Opinión

29/3/2022

Las bananas de Ecuador y el trigo de Egipto

La guerra en Ucrania impacta en la economía de productos básicos en todo el mundo.

El conflicto bélico aumenta el riesgo de colapso como el mercado accionario.

Rusia y Ucrania consumían el 25% de las exportaciones de bananas de Ecuador. Ahora las empresas navieras se niegan a transportar productos a Rusia y el rublo se devaluó tanto que ya se hace caro comprar bananas. Sin posibilidades de cambiar de mercados, los productores se enfrentan a pérdidas totales de ocho millones de dólares por semana, y en la industria peligran unos 50.000 empleos directos y 4.000 indirectos. La guerra suma participantes impensados de regiones remota a miles de kilómetros de Ucrania.

En Egipto, donde una comida no está completa sin pan, la guerra en Ucrania amenaza el suministro de trigo y el acceso a este alimento básico, interrumpiendo el suministro mundial de cereales. Las restricciones a la navegación en el mar de Azov y el cierre de puertos han interrumpido los envíos desde Rusia, el mayor exportador de trigo del mundo, y las sanciones económicas complican los acuerdos de compra.

“Ahora tenemos la admisión de Macron, Biden y la ONU de que nos enfrentamos a una crisis alimentaria mundial debido a la guerra en Ucrania, que en mi humilde opinión es una función directa de la inseguridad energética que diseñamos deliberadamente a través de la política”, escribió  Izabella Kaminska, una calificada periodista del Financial Times, en su cuenta de Twitter. Interesa dónde trabaja porque no se sumó al coro que simplifica la guerra demonizando a Putin y embelleciendo a los líderes de la OTAN.

La invasión de Rusia a Ucrania y las sanciones han impulsado el caos de los mercados de energía, granos, metales, materias primas, etcétera. Los cambios de precios con gran volatilidad generan una gran inestabilidad en todo el sistema financiero y las consecuencias son imprevisibles.

De la devaluación del rublo en 1998 a la quiebra de Lehman Brothers en 2008

En 1998 Rusia devaluó el rublo y suspendió el pago de su deuda, impactado por una serie de devaluaciones en el sudeste asiático que provocaron el derrumbe del precio de materias primas y la llevó al default. El fondo LTCM (Long Term Capital Management) que invertía en deuda con alto apalancamiento (endeudamiento) en agosto de ese año perdió el 44% de su capital y al mes siguiente estaba quebrado. El impacto en el sistema financiero fue enorme, ya que el fondo debía 30 dólares por cada dólar de capital. La Reserva Federal convocó de emergencia a catorce bancos a una reunión para organizar un salvataje. Luego de dos días de deliberaciones se acordó que los bancos aportaran $3.625 millones en capital para el rescate y así evitar que el default se expandiera en el sistema financiero (https://www.federalreservehistory.org/essays/ltcm-near-failure).

Durante los años posteriores se desarrolló una importante suba de acciones de la tecnología de internet. Desde inicios del 2000 comenzaron un derrumbe que en promedio llevó las valuaciones a la quinta parte. Fueron necesarios varios años para que se recuperara. Las inversiones se dirigieron al mercado inmobiliario y facilidades de crédito hipotecario impulsaron los precios de las viviendas que en 10 años (Dic 1997-Enero 2007) aumentaron en 75% (https://fred.stlouisfed.org/series/MSPNHSUS#0 ), mientras los ingresos de los asalariados subieron en igual período 6% (https://fred.stlouisfed.org/series/LES1252881600Q).

La caída de los precios de las viviendas dejó sin respaldo las deudas con los bancos. Los bancos más expuestos al endeudamiento hipotecario eran insolventes; uno de ellos era Lehman Brothers, que dejó deudas por 600 mil millones de dólares. La insolvencia se expandió en el sistema financiero mundial. La Reserva Federal, mediante emisión monetaria, dio préstamos y compró activos desvalorizados por 16 billones de dólares (el valor del producto bruto de Estados Unidos en esa fecha era 15 billones), según reveló una auditoria ordenada por el Senado. (https://www.sanders.senate.gov/wp-content/uploads/GAO-Fed-Investigation-1.pdf ); (https://www.sanders.senate.gov/press-releases/the-fed-audit/).

El riesgo de quiebras se acrecentó con la guerra por altos niveles de deuda

El inicio de la guerra produjo una agitación por productos que podrían escasear, entre los que Rusia es uno de los principales productores.

