Fabiana fue una referente del movimiento de mujeres y de la lucha por los derechos humanos no solo en Chacabuco sino también en La Plata, Córdoba y Tierra del Fuego, lugares que habitó durante varios años. Psicóloga social de profesión, se desempeñó dando talleres en barrios y escuelas, y en los últimos años se dedicó casi de lleno al socorrismo, a la militancia por la legalización del aborto seguro y a denuncias de sobrevivientes de abuso sexual. Una de sus tantas luchas tuvo como resultado la fundación de la comisaría de la mujer y la familia en Chacabuco.

Fabiana era, como se llamaba a sí misma, una sobreviviente. Le puso el cuerpo a la lucha por el socialismo en épocas oscuras para los nuestros, sostuvo a su familia durante la detención de su compañero, escapó de la violencia de género y mantuvo sola a sus hijas durante muchos años. Fue madre y amiga de muchísimas mujeres violentadas por sus parejas, sostuvo cientos de manos durante el doloroso proceso del aborto en clandestinidad, y dedicó hasta el último momento de su vida a denunciar los abusos y las violencias que descarga el estado sobre los cuerpos de las trabajadoras y el colectivo LGBT.

Decía ser “una anarquista sin saberlo”. Siempre fiel a sus ideales y convicciones, en la actualidad integraba la colectiva independiente Rama Negra, la organización contra el abuso sexual Mucas, era Socorrista dentro de Las Elviras y formaba parte de Las Tejenderas.

En su juventud fue una importante militante y constructora del Partido Obrero en varias regionales, junto a sus hermanos y su compañero, el recordado “Negro” Salvador. Eran de los primeros en salir en la famosa camioneta del PO a repartir volantes. “En los hornos de ladrillo están los compañeros a los que debemos llegar” repetía en plena actividad. Desde la camioneta, que solo doblaba a la izquierda, sus característicos rulos volaban a la par de los folletos.

A pesar de las diferencias que la llevaron a dejar la militancia partidaria, Fabiana nunca dejó de colaborar y siempre estuvo a disposición de lxs compañerxs de la regional Chacabuco del Partido Obrero, ayudando con la conformación de listas y acompañando, desde su posición independiente o junto a las organizaciones que integraba, cada actividad que se propusiera en pos de visibilizar las violencias y defender los derechos de nuestra clase.

La vida de Fabiana fue, sin dudas, invaluable. El dolor por su pérdida cala hondo en todes quienes tuvimos el honor de compartir las calles con ella, pero su memoria será ejemplo y motor de lucha para sus compañerxs y las generaciones venideras.

Compañera Fabiana Cano ¡hasta la victoria siempre!