Este 31 de marzo, en horas del mediodía, en la ciudad de Necochea, dejó de existir Daniel Horacio Orieta, compañero del Partido Obrero. También mi amigo. Una enfermedad implacable apagó su vida en pocos meses. Tenía 63 años. Siento que fue demasiado pronto para que nos abandone.

Horacio, como nos acostumbramos a llamarlo, comenzó a militar en nuestro partido, entonces Política Obrera, a principios de la década del 80, siendo un adolescente cuando todavía la dictadura era dueña de la vida y de la muerte en Argentina. Era hermano de Miguel Orieta, una víctima más de las desapariciones de las que fueron victimas 30.000 luchadores obreros y jóvenes. E hijo de Juana Loureiro, aguerrida Madre de Plaza de Mayo, quien luchó hasta su muerte por la aparición con vida de su hijo. Horacio también había sido obrero ferroviario y un accidente lo obligó a jubilarse anticipadamente. Más tarde se ganó la vida como obrero de la construcción, actividad en la que se destacaba por sus conocimientos y capacidad.

Militando en el Partido Obrero ocupó en varias ocasiones la dirección del comité del Partido en Florencio Varela y también fue candidato de nuestro partido y del Frente de Izquierda. Por supuesto que aquello que lo llevó a incorporarse a nuestro partido, a saber, la lucha por la defensa de los derechos humanos, lo hizo ser parte de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de esta ciudad, siempre con la comprensión de que la lucha por las libertades democráticas iba a encontrar su cabal y completa satisfacción en una sociedad sin explotadores ni explotados. En ese terreno de lucha fraternal logró ganarse el respeto y el afecto de quienes junto con él luchaban y luchan por tan nobles propósitos. Nuestro partido, los trabajadores y jóvenes haremos que esa lucha de la que participó Orieta se transforme en victoria, enfrentando y derrotando al gobierno negacionista y ultraderechista comandado por Milei.

Sentiremos el vacío de tu ausencia, querido Horacio (para nosotros), Daniel para muchos; siempre hemos valorado tu integridad. Y desde aquí mandamos nuestras sentidas condolencias a su compañera Anahí, a sus sobrinos Fernando, Cintia y Sergio, y a todos aquellos que lo han sabido cuidar en sus últimos momentos.

Daniel Horacio Orieta ¡Hasta la victoria siempre!

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