Opinión

25/3/2022

La guerra impulsa mayor inflación e inestabilidad del sistema financiero

Foto: agencia EFE

Europa enfrenta subas del gas y los combustibles sin precedentes desde que se iniciaron las estadísticas de posguerra. El gas se ha incrementado 400% en un año, la nafta y el diésel tienen el mayor precio en décadas. Ya hay indicios de desabastecimiento de diésel y nafta en algunos países. La suba de precios “sugiere expectativas que el suministro pueda ser interrumpido por sanciones o daños de infraestructura de las tuberías…” (Quartz, 7/3).

En la zona Euro la inflación está escalando desde niveles inferiores al 1% a inicios de 2021 hasta alcanzar 5,9% en febrero (Eurostat, 17/3). En Alemania la oficina de estadística informa un aumento de la energía en un año del 68%, que aún no impactaron en los registraros de inflación (Reuters, 21/3). En Estados Unidos los registros inflacionarios son los mayores en cuarenta años: 7,9% en febrero y sin contemplar los aumentos de los combustibles, que ya superan los 4,40 dólares por galón.

La guerra profundiza la ruptura de la cadena de suministros y cierre de empresas

“Europa se encuentra en las primeras etapas de un gran impacto adverso en su economía, hace apenas una semana, había inquietudes colectivas sobre la inflación elevada. Esa es ahora una noticia vieja. Países como Alemania e Italia construyeron gran parte de sus economías en torno a la energía barata de Rusia. Eso cambio ahora, lo que implica un menor crecimiento, mayores déficits fiscales y más deuda” (Financial Times).

Cierran fábricas en Europa que se abastecen en Ucrania, que produce insumos como los cableados de automóviles; Volkswagen y BMW cierran plantas por desabastecimiento (Financial Times).

El Mar Negro luego del inicio de la guerra es una zona prohibida para la navegación comercial, “porque algunos barcos han sido alcanzados por misiles y Rusia amenaza los puertos ucranianos. No se plantarán muchas semillas en los campos empapados de sangre de Ucrania esta primavera” (The Economist, 12/3). Las dificultades de transporte aéreo y marítimo se traducen en aumentos de los costos de fletes (Washington Post, 18/3).

La integración de China con el capital financiero en crisis

En Wall Street cotizan más de 240 empresas empresas chinas, mayoritariamente vinculadas al desarrollo de tecnologías, desde el inicio del año han tenido enormes pérdidas en sus precios, un derrumbe que se aceleró con fuerza luego de la invasión de Rusia a Ucrania. Se agrega la amenaza de retiro de cotización por autoridades regulatorias de la bolsa, ya notificada a varias empresas (Financial Times).

Esa fuga de los inversores de las acciones de empresas chinas se ha trasladado a los tenedores de bonos del Tesoro de Estados Unidos, los famosos Treasury Bonds. Estos bonos son considerados de “riesgo cero” y sobre ellos se establecen los cálculos del “riesgo país” en todo el mundo. China está entre los mayores tenedores extranjeros de estos bonos, su banco central tiene más de un billón de dólares. El principal tenedor es la misma Reserva Federal que el mayor comprador de la deuda del mismo Estado y ya acumula 5,7 billones de dólares.

Biden avanza en amenazas a China

Las sanciones que se implementaron a Rusia, pueden ahora afectar a China a quien Biden ya amenazó que de no sumarse a condenar a Rusia puede ser sancionado y China podría tener trabas para disponer de los bonos, como ocurre con Rusia expropiado de sus reservas.

La masiva presión vendedora ha impulsado una caída de su cotización que revela  masivas ventas de estos días, de los bancos centrales que son sus principales tenedores, en una actitud preventiva son vendedores.

El afianzamiento de esta tendencia de salida de la deuda de Estados Unidos está impulsando subas de las tasas de interés en el mercado de deuda más grande del mundo (hay emitidos más de 24 billones de dólares) que se expande hacia todos los mercados de deuda. Y cuestiona al dólar como moneda de reserva y principal medio de pago del comercio mundial.

El dólar como instrumento de guerra

El dólar ya fue usado como instrumento de sanciones a otros países como Irán o Afganistán donde Biden decretó la expropiación de sus reservas.

La diferencia con China es que es la segunda economía del mundo y tiene mayores alternativas y recursos que Rusia para enfrentar las sanciones, por su peso económico y financiero mundial. Tiene tres bolsas (Hong Kong, Shentzen y Shangai), mercados de futuros y materias primas de Shangai, Zhengshou y Dalian. El yuan-reminbi aunque minoritario tiene una presencia en los mercados financieros. Argentina tiene una parte significativa de sus reservas en yuanes mediante una promesa de intercambio (swap).

No hay que olvidar que hay una desproporción entre la economía de China que participa en 14,5% del producto global y la participación de su moneda: el yuan-renminbi que solo es usado en el 3% del comercio mundial. Mientras que Estados Unidos con 22% de la economía global, el dólar participa en el 68% del comercio mundial y el 60% de las reservas internacionales (www.federalreserve.gov/, “The-international role of the US dollar”).

La guerra en Ucrania tiene una expansión global que se va extendiendo como una mancha de aceite y suma participantes y alcances económicos y financieros cada vez mayores. La guerra que impulsa el imperialismo se puede convertir en su desarrollo en un cuestionamiento al estatus del dólar como un arma de su dominación.

Se expandieron comentarios sobre la posibilidad de que el yuan pueda ser usado como medio de pago del petróleo de Arabia Saudita.

La política financiera del imperialismo agrava la condición de los trabajadores

La extrema cautela de la FED (una suba de 0.25% frente a una inflación de 7,9%) en la suba de tasas está vinculada a los temores que subas de mayor importancia pueden desencadenar un derrumbe de precios del mercado accionario. El objetivo de los gobiernos imperialistas de Europa y Estados Unidos privilegian a “los mercados” antes que las condiciones de vida de sus habitantes. Las subas de tasas encarecen el crédito entre los trabajadores endeudados e hipotecados y provocarán un freno a la economía.

Para Argentina el acuerdo con el FMI y la legalización de una deuda fraudulenta no facilitará un mayor acceso al crédito o refinanciar sus deudas. El mercado financiero comienza a cerrarse, a realizar un “ajuste”. Falsamente se publicita que el acuerdo producirá un horizonte previsible y mayor estabilidad financieras, cuando aumentan la inestabilidad del precio de la energía, desabastecimientos, mayores restricciones financieras, etc.

El riesgo de una crisis financiera global no se ha reducido desde 2008, se ha incrementado. El endeudamiento de los estados y empresas es muy superior y los mercados de derivados aumentan el apalancamiento y riesgos en el sistema financiero. A diferencias de crisis anteriores ahora los bancos centrales no tienen los mismos mecanismos para apagar un incendio como en 2008, cuando ante el hundimiento del mercado facilitaron créditos y reducían la tasa de interés.

La guerra alimenta la inflación y la carestía para los trabajadores de todo el mundo que enfrentan una de las mayores reducciones de sus ingresos en décadas.  La lucha para poner freno a la guerra y la defensa de las condiciones de vida de los trabajadores en defensa de sus salarios unificará a los trabajadores de todo el mundo.

23-3-22