Luego de que las trabajadoras de la Dirección General de la Mujer y la Línea 144, dependientes del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, denunciaran las condiciones en las que se encuentran trabajando y que hasta la fecha no habían cobrado sus salarios, en el día de ayer, producto de su organización y la lucha que dieron –y que en el caso de la línea 144 incluyó un paro de sus tareas-, lograron que se le depositen los salarios.

Se trata de una importantísima primera victoria de las trabajadoras que, frente a los atropellos de los directivos del ministerio, decidieron organizarse y reclamar por sus derechos.

Sin embargo, esto es tan solo un primer paso. Como han denunciado, sus salarios son de miseria, superando apenas los $25.000 (en algunos casos es menor aún), bajo modalidades de contratación absolutamente precarias, dado que se encuentran tercerizadas con contratos de asistencia técnica con la UBA. Ello como resultado de los grandes negociados que la Ciudad desarrolla con dicha Universidad, atacando de conjunto todo derecho en materia laboral de las trabajadoras y trabajadores.

Igual de precarias son las condiciones en las cuales atienden a las mujeres que, frente a situaciones de violencia, buscan ayuda del Estado.

El Ministerio debe dar respuestas a todo el resto de los reclamos que las trabajadoras han realizado: el fin de toda precarización y el pase a planta permanente; aumento salarial acorde a las tareas que se desarrollan y que no se coloque por debajo de la inflación; provisión de los elementos necesarios para que puedan desarrollar plenamente y de forma segura sus tareas; implementación inmediata de protocolos para casos de Covid-19 en todos los refugios y casas de medio camino.