Los bruscos cambios de precios se van extendiendo en todos los mercados con un crecimiento de la inestabilidad del sistema en su conjunto. Las crisis anteriores se fueron extendiendo en el sistema financiero globalizado y sumaron participantes a la crisis por insolvencias como los apostadores de los mercados de futuros (nickel).

La sola continuidad del conflicto bélico comienza a desestabilizar la economía y las finanzas de Occidente. Las facturas de energía para Europa tienen una escalada de aumentos y pende la amenaza de que Rusia corte el suministro. En algunos países ya se considera que la falta puede llevar al racionamiento. Los precios de los alimentos se disparan y algunos países pueden pasar hambrunas. Los mercados sufren embates que los desestabilizan. Las olas de refugiados que fluyen a Europa ya superan los dos millones, y algunos cálculos los llevan a 10 millones si se prolonga el conflicto.

Las viviendas, mercados de valores y bonos de deuda en el mayor nivel de la historia

La valuación del mercado de valores global es el más alto alcanzado: supera los 112 billones de dólares. Ha perdido todo vínculo con el crecimiento económico y las ganancias de las empresas.

Los precios de las acciones crecen gracias al crédito barato con que las empresas compran sus propias acciones, para valorizarlas y favorecer a sus accionistas; lo cual se hace reduciendo las inversiones en su propia actividad, privilegiando las ganancias de los accionistas antes que en investigación y desarrollo. Las empresas petroleras privilegiaron la compra de sus propias acciones antes de invertir, lo que explica parte del desabastecimiento energético actual (https://oilprice.com/Latest-Energy-News/World-News/Big-Oil-Is-Planning-38-Billion-In-Buybacks-This-Year.html)

La guerra de los 20 años y Ucrania

La OTAN es una organización bélica que actúa en todo el mundo. En 2001, liderada por Estados Unidos, invadió Afganistán, derrocó al gobierno talibán y mantuvo la ocupación hasta agosto de 2021 -cuando procedió a una apresurada salida de las tropas.

La excusa para la invasión fue la búsqueda de Bin Laden acusado de organizar el ataque a las Torres Gemelas, que nunca encontraron en Afganistán. Fue muerto en Paquistán donde estaba cautivo del gobierno hacía años y fue entregado a funcionarios de Estados Unidos y asesinado a sangre fría. El relato del comando es armado, según se denunció oportunamente en Prensa Obrera

En Afganistán la OTAN llegó a desplegar 110.000 soldados y enfrentó durante 20 años a una serie de guerrillas de tribus armadas con Kalashnikov de la segunda guerra mundial. Ante el estancamiento de la invasión, fueron abandonado el país varias fuerzas de la alianza (Alemania, Reino Unido) y quedaron las tropas del ejército más poderoso del mundo hasta hace menos de un año. Inmediatamente el gobierno que organizaron colapsó y fue asumido por las tribus talibanes (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58242453.amp).

El fracaso de la ocupación más prolongada de la historia de Estados Unidos  fue publicada por Washington Post, que luego de una batalla jurídica accedió a archivos oficiales (https://www.washingtonpost.com/graphics/2019/investigations/afghanistan-papers/documents-database/).

La guerra desestabiliza a Occidente

La OTAN apoya al gobierno de Zelensky contra la ocupación de Rusia que cuenta con el segundo arsenal más poderoso de armas atómicas luego de Estados Unidos. El conflicto no tendrá una salida rápida ni sencilla, ya que las sanciones aún no han hecho retroceder a Putin, quien amenaza con el alerta de su arsenal atómico (https://www.nato.int/cps/en/natohq/official_texts_193719.htm).

Los bancos centrales han iniciado una reversión de la política financiera de bajas tasas y compra de bonos que se inició con el rescate del 2008 y mantuvo hasta ahora inflando artificialmente el capital financiero.

Esto aumenta el riesgo de colapso como el mercado accionario, donde el endeudamiento a bajas tasas es su principal sostén. Ahora los bancos centrales han ingresado en una reversión de la política financiera iniciada en 2008, de bajar las tasas y comprar bonos ahora comenzaron a subir las tasas, interrumpir la compra de bonos del Estado y privados, y tiene en carpeta venderlos. Esto contribuye a que bonos del Tesoro comenzaran un derrumbe que continúa.

La guerra tiene un escenario incierto en la economía y en las finanzas y, como dice un columnista, en su extensión en el tiempo “la guerra desestabiliza a Occidente” (https://www.ft.com/content/c0a7e365-2cd6-4b3b-b5de-0500aec8c830).

28/3/22