuro y zapatillas blancas. La familia denuncia que no llevaba ni DNI ni SUBE y que había quedado en cenar esa misma noche con la madre.

 

Al día de hoy se han realizado algunos allanamientos, pero sin ningún resultado. A casi un mes de su desaparición, la carátula de la causa sigue siendo averiguación de paradero. Las abogadas de la familia presentaron del pedido de cambio carátula a "desaparición de persona" ante la fiscalía Nº 2, a cargo de Betina Lacki.

 

“Johana no se fue porque quiso, a Johana no la están dejando volver”, denuncia Marta, la madre de la joven.

 

Las sospechas apuntan a la comisaría de la zona donde desapareció, denunciada en reiteradas oportunidades por casos de venta de drogas, coimas y repudiada por las razzias habituales a las chicas trans y travestis.

 

Es escandaloso que haya pasado un mes y la justicia no haya avanzado en absolutamente nada sin brindar dato alguno a su familia. Cuando avanza la violencia hacia las mujeres, y en particular a las pibas de los barrios que se encuentran en situaciones más vulnerables, el Estado muestra ya no su inoperancia sino su complicidad.

 

Desde el Plenario de Trabajadoras nos sumamos a la lucha por la aparición de Johana Ramallo, ya se han pronunciado el Suteba Ensenada, las JI internas combativas y Centros de estudiantes. El viernes 25, a las 16, movilizaremos desde la fiscalía hasta la Gobernación.

 

La campaña por la aparición crece junto con la fortaleza de su familia que sabe que el camino de la lucha es fundamental para que aparezca Johana.