Opinión

27/12/2022

internacionales

Apple y la guerra de los semiconductores de computadora

La pandemia devela la dependencia de Apple de la explotación de los trabajadores chinos.

Iphone City en Zhengzhou.

La dependencia que tiene Apple de China fue noticia estos días por una doble vía. Por una parte la fábrica Foxconnnn en Zhengzhou donde se ensamblan los iPhone. Con la expansión de los contagios de Covid y retraso en los pagos se produjo una protesta y rebelión obrera que llegó a enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de la empresa por las condiciones de confinamientos en la que viven los más de 200 mil trabajadores en la planta llamada “iPhone City”.

Los diarios oficialistas de China (Global Times, ChinaDaily) se refirieren tangencialmente a las protestas y anunciaron medidas gubernamentales relajando las restricciones impuestas a la circulación por la política de Covid Cero, en grandes ciudades; universidades y el transporte público.

Nueva ola de contagios en China

El levantamiento de los confinamientos ha impulsado el aumento de los contagios de Covid y varios medios informan incremento de muertes, que el gobierno no informa.

La producción fue interrumpida parcialmente en “iPhone city”, lo que complicó la entrega de los nuevos modelos de iPhone cuando la demanda aumenta por las ventas navideñas. La empresa Foxconn está trasladando el ensamble a otros países, pero “más del 95 por ciento de los iPhone se ensamblan en China, y pasar la producción a India, Brasil y el sudeste asiático llevaría años”.

Apple pasó la mayor parte de la pandemia sin interrupciones en la producción y con ganancias en crecimiento. Pero eso cambió con la nueva ola de contagios y las protestas de los trabajadores en la planta de Foxconn. Las interrupciones de los envíos generan “pérdidas de aproximadamente mil millones de dólares a la semana por ventas perdidas de iPhone…” (ídem).

Se estima que la producción de iPhone se verá reducida entre 8 y 10 millones de unidades, lo que recortará los beneficios de los accionistas de Wall Street. Las acciones de Apple han caído una quinta parte en el año. Debemos recordar que es la empresa de mayor capitalización y que luego de haber alcanzado 2,94 billones de dólares (10/12/21) hoy está en 2,07 billones.

Apple ha pasado de ser el principal impulso de ganancias y subas de Wall Street a presionar el mercado hacia las pérdidas, cayendo en su cotización más que los índices de las empresas tecnológicas (Nasdaq).

La guerra de los semiconductores

La dependencia de Apple de la producción fuera de Estados Unidos también se extiende a los productos más sensibles de los iPhone, Macs iPad, los semiconductores que fabrica TSMC en Taiwán, del cual es el principal cliente.

Apple estudió usar también chips fabricados en China por Yangtze Memory Technologies. Pero encontró una fuerte oposición del Senado de Estados Unidos y luego la empresa fue incluida en una “lista negra” por el gobierno de Biden impidiendo que Apple use sus productos.

“Apple está jugando con fuego”, dijo el senador Rubio, “no podemos permitir que las empresas chinas endeudadas con el Partido Comunista entren en nuestras redes de telecomunicaciones y en los iPhone de millones de estadounidenses”. El senador Rubio sin embargo no cuestiona el uso de los semiconductores de última generación que produce TSMC en Taiwan (Taiwan Semiconductors Manufacturing Comp).  El objetivo del Senado y gobierno de Estados Unidos es impedir el avance tecnológico de la industria china por todos los medios.

Diversos análisis coinciden en el relativo retraso de Estados Unidos en la producción de semiconductores. Un trabajo de la Universidad de Harvard concluye que Estados Unidos participa en el mercado global con el 12 por ciento, mientras que “la participación de China en capacidad mundial de fabricación de semiconductores ha superado la de Estados Unidos con el 15%, frente a menos del 1% que tenía en 1990”. Y la Asociación de la Industria de Semiconductores “proyecta que durante la próxima década, China desarrollará el 40% de la nueva capacidad global y convertirse en el fabricante de semiconductores más grande del mundo, con el 24% del mercado”.

Biden avanza en la colonización de Taiwán

La empresa TSMC con sede en Taiwán se ha convertido en la mayor productora de chips avanzados. Es el principal proveedor de semiconductores para Apple, Nvidia, AMD, Intel y a la industria de armamentos Estados Unidos.

