Opinión

2/5/2023

Salta

El dengue en Salta o cuando la vida no vale ni un té de puerros

Una semblanza del tratamiento histórico de las enfermedades endémicas tropicales como el dengue en la provincia.

Candidato a intendente de Vaqueros por el Frente de Izquierda MST - Partido Obrero

Dengue.

En 2017, durante el gobierno de Urtubey, se firmó un convenio de cooperación técnica entre el Inta, el Ministerio de Salud de la provincia y la Unsa, con el objetivo de desarrollar un controlador biológico de las larvas de los mosquitos, a un costo casi nulo y de óptima bioseguridad, para combatir la reproducción doméstica del Aedes Aegypti, que es el vector transmisor del dengue.

El convenio consistía en que, desde el Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del Inta Castelar, cedían una cepa de un biolarvicida muy estudiado (Bacillus Thuringiensis) para que, entre el Inta Salta, la Unsa y el Ministerio de Salud, pudieran desarrollar el cultivo con el firme propósito de darle inmediata marcha al proyecto, dada la históricamente crítica situación del dengue en Salta. El bacillus Thuringiensis es un controlador biológico de la larva del mosquito que se puede aplicar en cualquier espejo de agua, de una eficiencia del 97% en el control del las larvas y rápida acción, completamente inocuo para las personas.

En 2018 se pone en marcha el convenio y se establecen las bases de la prueba piloto: multiplicar la cepa y realizar un biopreparado para aplicación doméstica en los departamentos en situación crítica. Para ello era necesario un acelerador de procesos biológicos que aumentara la velocidad de reproducción de la bacteria, un equipo que sale unos U$S 15.000, pero el gobierno se desentendió por completo de sus obligaciones; hecho que hubiera dejado el proyecto trunco de no ser por el compromiso y tesón de los trabajadores involucrados en el convenio.

Tras las pesquisas de uno de los trabajadores del Ministerio de Salud se descubre que existía un bio acelerador en desuso en un instituto de Castelar y, a través del Inta Salta, lo consiguen en comodato. Entre los trabajadores montaron el laboratorio en el Hospital del Milagro a pulmón, reciclando muebles, pintando todo ellos mismos, sin aporte alguno del Estado Provincial, ni para la pintura literalmente. La irrupción del Covid terminó de desinflar el proyecto, que continuaba a pesar de la indiferencia mortal del gobierno provincial.

Valga la siguiente gragea para poner en claro qué queremos decir cuando hablamos de la desidia mortal del gobierno: tras numerosos ensayos lograron determinar que el caldo de cultivo óptimo para la multiplicación de la bacteria era un té de puerros, y el gobierno provincial ni siquiera llegó a aportar eso: ¡no puso ni un té de puerros!

Dando una clase magistral de oportunismo electoral, el gobierno de Sáenz, en plena crisis del dengue, mira bajo la alfombra y reflota el convenio, que estaba por caer producto de su propia indolencia, negociando una prórroga por un año, sólo un año, amagando con reactivar el proyecto pero, como siempre, sin aportar ni un té de puerros.

A la postre, casi seis años después de haber firmado el convenio, “podrían” llegar a iniciar la prueba piloto recién para el próximo verano, cuando, de no haber sido por la mortal desidia de los gobiernos capitalistas, dicho preparado podría estarse distribuyendo desde hace años, proveyendo a la población de un bio controlador inocuo y de alta eficacia, un escudo sanitario contra el dengue, chikungunya, zika, fiebre amarilla y otras enfermedades transmisibles por picaduras de mosquito.

El compromiso y el tesón de los trabajadores debe superar males mayores que el flagelo del dengue, debe superar la desidia mortal de los gobiernos capitalistas, para los que la vida de las personas no vale ni un té de puerros, organizando su fuerza en un gobierno de los trabajadores.