Opinión

5/6/2020

Brasil: hablando de frentes

Enviado desde Río de Janeiro

Existen muchos frentes contra el gobierno: frente antifascista, frente democrático y “frente amplio”, entre otros. No es fácil ser parte de uno de ellos porque si, por un lado, la idea central es sacar a Bolsonaro, por otro, estos movimientos pueden retirar el poder del gobierno para colocarlo en mano de oportunistas o sectores de derecha, recomponiendo así el poder político que sirve de apoyo al sistema.


Pero, al final, ¿no tendríamos que hacer un frente con “todos” y que prevalezca, así, la idea del impeachment?


Ese proyecto de hacer un frente con todos es lo que normalmente acaba sucediendo y es culpa de esta política que acaba desarmando un movimiento y permitiendo el ascenso de grupos oportunistas que, si bien quieren eliminar al enemigo central, apuestan a la reconstrucción de las fuerzas pro burguesas como sucedió con Collor, cuando Itamar Franco asumió en un gobierno que reunió personalidades como Ciro y Erudina, mostrando un abanico de políticos de centro y centro izquierda, para disfrazar el sentido de clases del gobierno. Vale recordar que después de ese fenómeno el país padeció dos gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, con políticas neoliberales donde la clase trabajadora sufrió sistemáticamente ataques y donde el patrimonio público (como Vale) fue vendido “por dos pesos”.


Cuando escuchamos propuestas de tipo demasiado abiertas tenemos que abrir los ojos y prestar mucha atención en dos puntos centrales: quién forma parte de esas alianzas y cuál es el programa que esas alianzas defienden.


Por ejemplo: ¿Temer, Ciro, Alexander Frota, Dino, Hulk o Tabata Amaral podrían liderar un frente de oposición capaz de colocar en el poder un gobierno de izquierda?


O ¿existe en el programa de estos frentes una lucha contra el programa económico de Guedes?, ¿este frente se pronuncia por el fin de los despidos o por una independencia política del gobierno americano?


Pensamos seriamente si estas ideas selectivas tienen un carácter de ultra izquierda, sectario, o si, realmente, forman parte de una política coherente de la clase trabajadora, que aspira a luchar por su libertad y por su independencia política.


Más sobre las campañas


Tres campañas supra partidarias por la democracia comienzan a ganar volumen. Hasta esta mañana de 2 de junio, el movimiento “Estamos Juntos” se aproximaba a las 250 mil firmas. Mientras tanto, se viralizaba en las redes el hashtag “#somos70porcento”, y el “Basta!”, una petición con firmas de abogados y juristas, ganaba igualmente terreno. Su objetivo es reunir un amplio espectro, del centro a la derecha, en defensa de la democracia.


La novedad es que Lula no va firmar. “Ya no tengo edad para dejarme llevar por la corriente”, afirmó. Leí los manifiestos y creo que tiene poca cosa de interés de la clase trabajadora. No se habla de la clase trabajadora, de los derechos perdidos”. (diario Estadão)


No es solo política. Lula también afirmó, según Mônica Bergamo, que no firma manifiestos con determinadas personas. Refiriéndose a los también ex presidentes Fernando Henrique y Michel Temer (diario Folha de Sao Paulo).


¿Por qué Lula no aceptaría formar parte de alguno de estos frentes amplios si su partido viene tejiendo acuerdos entre Rui Costa (gobernador de Bahia) y Antônio Carlos Magalhães Neto y entre Dino (Gobierno de Maranhão) y Luciano Hulk?


¿Por qué Lula ahora se acuerda de la clase trabajadora, cuando en estos últimos años nunca fue mencionado por parte del PT un mínimo movimiento para crear condiciones de una huelga general o un mínimo discurso donde se diga claramente “FUERA BOLSONARO”?


Seguramente, Lula quiere liderar un frente colocándolo al servicio de su candidatura política al mismo tiempo que quiere intentar limpiar su figura de presencias como la de Temer (vicepresidente de fórmula con Dilma). No existe otra explicación.


¿Qué hacer?


Tenemos que hablar claramente sobre la política entreguista y contraria a la clase trabajadora del gobierno Bolsonaro.


Tenemos que plantear un programa de emergencia que contenga las reivindicaciones sociales vitales de las masas trabajadoras.


Tenemos que hablar de una propuesta de lucha concreta capaz de sacar a Bolsonaro, Mourão y todo el equipo de ministros que forman parte del gobierno.


En otras palabras, tenemos que combatir la constitución de frentes amplios con líderes y partidos burgueses donde los trabajadores sean apenas usados para nuevas salidas patronales.