Opinión
23/6/2022
Internacionales
La visita de Biden al régimen criminal de Arabia Saudita es la verdadera cara del imperialismo
La visita al régimen “paria” debemos integrarlo en el contexto de la guerra en Ucrania.
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Joe Biden y Mohamed bin Salman
Funcionarios de Biden anunciaron la próxima visita del presidente a Arabia Saudita e Israel. El anuncio generó todo tipo de críticas por el giro sobre el reino saudita. Durante su campaña el candidato Biden calificó a Arabia Saudita como un régimen “paria” y que los asesinos del periodista del Washington Post y disidente Jamal Khashoggi asesinado en la embajada de Arabia Saudita en Estambul, no deberían quedar impunes. Ahora se sabe que los asesinos del periodista fueron entrenados en Estados Unidos por una empresa privada de seguridad, para proteger líderes saudíes.
La visita al régimen “paria” debemos integrarlo en el contexto de la guerra en Ucrania, donde las fuerzas de la Otan no han logrado ni desalojar ni hacer retroceder a las fuerzas rusas invasoras. No hay reuniones previstas para un alto el fuego o negociaciones de paz en marcha.
Las fuerzas rusas han consolidado el control del “20 por ciento del territorio de Ucrania” según declaraciones del presidente ucraniano Volodímir Zelensky. Ante esta situación Biden acusó con recriminaciones al presidente ucraniano, “que no quería escuchar” las advertencias que hizo sobre la inminencia de la invasión rusa, descargando la responsabilidad del avance ruso en la incapacidad del gobierno de Zelensky. Los funcionarios del gobierno de de Ucrania rechazaron las acusaciones.
El reino saudita confraternizó con Putin y se ha negado al aumento de la producción de petróleo en la Opep+
Arabia Saudita no contribuyó a aliviar la falta de petróleo luego de la invasión de Rusia a Ucrania lo que facilitó un salto en los precios y convirtió a la guerra en Ucrania en un gran negocio para los sauditas que rechazaron los pedidos de Biden.
“Los precios del petróleo casi se duplicaron el año pasado para negociarse cerca de U$S 120 por barril, el nivel más alto desde 2014, lo que generó críticas a los Estados del Golfo como Arabia Saudita con capacidad de producción adicional.” Al contrario de aumentar la producción el grupo Opep+, que incluye a Rusia, “recortó la producción como parte de los acuerdos de producción realizados durante la pandemia de Covid-19”, para luego “restaurarla gradualmente”.
El aumento del precio del crudo generó ganancias inesperadas que mejoraron las cuentas presupuestarias y proyectan un superávit superior a los 24 mil millones de dólares para 2022. Igualmente, los ingresos de Rusia por la venta de los combustibles también tuvieron una ganancia inesperada por el aumento de los precios: “Rusia obtuvo lo que es muy probable un récord de 93 mil millones de euros en ingresos por exportaciones de petróleo, gas y carbón en los primeros 100 días de la invasión del país a Ucrania, según datos de una organización con sede en Helsinki, Finlandia”. ( ) (13/6/22)
El vuelco de Biden que pasó de acusar al régimen saudita de paria y prometer sancionarlo por el asesinato de Khassogi, a buscar un encuentro con las autoridades del reino saudita para restablecer relaciones cordiales se da en el escenario donde la guerra en Ucrania no está teniendo el resultado esperado por la Otan. Su secretario general, Jens Stoltenberg, dijo que la guerra puede “durar años” y quejándose que los costos “son altos”, no solo “por el apoyo militar, también por el aumento de los precios del combustible y los alimentos”.
Los sauditas también avanzaron en la relación con China, para fijar ventas de petróleo en yuanes, la moneda china. Una medida que mellaría el dominio del dólar estadounidense en el mercado mundial del petróleo informó Wall Street Journal.
Saudi Aramco, la empresa saudita de producción petrolera, acordó construir un proyecto químico y de refinación de miles de millones de dólares en Panjin, en el norte de China. Y prometió el abastecimiento con petróleo saudita.
