Opinión

4/12/2023

Elecciones en Boca: ¿Quién le pone el cascabel al “gato“?

Mauricio Macri.

El pasado domingo 3 de diciembre se deberían haber realizado las elecciones de comisión directiva del Club Atlético Boca Juniors. Nuevamente, como ya ha sucedido en otros clubes (Independiente, San Lorenzo y más recientemente Vélez), la Justicia, que responde al macrismo, ha suspendido dichas elecciones sin fecha definida. Ante esto, se realizó una una movilización de hinchas exigiendo el cumplimiento de la elección.

Dos son las listas que compiten: la primera encabezada por Juan Román Riquelme, representa al oficialismo actual. Digamos de paso que Riquelme, una de las figuras más queridas del club xeneize, cuenta con muy pocos triunfos futbolísticos en su gestión actual. En la otra lista va como candidato a presidente Andrés Ibarra, secundado por Mauricio Macri, con promesas de iniciar las obras para un nuevo estadio con capacidad para 80.000 espectadores.

Según lo presentado por el macrismo, la construcción de este nuevo estadio sería financiado por los jeques de Qatar para transformar a Boca en un PSG (club cuyo dueños son la familia real catarí a través de Nasser Al-Khelaifi). Por otra parte, el lugar elegido ya tiene la resistencia de los vecinos pues se construiría en frente del Hospital Argerich.

Esta última fórmula cuenta con el apoyo de Javier Milei, que extiende su alianza con Macri también en lo futbolístico, en la perspectiva de privatizar el fútbol, a través de las Sociedades Anónimas Deportivas.

La propuesta de Macri de traerlo a Martín Palermo como director técnico del equipo mostró a un Milei entusiasmado, que planteó que volvería a las plateas de Boca si Palermo fuera el técnico.

Mauricio Macri tiene un acuerdo con el expresidente de River D’onofrio, y además cuenta con el apoyo de la comisión directiva de Independiente que tiene a Grindetti como presidente del club.

El negocio del fútbol es múltiple y ambas agrupaciones lo defienden, porque en la compraventa y alquiler de jugadores, sponsors, publicidades, televisación de presentaciones se manejan millones de dólares. Pero si se le agrega la “fantástica” idea de privatizarlo se va a alejar aún más de los simpatizantes y los hinchas, para transformarse en un gran negocio lucrativo especial para el paladar de Macri y Milei.

Por el otro lado, la conducción de Riquelme del club de la ribera también tiene sus puntos oscuros. En su haber cuenta con varias denuncias de violencia de género, tanto fuera (el caso Villa que fue condenado por violencia de género y tiene abierta otra causa por violación) como dentro de la institución (Florencia Marcó que trabajaba como jefa de prensa de futbol femenino contra Jorge Martínez, exdirector técnico del fútbol femenino). En ambos casos la posición que ha tomado es la de dejar que el tiempo pase sin tomar medidas hasta que se hicieron públicas.

La violencia de genero y el abuso de menores, como en Independiente, pasan a segundo plano si los acusados son jugadores de buen nivel y rendimiento para el club.

Previo al mundial de Qatar se dieron las primeras disputas en torno a la conducción de la AFA, donde referentes periodistas como Fernando Niembro, pertenecientes al macrismo, plantearon su desilusión por el desempeño hasta el momento de la Selección Argentina, incluso de su actual técnico Leonel Scaloni y de su estrella Lionel Messi.

Ya en el debut con Arabia Saudita se lo vió a Macri en medio de las autoridades árabes, mostrando su interés por la selección. La derrota en su partido inicial lo colocó a Macri en el papel de mufa; algo que en el fútbol se toma muy en serio. Quizá por eso evitó ser filmado en los partidos posteriores hasta la finalización del campeonato donde la Selección Argentina se coronó campeón del mundo.

En marzo próximo se van a realizar las elecciones en la AFA. Esa es la verdadera disputa a la cual se orienta Mauricio Macri, y que sus chances estarían potenciadas si logra un triunfo electoral el domingo en Boca.

Tapia llegó a la conducción de la Asociación del Fútbol Argentino en un acuerdo con los gobernadores e intendentes peronistas que manejan el fútbol del interior. Con esos votos logró el objetivo de dirigir la AFA.

Ahora Macri con el apoyo de los clubes grandes quiere volver a la disputa por los negocios más grandes, los de AFA, como en su momento los explotó Julio Grondona. Con la privatización de los clubes para el inicio de una nueva era y la tentación de los múltiples enjuagues que se desprenden de ello.

La pregunta entonces es: ¿quién le cierra el paso a Macri? ¿Quién es capaz de colocarle el cascabel al “gato”? Riquelme es su adversario ocasional, pero ¿es Riquelme quien va a recuperar el club como un objetivo social? ¿Representa esa idea con que se fundaron los clubes hace cien años atrás, con la idea de ser un espacio para las familias obreras? Aclarando de paso que, como socialista, estoy a favor del fútbol amateur no profesional.

La barrera contra Macri sólo puede provenir de la clase obrera, la juventud que se organiza y la lucha junto a las mujeres que encabezaron todas las batallas del último siglo, que debe abrirse paso en la lucha por una sociedad sin clases, solidaria y socialista. Ésta es nuestra respuesta.

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