Opinión
21/10/2021
Esa extraña y enorme influencia, 70 años de Charly García
Un repaso por su obra.
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Podemos afirmar que su existencia ha dejado una gran impronta en el rock latinoamericano. Quizás como el más grande de todos. La irrupción de Sui Generis, la primera banda de masas. El virtuosismo sinfónico de La Máquina De Hacer Pájaros. Serú y la banda perfecta, muchas veces calificados como los Beatles argentinos. Y la gran obra como solista.
Durante 20 o 25 años se mantuvo arriba de todo, sacando disco tras disco que quedaron en la historia. Sus letras, su gran poesía, su capacidad para tocar todos los instrumentos, su destreza en el piano y su oído absoluto son cualidades extraordinarias y creativas difíciles de igualar. Su conexión, medio sociológica con la realidad, le permitió realizar varios temas de protesta, de denuncia y análisis.
Como lo definió el diario Tiempo Argentino del 16/10/21, su oído absoluto no es solo una excepción técnica, es, primero, un modo de receptar el inconsciente colectivo. Sí, “la locura es poder ver más allá” (“El tuerto y los ciegos”). La época de excesos, de utilización de drogas fuertes de forma sistemática, acortaron su vida creativa. Hoy cumple 70 años y es homenajeado por todo el mundo como un prócer viviente. Como lo definió el diario La Nación del 15 de octubre de 2021, “una de las figuras más relevantes de la cultura nacional y responsable absoluto, además, de la banda de sonido de la vida de varias generaciones de argentinos”.
El niño prodigio
El 23 de octubre del año 1951 nacía, en el barrio de Caballito en la ciudad de Buenos Aires, Carlos Alberto García Moreno (Charly García). Con casi 4 años aprendió a tocar un pequeño piano de juguete que le regaló su abuela materna. Cuando sus padres regresaron de un viaje a Europa, descubrieron que Charly había sufrido una crisis nerviosa y eso le provocó su característico vitíligo (falta de pigmentación en ciertos lugares de la piel); por eso, cuando más tarde en la juventud se dejó el bigote, el mismo adoptó su doble color tan característico. Pero también descubrieron que el pequeño niño había sacado de oído una melodía que tenía una cajita musical. Su madre de inmediato lo llevó a la casa de un vecino de arriba que tenía un piano de verdad, el niño se sentó en el instrumento y lo dominó de inmediato. Sus padres maravillados al día siguiente le compraron un piano grande.
A partir de los 60 la madre comenzó a producir un programa de televisión de tango y folklore. Grandes figuras de esos géneros musicales comenzaron a ir a cenar a la casa de los García Moreno. En una de esas veladas la mismísima Mercedes Sosa escuchó al niño tocar el piano y dijo “este niño es como Chopin” (compositor y virtuoso pianista polaco del siglo XIX). Otra anécdota similar fue cuando el maestro Eduardo Falú (gran folklorista) estaba tocando la guitarra criolla y Carlitos de 8 años le dijo: hay una cuerda desafinada. La madre no queriendo molestar al maestro le restó importancia al comentario de la criatura. Pero a Falú lo atrapó la curiosidad y dijo: “¿qué es lo que dice el chango?”. El niño le señaló la 5° cuerda y el maestro comprobó que el infante estaba en lo cierto.
El niño demostró tener oído absoluto, una condición muy rara que permite identificar cualquier nota. A Carlitos no le gustaba todavía la música popular, pasaba sus días estudiando música clásica interpretando a Chopin y Mozart (austriaco compositor y músico de fines del XVIII). En su adolescencia todo cambió, el rock abrió su espectro musical. Entre las bandas y artistas que más lo influenciaron se encuentran los Beatles, los Rolling Stones, Dylan, Hendrix y The Who. Y a nivel local el programa televisivo de “El club del Clan”, donde aparecían diferentes rocanroleros y artistas pop, que cantaban en castellano. En esos años, el joven García comenzó a pedir a gritos una guitarra eléctrica. En el nivel medio asistió al Instituto Social Militar Dr. Dámaso Centeno del Primera Junta (Caballito). Ahí conoció a Nito Mestre con quien formaría Sui Generis a partir del año 1969.