Biden cambia de rumbo sobre el asesinato del periodista del Washington Post y respalda la guerra en Yemen
Biden ha levantado sus acusaciones y promesas de sanciones por el asesinato del periodista Khashoggi luego que fuera conocido el papel en el asesinato del príncipe saudita Mohamed bin Salman, “la inteligencia estadounidense dijo que Mohammed ordenó el asesinato de Khashoggi”.
La visita de Biden también es el apoyo al régimen saudita que en una coalición con los Emiratos Árabes Unidos lleva una guerra contra los rebeldes hutíes de Yemen, apoyados por Irán, y que lleva ya siete años plagada de “crímenes de guerra” contra la población yemení.
Una guerra que según un “nuevo informe de las Naciones Unidas ha proyectado que el número de muertos por la guerra de Yemen llegará a 377.000 para fines de 2021, incluidos los muertos por causas indirectas y directas. En un informe publicado el martes, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estimó que el 70 por ciento de los asesinados serían niños menores de cinco años”.
La guerra de Yemen, la guerra oculta
La visita de Biden es un respaldo al régimen saudita que junto con los Emiratos lleva adelante una guerra donde luego de siete años no logra aplastar a la guerrilla yemení hutí, en el país más pobre de Asia. Un giro desde su posición de condena a renovar compromisos de venta de armas. Estados Unidos aprobó en febrero ventas de armas por 5 mil millones a los países del Medio Oriente, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Kuwait.
Mientras la atención mundial se centró en la invasión rusa de Ucrania a comienzos de año, “Estados Unidos apoyó a la mayoría de los escuadrones de la fuerza aérea involucrados en la campaña de años de la coalición saudita que llevó a cabo más de 150 ataques aéreos contra objetivos civiles en Yemen, incluidos hogares, hospitales y torres de comunicación … los bombardeos en una guerra civil agotadora, y a menudo pasada por alto, que ha cambiado la vida de los civiles yemeníes y generó una de las crisis humanitarias más graves del mundo”, según un informe del Washington Post.
El análisis fue realizado por The Washington Post y un Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Columbia y brinda “la imagen más completa hasta el momento de la profundidad y amplitud del apoyo de EE.UU. a las incursiones que fueron realizadas por jets desarrollados, mantenidos y vendidos por compañías estadounidenses, y por pilotos que fueron entrenados por el ejército estadounidense” .
Debemos recordar el bloqueo a todos los puertos y el aeropuerto de Saná desde 2015, mientras los “aliados de la Otan” claman por los puertos de Ucrania esconden el aislamiento de Yemen por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos que ha provocado hambrunas que ya costaron miles de vidas.
Biden se propone la visita al reino saudita luego de la retirada de las tropas de Estados Unidos de Afganistán que ocuparon el país durante 20 años. Está dentro del propósito de renovar la presencia en Medio Oriente luego del vacío generado en la región con la retirada de Kabul.
En enero un ataque con misiles y drones lanzados contra Abu Dhabi fueron interceptados ante de hacer impacto, fue el segundo ataque en una semana fue reivindicado por los hutíes. Desde abril rige una tregua, que el 2 de junio se ha extendido por dos meses y ha facilitado una reducción de las hostilidades, que pueden facilitar el intento de Biden en restablecer el acuerdo nuclear con Irán que cuenta con la fuerte oposición de Arabia Saudita e Israel.
Los sacudones en Wall Street con importantes caídas, subas de tasas en una escalada para detener una inflación global fuera de control, muestran las debilidades y flaquezas del imperialismo con varios frentes abiertos y que ahora anuncian una “guerra de varios años” ante el empantanamiento de las fuerzas de la Otan en Ucrania.
¡Abajo la guerra del imperialismo en Ucrania y en Yemen! ¡Abajo los regímenes criminales en Medio Oriente!
https://prensaobrera.com/internacionales/enfrentemos-la-guerra-imperialista-y-la-catastrofe-capitalista