Las tensiones de Estados Unidos con China han tenido un crecimiento con el gobierno de Biden. Mientras que el gobierno de Donald Trump impuso sanciones a Huawei y prohibió la venta de chips fabricados por TSMC, el gobierno de Joe Biden avanza en sanciones a decenas de empresas de China trabando la provisión y fabricación de chips, software y equipos con la “ley de chips”.

Un trabajo publicado por la Escuela de Guerra del Ejército dice que el gobierno debe: “Disuadir a China de invadir Taiwán”, es necesario que “que Washington cambie su política de larga data de ‘ambigüedad estratégica’ por ‘claridad estratégica’ a favor de Taipéi”.

Con la excusa de una eventual invasión de China a Taiwán, el gobierno de Biden está desarrollando una guerra preventiva, enviando equipo militar a la isla y estrechando lazos con sus gobernantes al margen de China. Estados Unidos aprobó venta de armas que incluyen misiles antibuques, y antiaéreos.

El “Congreso aprobó la Ley Chips de 2022 para promover la radicación, que incluye subvenciones para la fabricación de semiconductores, inversiones en investigación y un crédito fiscal a la inversión para la fabricación de chips”. Esta ley alentó a TSMC a anunciar la construcción de dos plantas en Estados Unidos (Arizona) que comenzarían a producir en 2024.

De las prohibiciones a Huawei a las sanciones a China

Luego de las sanciones a Huawei que impuso el gobierno de Donald Trump al bloquear el acceso de productos producidos por TSMC, el gobierno de Joe Biden extiende la prohibición de acceso a decenas de fábricas chinas a insumos y equipos fabricados en Estados Unidos, y todo el mundo. Con el objetivo declarado de aislar a China impedir su desarrollo tecnológico y paralizar la economía. Estados Unidos está presionando a ASML, una fábrica de Países Bajos de equipos avanzados para producir semiconductores para que deje de vender sus productos a China.

Las sanciones incluyen en la “lista negra” a “Yangtze Memory Technologies Co, la más importante empresa china de semiconductores, que se estima controla entre el 5 y el 6 por ciento del mercado mundial de memoria”. Las sanciones no solo afectan a China, sino a usuarios en todo el mundo, quebrando la cadena de suministros. Fábricas de Samsung en China también han sido incluidas en la “lista negra” que tienen un plazo para recibir insumos y luego dejarán de recibir equipos e insumos del exterior.

Estados Unidos está intentando organizar una alianza “Chip4”, con Japón, Corea del Sur y Japón. una alianza de cadena de suministro de semiconductores para bloquear el acceso de China a la última tecnología. Aún no se ha formalizado ante el alto impacto económico al obligar a sus industrias a perder a China como cliente.

Los semiconductores arma de guerra

Jake Sullivan asesor de seguridad nacional del presidente Biden dice que las sanciones a Rusia “han demostrado que los controles de exportación de tecnología pueden ser más que una simple herramienta preventiva… pueden ser un nuevo activo estratégico de herramientas de EE.UU. y sus aliados”. Las sanciones a Rusia son el campo de experimentación de armas, bloqueos, sanciones que ahora se están aplicando contra China.

Las sanciones contra China son una guerra “preventiva” que afectará a la industria de suministros global. “Las nuevas medidas están destinadas a detener a las empresas chinas de chips en sus niveles actuales de progresión”. Apple logró un gran avance en China gracias a las sanciones de Donald Trump a Huawei. Los iPhone de Apple alcanzaron el primer puesto en ventas en teléfonos inteligentes ante la imposibilidad de Huawei de fabricarlos por falta de semiconductores producidos por TSMC en Taiwán.

Ahora la apuesta es bloquear a China en la fabricación y comercio de un insumo crítico, los semiconductores. El gobierno de Joe Biden ha declarado una guerra comercial a China. Un columnista del Financial Times dice: “Una superpotencia le declaró la guerra a una gran potencia y nadie se dio cuenta.”

“… la República Popular China en el país y en el extranjero está promoviendo una visión antiliberal en los ámbitos económico, político, de seguridad y tecnológico en competencia con Occidente. Es el único competidor que tiene tanto la intención de remodelar el orden internacional como la creciente capacidad para hacerlo” dice Jake Sullivan, el asesor de Biden y la guerra para impedirlo ya comenzó.