Obituarios
29/6/2024
Falleció Alberto Guilis: uno de los siete fundadores del PO
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Alberto Guilis
Alberto Guilis fue uno de los siete fundadores de Política Obrera (organización antecesora del actual Partido Obrero). Las nuevas generaciones del PO lo conocen poco. Pero fue un gran militante en las primeras décadas del Partido. Hombre de gran arrojo e iniciativa, sabía abrirse paso en todos los terrenos. Haría falta escribir una biografía completa –que sería larga- para hablar de su trayectoria como militante y como luchador social y democrático. Esa es una tarea que excede estas líneas y que sería bueno que se realizara para vislumbrar una época entera de la militancia de izquierda en la Argentina. Trataré de hacer una miscelánea de su primer período militante en el PO.
Alberto Anaya fue el pseudónimo militante que utilizó en el PO para enfrentar las represiones de las dictaduras y las patronales.
Ya a los 14 o 15 años fue presidente del Centro de Estudiantes del Colegio Secundario Vieytes. Allí organizó, entre otras actividades, un paro para repudiar el atentado antisemita (secuestro y tortura) realizado por bandas de la derecha criolla (Tacuara) a una joven judía, Graciela Sirotta. Tarea que encaró junto a Roberto Gramar, otro de los siete fundadores del PO, de quien se hizo amigo para toda la vida. En ese entonces comenzó a militar en el Partido Socialista, adhiriendo a la rama del PSA (Palacios). Pero Alberto no podía soportar la hipocresía política. Se contaba la historia de cómo interpeló a un profesor socialista del colegio, porque el socialismo francés avalaba la política de represión y tortura contra el movimiento revolucionario en Argelia, que luchaba por la independencia. Fue evolucionando por diferentes grupos de izquierda. En Praxis terminó de conocer al resto de los compañeros con los que fundarían Política Obrera, pasando por diversas organizaciones intermedias (Reagrupar, etc.) donde fueron afinando sus definiciones programáticas. Alberto era un exponente de la juventud “nacida” a la política revolucionaria con la revolución cubana, adoptando una clara posición antiestalinista y trotskista.
Ya en la Universidad, participó en la creación de la agrupación Frente de Izquierda Estudiantil (FIE) en la Facultad de Ciencias Económicas, donde se destacó también por su activismo.
Ahí en Económicas lo conocí, cuando el naciente PO organizaba cursos de formación política en torno al estudio de El Capital. Participó en la redacción del primer número de la revista Política Obrera y en números posteriores. Era una “máquina” de vender revistas del PO entre todas las relaciones que conocía en su actividad militante.
Alberto se abría camino donde se encontraba. En diciembre de 1965, estalló la gran huelga de los trabajadores municipales de la Capital, contra el gobierno de Illia. Esta huelga sobrepasó la dirección sindical “amarilla” de Pérez Leirós, que se mantenía al frente del sindicato por el apoyo de la gorila “revolución libertadora” y los gobiernos posteriores. Fue una huelga histórica (personal de recolección de residuos, trabajadores de los hospitales, etc.) que fue dirigida por una Comisión de Reclamos, elegida en una asamblea general de más de 10 mil trabajadores. Alberto fue uno de los 11 integrantes de dicha Comisión que dirigió la huelga. Estos dirigentes (en su mayoría peronistas, pero también del PC) fueron echados. Más tarde se logró su reincorporación, pero la de Albert, no (fue entregado por los peronistas Genta y Datarmine que no querían enfrentar la opinión de Alberto y que se transformaron en burócratas sindicales vitalicios).
Durante todo el período de la dictadura de Ongania, Alberto se destacó por organizar clandestinamente a los nuevos contingentes de militantes que se iban incorporando al PO y mantener una fuerte actividad de agitación (actos relámpago en puerta de fábricas, etc.).
Cuando el Partido decidió encarar la tarea de proletarizar a sus militantes (a partir de 1967) para superar la barrera de la represión dictatorial en la actividad en puerta de fábrica, Alberto fue uno de los primeros. Durante 10 años, pasó por varias empresas. En una donde más se destacó, fue en la gran planta metalúrgica de Siam en La Matanza. Allí fue elegido delegado de su sección y desarrolló una vastísima actividad sindical en fábrica y en el gremio, que formó parte del proceso que dio lugar a la famosa Coordinadora Metalúrgica de La Matanza que tuvo destacada participación en la Huelga General de 1975 contra el Rodrigazo del gobierno peronista de Isabel Martínez. Él fue uno de los fundadores de la agrupación sindical clasista “Vanguardia Metalúrgica” (VM) y participó de la fundación del Frente Único Clasista (FUC), coordinadora sindical clasista que creó el PO en 1972.
Alejado de la militancia partidaria del PO, pero siempre solidario (aportaba en las campañas financieras, votaba por las listas del PO y del FIT, etc.) siempre se destacaba por sus actitudes de rebeldía. Siendo destacado profesor de la Universidad de las Madres, no vaciló en romper públicamente con Hebe de Bonafini, cuando ésta apoyó políticamente al general César Milani, nombrado Comandante del Ejército por el gobierno de Cristina Kirchner (Milani estaba acusado por participar de la represión de la dictadura videliana en el norte argentino).
Alberto Anaya es parte de la historia del PO y de la izquierda obrera y socialista. Al cumplirse seis décadas de la fundación del PO, Anaya seguramente habría de estar presente en los actos conmemorativos. Un abrazo solidario a su compañera Raquel, a su hermana Graciela, a sus hijos, familiares, compañeros y amigos.
¡Hasta la victoria siempre Alberto Guilis/Alberto Anaya!