Sui Generis y el despertar de Charly (69-75)
Cuando terminó el secundario salió sorteado para la colimba (el servicio militar obligatorio).“Mami esto es una mierda, pero dentro de todo es horrible”. Así definía Charly su experiencia en los cuarteles. Para tratar de obtener la baja realizó varias locuras, como sacar a pasear a un muerto de la morgue o intentar fingir una enfermedad cardiaca. Al final lo consiguió, porque lo diagnosticaron como un neurótico histérico. “Yo formé parte de un ejército loco, tenía 20 años y el pelo muy corto, pero mi amigo hubo una confusión, porque para ellos el loco era yo” (“Botas locas” ). En estas crisis en la colimba, después de tomar una cantidad de pastillas y de caer en el hospital de Campo de Mayo, compuso su primer gran hit “Canción para mi muerte”. “Hubo un tiempo que fue hermoso y fui libre de verdad”. Lo hizo en apenas 10 minutos, cuando todos dormían.
Sui Generis fue parte de la segunda oleada de bandas del Rock Nacional, después de la desaparición de la primera camada como los Gatos, Almendra y Manal. Fue una banda de folk rock, influenciada por el movimiento hippie. Sus tres discos en estudio y su gran despedida “Adiós Sui Generis”, su disco doble en vivo, marcaron un antes y un después en la historia del rock local. Las bandas anteriores eran seguidas por jóvenes varones rockeros, el rock no salía de este gueto. Pero la línea folk quebró el hielo que alejaba al rock de la familia. Sus temas más conocidos son “Aprendizaje”, “Confesiones de invierno”, “Canción para mi muerte” y “Rasguña las piedras”. Sus letras hablaban de los conflictos de los jóvenes adolescentes en una sociedad represiva, de ideales de cambio y de libertad. Como le dijo Charly a Porchetto (músico de rock de los 70-80) “¿te acordás, Raúl, cuando pensábamos que tocando la guitarra podíamos cambiar el mundo?”. Aquello fue “una ínfima revolución en la historia argentina”, según Charly. Una visión de la música como antítesis del autoritarismo (Tiempo argentino, 16/10/21).
Charly García y la máquina de hacer pájaros (76-77)
Tras la disolución de Sui, formó La Máquina De Hacer Pájaros, banda cuyo encanto instrumental no exento de melancolía luce una complejidad armónica y rítmica inauditas (Ídem). El cambio con respecto a lo anterior era notable. La máquina era una gran banda de rock progresivo sinfónico. Introdujeron la novedad de tener dos tecladistas simultáneos en escena. Como la definió el mismo Charly, pretendía ser “el Yes del subdesarrollo”. En sus letras, la crítica mordaz y directa, comenzó a ser sustituida por una crítica camuflada. Sus letras se relacionan con el miedo que provocaba la represión asesina de los Videla, mezclada con una gran poesía rockera. Frente a la censura brutal de la dictadura Charly cantaba: “Que se puede hacer salvo ver películas” (“Películas”). Frente a las desapariciones de personas: “No te dejes desanimar, no te dejes matar” (“No te dejes desanimar”).
Un tema bisagra es “Hipercandombe”, donde la letra expresa el miedo a la muerte y la ganas de escapar de esa realidad terrible para la juventud de la época. La música vincula de forma virtuosa a un rock progresivo-sinfónico, con ritmos tropicales de mambo y un toque tanguero al mejor estilo de Piazzola. La banda, a pesar de su enorme producción, no logró los resultados deseados. En el 77, después del segundo álbum, La Máquina se separó. El reconocimiento se produjo unos años después de su desaparición y hoy es una de las bandas más aclamadas de los 70.
