Mujer

3/3/2017

Una docente denuncia grave caso de violencia por Youtube


"No quiero llegar a estar muerta o internada gravemente en un hospital para que alguien tome cartas en el asunto. Mi vida corre peligro, la de mis hijos también, merezco vivir en libertad" relata en un vídeo testimonial Grisela Almáraz de 37 años, docente y vecina de Lanús. Desde 2014 vive amenazada por Fernando Miguel Barboa pese a las sucesivas denuncias que realizó y las restricciones perimetrales que pesa contra el hombre.


 


"En un principio me enamoré de él, confié en él", cuenta en la publicación que realizó en YouTube, donde reconoce que tras el primer episodio de violencia supo por medio de la ex pareja de Balboa que su novio era un golpeador. "No le creí porque estaba perdidamente enamorada. El 18 de abril de 2015, luego de una semana de distancia (…) decidí tomar una clase de baile. Cuando regresé a mi casa me encontré que estaba en la vereda y cometí el error de dejarlo entrar a mi auto (…) comenzó a golpearme, escupirme, gritarme, preguntando dónde estuve y qué había hecho. Le dije la verdad a medias, que había ido a una clase de baile pero con una profesora mujer, lo que fue peor, porque revisando mi teléfono se dio cuenta de no era cierto, con lo cual los golpes fueron cada vez mas intensos. Me obligó a ir a la casa de su mama (…) allí secuestrada, me tiró Cif en el cuerpo, continuó con los golpes, me dejó marcas. Ahí hice la segunda denuncia contra Fernando, lo único que obtuve fue lo mismo que tengo ahora: una restricción perimetral que él no respeta, que no le importa" describe Grisela en un testimonio que retrata fielmente el estado de indefensión que padecen las mujeres víctimas de violencia que realizan denuncias, sistemáticamente desamparadas por las instituciones formalmente encargadas de protegerlas. 


 


El calvario de la docente continuó luego de que se reconciliara con el violento: "creí en él, como tantas otras mujeres creí que podía cambiar (…) tomé la decisión de hacer un viaje, cuando regresé nuevamente me volvió a pegar, nuevamente denuncia, perimetral". No obstante ello, Barboa continuó con los ataques, rompiendo el portón de su casa y vandalizando el auto de Griselda: "revisando mi Facebook se acercó a mi domicilio y me preguntó si había ido a una clase de baile, le dije que sí, entonces tiró un adoquín sobre mi auto". La intrusión fue mucho más allá: "en enero 2017 en un viaje hacia Aguas Verdes, comenzó a llamarme desde la línea del teléfono de mi casa, entró a mi domicilio como un ladrón y comenzó a hostigarme desde mi propia línea telefónica (me) amenazó diciendo 'voy a prenderte fuego la casa, la voy a explotar'", hostigamiento que se extiende a todas las personas que quieren acercarse a ella según cuenta. 


 


"Lo único que me queda es escracharlo, Fernando Miguel Balboa amenaza con matarme", dice Grisela. "(Balboa) jamás, ni una vez, fue entrevistado por un fiscal, juez, ni perito psiquiátrico, nada. La única que se pasa visitando juzgados, defensorías, fiscalías, el estudio de mi abogada, soy yo. Él cuenta con total impunidad", lo que da cuenta de una denuncia recurrente respecto de que bajo el actual sistema el cuidado recae sobre las propias víctimas. "Mis únicas herramientas para defenderme son este video, la perimetral y la cámara para filmarlo por si se acerca a mi domicilio", vaticina y acierta, tal como queda documenta en un video que se reproduce inmediatamente después del primer testimonio, donde se ve la incursión de Balboa, con golpes, gritos e insultos, sobre el portón de la puerta de casa de la docente. 


 


Nos solidarizamos con Grisela y exigimos que, con independencia de la jurisdicción, se disponga de todos las medidas para garantizar su seguridad, la de sus hijos, familia y allegados. Hacemos responsables a las autoridades de la vida e integridad física y espiritual de las víctimas.


 


Ni una Menos. El Estado es responsable.