Villa 31, un muro que no es el de un ‘country'

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-Exclusivo de internet
En la Villa 31, el jueves pasado se desarrolló un corte de 12 horas que paralizó durante todo el día una arteria estratégica de la Ciudad, cuando el reclamo podría haber sido solucionado en minutos: dos vehículos de transporte escolar, necesarios por la falta de recursos y la inseguridad reinante.
El gobierno de Macri tomó el reclamo como una extorsión, a la que podían recurrir otros sectores de la Ciudad. El ministro Bullrich declaró que no correspondía llevar estudiantes afuera de la Comuna 1, sin importar que los reclamantes no habían conseguido vacantes en la zona.
Los conflictos de este tipo en la Villa 31 son recurrentes. En estos últimos meses, hubo varios cortes para reclamar la entrada del Same. Macri dice que hay punteros K detrás de las protestas.
Lo cierto, sin embargo, es que ni el kirchnerismo ni el macrismo han dado pasos reales en la urbanización de la Villa 31, pues apuestan a futuros emprendimientos inmobiliarios en esos terrenos. En la Legislatura no movieron un dedo.
Esta línea de hostigamiento se manifiesta también en el muro que se está levantando en los límites con la terminal de ómnibus. Los progres K alegan que el muro evitaría nuevas ocupaciones de terrenos. Mientras tanto, todos los reclamos del barrio (como el gas, el tendido de agua y las instalaciones cloacales) están postergados.
En esta ocasión, el gobierno echo mano del ex militar Sergio Berni, convertido de repente en el nuevo secretario de Seguridad. Este logró el levantamiento del corte con la promesa de ir a la Justicia -otra ‘bicicleta'.
Abajo el muro, que se pongan los micros y se asegure el ingreso de las ambulancias. Por un plan de urbanización controlado democráticamente por los vecinos del barrio.