No se banca más, la era de Serú Girán
Charly quería formar otra banda, estaba interesado en tocar con David Lebon, que venía de tocar con Spinetta y Pappo. También con Oscar Moro, exbaterista de Los Gatos y de La Máquina. Y con un joven bajista llamado Pedro Aznar. Era una especie de “dream team” del rock nacional. También tenía una tendencia progresiva, pero con un estilo más directo y con letras más críticas. Al primer disco no le fue bien, a pesar de contar con temas como “Eti Leda” (considerado por muchos el mejor tema de Charly), “Seminare” y “El Mendigo En El Andén”. Los integrantes del grupo cuentan que cuando realizaron el primer recital en Obras, les tiraban con las pilas de las radios. La prensa los repudiaba. El diario La Opinión, por ejemplo, publicó que eran lo peor que había en la Argentina. El segundo disco sacudió el país. La Grasa de las Capitales, una sátira rockera de la sociedad argentina en la dictadura con un grito que representaba el sentimiento más profundo del pueblo: “no se banca más”.
A fines de 1980 en el disco Bicicleta, tercer disco de Serú, Charly compuso el tema “Canción de Alicia en el país”. La canción es unos de los relatos más duros sobre la dictadura, pero para evitar la censura del proceso, Charly trazó metáforas con el cuento de “Alicia en el país de las maravillas”. El tema dice: “No cuentes lo que viste en los jardines (La Esma), el sueño acabó. Ya no hay morsas (Onganía) ni tortugas (Ilia). Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie juegan cricket bajo la luna”. “Estamos en la tierra de nadie pero es mía, los inocentes son los culpables dice su señoría, el rey de espadas”. Bicicleta también contiene la nostalgia de Charly en composiciones como “A los jóvenes de ayer” y “Mientras miro las nuevas olas”. El 30 de diciembre de 1980, Serú realizó un enorme recital gratuito en La Rural, organizado por ATC (hoy canal 7). Juntaron a más de 60.000 personas, fue el primer grupo argentino que reunió esa cantidad de público.
En 1981 Serú sacó su cuarto disco, Peperina. Su primer tema y el que le dio el nombre al disco hacía referencia a una señorita crítica de rock cordobesa. La misma siempre escribía que las presentaciones eran horrendas. Al escuchar la canción que le dedicaron, dijo: Serú sigue sin gustarme, pero Charly es un buen sociólogo. El disco aparte cuenta con otras grandes composiciones como “Llorando en el espejo”, “Esperando nacer”, “Cinema Verité” y “Salir de la melancolía”. En 1981, el segundo presidente de la dictadura, Roberto Viola, mandó a su vocero de prensa a una reunión con Serú como parte de una política de cierta apertura e intento de acercamiento a la juventud. Años después, Charly, en una entrevista con Petinatto, explicó: “Cuando el tipo nos dijo ‘¿Qué pasa, cuáles son sus quejas?’, Daniel Grinbank (representante de Serú) le dijo que los carteles son muy caros, y yo le dije que tienen que cortarla con la censura”.
En enero de 1982 Aznar aceptó el ofrecimiento del guitarrista estadounidense Pat Metheny para incorporarse a su banda. Había llegado el final. Pero antes faltaba una despedida. Hasta el momento toda la crítica coincidía en que a los discos en estudio les faltaba la frescura y potencia que la banda mostraba en vivo. Para suplir esta falencia sacaron un último disco en vivo “No Llores Por Mí Argentina”. En el primer tema, que le dio el nombre al trabajo, era un material reciente e inédito. Charly, al ritmo de un vibrante rock, traza una especie de balance del momento político. La canción dice: “Tú amor te espera, no esperes más ¿por qué perdiste tanto tiempo?”, en alusión a la posible vuelta a la democracia. “Si las estrellas del cabaret se ríen de tus movimientos, no es preciso mentir lo negro que hay en tus pensamientos”, en referencia a los conflictos internacionales que se avecinaban.
