Opinión
3/7/2022
Las sanciones del G7 impulsan nuevas subas de los precios del gas y del petróleo
Europa tiene la mayor crisis de energía desde la Segunda Guerra.
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Reunión del G7 en Elmau, Baviera (Alemania)
Los miembros del G7 reunidos en Alemania han anunciado nuevas sanciones a Rusia incluido un “precio tope” al petróleo ruso y prohibir las importaciones de oro. El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, explicó que “necesitamos privar al régimen de Putin de su financiación”.
El anuncio del G7 es el reconocimiento del fracaso de las cinco rondas de sanciones anteriores en lograr ese objetivo. Lo que sí han logrado es la suba extraordinaria del precio del gas y el petróleo en todo el mundo, que junto con la de los alimentos es la principal causa de la escalada inflacionaria en todo el planeta.
Las sanciones anteriores a Rusia (capturar reservas de 350 mil millones de dólares; bloquear el rublo del Euroclear; expulsar a los principales bancos rusos del sistema Swift; prohibir a los barcos rusos acceso a puertos en Europa; bloquear comerciar con el exterior acero y metales como ha sucedido con Kaliningrado; etc.) han perjudicado más a “Occidente” que a Rusia, agravando el quiebre de la cadena de suministros y la inflación a nivel global.
El gas ruso continúa exportándose a Europa y es pagado en rublos. Al contrario de lo buscado por las sanciones el rublo no se hundió, sube frente al dólar. A inicios de año un dólar cotizaba a 75 rublos y ahora a 53 rublos por dólar. Las reducciones de volumen de gas exportado fueron compensados por la suba de precios. “Es impactante ver que a pesar del recorte del 75% del suministro diario de Gazprom a Europa, los ingresos diarios están en línea con los de hace un año y más altos que en la época anterior al Covid”, dijo un analista financiero a la agencia Bloomberg. Los precios del gas han subido cuatro veces desde junio pasado.
Las sanciones a Rusia son la principal causa de la disparada alcista de los precios
Antes del ingreso de las tropas rusas a Ucrania, el gobierno de Alemania canceló la habilitación del gasoducto Nord Stream2, para enviar gas ruso a Alemania finalizado en septiembre de 2021, impidiendo que comience a suministrarlo.
Ahora la reducción de suministro de gas ruso a Europa por Nord Stream1, aunque Rusia dijo que es por mantenimiento, generó alarma y suba de precios del gas. Las turbinas compresoras que Siemens envió a Canadá no son devueltas a Rusia, “la turbina, fabricada por Siemens Energy AG, actualmente no puede regresar del mantenimiento en Canadá debido a las sanciones”.
Las sanciones decididas por Europa y Estados Unidos contemplan también el cese de las importaciones de petróleo, que ya se implementaron hasta fin de año. Las sanciones impactan en los mercados de gas y petróleo subiendo los precios en los mercados internacionales. Mientras los productores de Rusia, Arabia Saudita, Estados Unidos y Noruega son los beneficiarios, la suba de precios ha disparado la inflación en todo el mundo. Los productores en Estados Unidos y Arabia Saudita se negaron a aumentar la producción para bajar los precios.
Europa cambia la dependencia de Rusia a los EE.UU.
Los países europeos dependientes del gas ruso se han largado a una carrera de compra de gas natural licuado (GNL) a Estados Unidos que compense el gas ruso. El gas licuado además de ser más caro luego debe ser regasificado al llegar a Europa.
Los precios del GNL se han cuadruplicado en un año por la creciente demanda que se multiplicó al agregar la necesidad para acumular reservas. El temor a quedar sin gas en invierno se potenció cuando la Agencia Internacional de Energía (AIE) informó que estima que Putin cortará el suministro a fin de año.
Gracias a las sanciones Estados Unidos se convirtió en el principal exportador de GNL. En diez años pasó de ser un importador de gas a ser el principal exportador compitiendo con Qatar que ahora no tiene capacidad de exportación al tener vendida toda su producción.
La guerra y las sanciones del G7 han transformado los combustibles en un arma de guerra y las sanciones pueden subir aún más sus precios
El gas y el petróleo se han transformado en un arma de guerra y junto a la falta de alimentos están impactando en la economía mundial con creciente inflación y hambrunas.
