Recuerdo perfectamente cuando nos conocimos, terminaba una asamblea de Aten y vos me paraste para preguntarme cuando te iba a invitar a una charla del Partido Obrero. Me contaste que en un volanteo en la calle habíamos tenido un debate y que yo había quedado en invitarte. Sinceramente no lo recordaba, pero cuando me reclamaste la invitación inmediatamente percibí tu sensibilidad. Mi olfato militante me avisaba que ibas a resaltar. Y así fue.

Jugaste un papel de importancia en todas las luchas que compartimos, te curtiste militando a la llama de los piquetes, el debate intelectual, las marchas, las reuniones, los pernoctes en la ruta 22 bancando la huelga de salud, entre muchas otras. Estabas ahí, no te ibas a ir hasta que no salga el sol y entre el relevo. De esa madera estabas hecho.

Del mismo modo se destacaba tu amistad, es que fuimos amigos, muy amigos. También discutimos y nos peleamos. Pero siempre fuimos amigos. Imposible no quererte Fran.

Para muchos de nosotros va a ser un camino muy complejo despedirte. Va a costar mucho.

Pensar en tu optimismo y tenacidad va a colaborar, en tu mirada aguda sobre los problemas y las posibles soluciones también.

Es que no se puede recordarte de otra manera.

Deseo que tú esencia esté siempre con nosotros, que no se vaya nunca.

Abrazo a tu familia, tu hijo, tu compañera Meli y todos tus amigos. Con ellos estaremos cuanto sea necesario.

Por un rato te digo hasta el socialismo y la victoria siempre, más tarde te busco en algún lugar de nuestra historia.

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