Charly en los 80, demoliendo hoteles
En el 82 Charly comenzó a trabajar en el disco como solista: “Yendo de la cama al living”. Este trabajo fue favorecido por las restricciones que impuso la dictadura a la música en inglés. A partir de la guerra de Malvinas. Mostrando su sintonía fina con la realidad compuso “No bombardeen Buenos Aires”, en clara relación a la guerra que libraba el país. “Los gurkas siguen avanzando, los viejos siguen en TV, los jefes de los chicos toman whisky con los ricos, mientras los obreros hacen masas en la plaza como aquella vez”.
Otros temas importantes del disco son: “Inconsciente colectivo” y “Yo no quiero volverme tan loco”. En el medio de la Guerra de Malvinas, los milicos junto a los representantes de la bandas de Rock argentino, organizaron un festival de 70.000 personas (Festival Latinoamericano por la Paz). De repente todo había cambiado. Los rockeros que eran perseguidos y censurados, por la triple A y los milicos. Ahora eran llamados a colaborar. Charly, tiempo después, comentó lo siguiente: “A mí no me copaba ni medio ir a ese festival. Pero los pibes que estaban peleando eran reales y bien podría haber sido uno mismo. Estar en ese festival era una forma de hacerles el aguante a ellos y no a los milicos”.
Después de la derrota de Malvinas la dictadura se cayó a pedazos. La salida democrática fue la forma de contener un proceso de movilización de la clase obrera y contra los crímenes de los gobiernos militares. Eso dio lugar a la primavera alfonsinista, un proceso de reactivación cultural, apertura democrática y de libertades- que duró poco tiempo. En ese período aparecieron una gran cantidad de bandas como Los Twist, Los Abuelos de la Nada, Soda Estéreo, Virus, Fito Páez (que tocaba en la banda de Charly) etc. Muchas de estas bandas fueron apadrinadas o producidas por Charly García.
En 1983 Charly sacó “Clics Modernos”. Este nuevo disco mostraba un giro en la música, con la introducción de ritmos bailables, canciones más cortas y por momentos más irreverentes. Sin bajar el nivel que alcanzó Serú, afrontó el gran desafío de acercarse al mismo pop que había cuestionado, a los sintetizadores y cajas de ritmo, sin renunciar a su enfoque creador e interpretativo. Se cortó el pelo siguiendo las modas europeas y norteamericanas. Sus temas más importantes como “Los dinosaurios” y “Nos siguen pegando abajo” siguen en la línea de denunciar la dictadura. “No me dejan salir fue un éxito bailable”. La realidad comenzó a ser más explicada desde sus experiencias y sentimientos. Aunque hablara en tercera persona. “Te vas, el mundo gira al revés” (“Ojos de video tape”). O “un día se cortara el pelo, no creo que pueda dejar de fumar” (“Tranzas”).
Ya en democracia, en 1984, Charly sacó su tercer disco solista, “Piano Bar”. Otro gran disco con temas como “Demoliendo hoteles”, “Peinados nuevos” y “Cerca de la Revolución”. Las letras estaban cambiando, más relacionadas a temas de amor y de drogas. Menos relacionadas con problemas sociales -“ya no quiero criticar, solo quiero ser un enfermero”(12). Algunos consideran que en esta época tenía una fuerte influencia de Iggy Pop. Al mismo tiempo, los excesos con las drogas y el alcohol, provocaron una cantidad de escándalos en hoteles y escenarios -“hoy pasó el tiempo demoliendo hoteles”(13). En 1986 se juntó con Pedro Aznar para sacar “Tango”, un disco era bueno pero su difusión fue escasa y el proyecto terminó después de que existieran incidentes en un presentación en Tucumán.
En 1987 apareció “Parte de la religión”. Todavía mantenía una gran calidad artística, pero el papel de ser el primero entre los iguales lo estaba alejando de la realidad -“no voy en tren voy en avión, no necesito a nadie, a nadie alrededor”(“No voy en tren, voy en avión”). Al mismo tiempo se profundizaban los consumos de drogas fuertes “éxtasis, todo el tiempo vivo en éxtasis”(“La ruta del tentempié”). Este disco tiene un tema muy bueno compuesto junto a Spinetta, llamado “Rezo por vos”.
Luego vendrían “Cómo conseguir chicas” en 1989, con el tema “Fanky”, “no voy a parar, ya no tengo dudas” que utilizó Gasalla como cortina de su programa de humor. En la campaña electoral de 1989, Charly participó de un acto de Angeloz, el contrincante radical de Menem, quien basó su campaña en prometer un ajuste colosal que después llevó adelante el menemismo. “Filosofía barata y zapatos de goma” salió en 1990 con la adaptación del himno nacional a la música rock. Con este disco como el anterior fue presentado en una cantidad de funciones memorables en el Gran Rex.
La época de los excesos, say no more y la actualidad
Desgraciadamente el abuso de drogas fuertes comenzó a afectar la salud mental de Charly y su calidad artística. Ese gran genio, que se mantuvo en la cima durante 20 años, reinventándose de forma sistemática, se estaba apagando. En 1992 se dio el regreso de Serú, sacaron un disco en estudio, inferior a todos los anteriores y realizaron una cantidad de recitales mediocres. A Charly le costaba mucho seguir las letras y comportarse en el escenario.
También volvió a sacar un disco con Pedro Aznar (“Tango 4”), con la notable intervención de Sandro en un rock and roll. En 1994 lanzó la muy publicitada ópera rock, “La hija de la lágrima”. Un trabajo bastante aceptable. Luego vendrá el Unplugged para el canal MTV; la presentación fue buena y salió un disco. Charly se presentó a este show con el pelo teñido de rubio en homenaje a Kurt Cobain (cantante y guitarrista de Nirvana que se había suicidado meses antes). Los temas de Charly con instrumentos acústicos fueron muy bien recibidos por el público. Pero los escándalos, las clavadas en los recitales, las internaciones aumentaban. Charly cada día que pasaba estaba más ido.
“Say no More” es el trabajo que realizó en el 96. A partir del mismo, Charly se reinventó nuevamente. Para muchos de su antiguo público de forma negativa. Pero empezó a seguirlo un nuevo público, más reducido y más juvenil. Una de sus influencias más importantes en esta etapa fue Marilyn Manson y su estilo oscuro. En el 98 sacó el disco “Aguante” y fue a visitar a Menem que estaba de retirada, aunque en el 89 dijo que el que le creía estaba loco.
El 3 de marzo del 2000, en un episodio confuso, después de pelearse con la policía mendocina, se lanzó a una pileta desde el noveno piso de un hotel “estaba aburrido en mi Mendoza fatal y dije es hora de aprender a volar”(“Me tiré por vos”). Lo más insólito de ese acto de locura fue que salió ileso. En el 2002 sacó “Influencia”, que junto a “Rock and roll Yo” (2003) fueron trabajos superiores al “Aguante” y “Say no more”. Terminaron con la oscuridad anterior y algunos temas como el cover “Influencia” tuvieron mucho éxito. Después de muchos años de silencio saco “Kill Gil” (2010), uno de sus peores discos.
En la actualidad, cumpliendo 70 años, se lo ve más tranquilo. Sobre todo después de la última recuperación en la casa de Palito Ortega. Al mismo tiempo es inocultable que los excesos dejaron secuelas irreversibles en él. Hoy se lo ve como una estatua de bronce caminante, como un fiel representante de los jóvenes de ayer, pero rebosante de actualidad. Contando anécdotas y de buen humor. Cada tanto realiza algún recital donde concurren fanáticos de todas las edades. Sin duda su capacidad más destacada y casi única en el mundo, es la de poder encontrar un sonido para los tiempos que corren. Ese sonido sufrió modificaciones, pero siempre fue único. Esa extraña y enorme influencia. Que por ser contemporáneos a él, es posible que no podamos dimensionar en toda su magnitud.
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