La Unión Europea y el Reino Unido avanzan en nuevas sanciones para limitar las exportaciones de petróleo de Rusia. Ahora con “la prohibición de todos los seguros para los petroleros que transportan petróleo ruso a cualquier parte del mundo”. Un especialista en energía dice que “hacerlo podría sonar como el siguiente paso lógico para endurecer las sanciones contra Rusia. Pero no lo es”. Explica que si esas sanciones reducen el suministro de petróleo ruso los precios se dispararán aún más: “Actualmente las exportaciones rusas representan el 8% de la producción mundial. Si se redujeran, digamos al 5%, … sugeriría un aumento en el precio mundial del petróleo del 21 al 30%…” .
El regreso al carbón y a la energía atómica
La crisis energética también tiene otras causantes. Francia está contribuyendo a la falta de gas en Europa al cerrar la mitad de las plantas de energía nuclear colapsadas por falta de mantenimiento e inversiones.
Con 56 reactores, Francia produce más de la mitad de energía nuclear de Europa: “Una docena de reactores permanecerán desconectados para inspecciones de corrosión o reparaciones que podrían llevar meses o años. Otros 16 permanecen fuera de línea para revisiones y actualizaciones”.
Alemania anunció que reiniciará las centrales eléctricas de carbón que habían sido desactivadas para conservar el gas natural, dijo el ministro de Asuntos Económicos y Acción Climática, Robert Habeck del partido “verde”, que tiene una plataforma “ambientalista y pacifista”. “Eso es amargo, pero es simplemente necesario en esta situación reducir el uso de gas”, dijo Habeck. Abandonando los planes de reducción de emisiones de carbono “temporalmente”.
También estudian volver a la energía nuclear; en Alemania quedan en funcionamiento tres plantas que está planificado desactivarlos antes de fin de año. Ahora el gobierno debate suspender el cierre.
Los gobiernos están regresando “hacia los combustibles fósiles que dificultará aún más la estabilización del clima”, dice The Economist.
El G7, un grupo incapaz de hacer retroceder a la invasión en Ucrania
Los “líderes” del G7 no han logrado hacer retroceder a las fuerzas rusas de las zonas ocupadas en Ucrania luego de cuatro meses ni tampoco lograron hundir la economía rusa ni el rublo. Lo que sí han logrado con las innumerables sanciones es impulsar el alza de los precios de los combustibles y el gas, que están generando una inflación global y el regreso a las formas más contaminantes de producir energía.
Esta realidad pone en evidencia los enfrentamientos y desacuerdos en el G7, que han impedido decisiones sobre el conflicto bélico, los combustibles y los alimentos. Solo se han anunciado decisiones de fortalecer las defensas en el este de Europa.
Boris Johnson “advirtió” a Macron que deje de impulsar un acuerdo con Putin que causarían “una inestabilidad duradera”. Es por eso que las negociaciones para una tregua al conflicto están paralizadas y no hay iniciativas para reorganizarlas.
Macron interpeló a Biden reclamando decisiones para aumentar la producción global de petróleo. La “presidencia francesa reveló que creían que se debería permitir que el crudo de Irán y Venezuela regrese al mercado para ayudar a estabilizar los precios del petróleo”; que requieren una iniciativa de Estados Unidos sobre las sanciones a Irán, que no se han anunciado.
La guerra continúa
Los desacuerdos en el G7 son el reflejo del empantanamiento de las fuerzas de Ucrania para desalojar a los rusos que ocupan nuevo territorio, Volodimir Zelensky quedó sin apoyo para una contraofensiva para expulsar las fuerzas rusas.
El aumento de las defensas en el este de Europa decidido por la Otan aumenta la militarización de toda Europa y se suma al incremento en sus gastos de defensa de todos sus miembros.
Mientras los gastos en “defensa” crecen, la guerra y las sanciones a Rusia extienden a todo el planeta mayor inflación con su efecto devastador sobre los trabajadores en todo el mundo y la falta de alimentos una hambruna en países enteros. La inflación también presiona a los bancos centrales a un giro de la política monetaria de los últimos años que está hundiendo el sistema financiero en un derrumbe que llevará la economía a una recesión.
La lucha contra la guerra es la bandera de los trabajadores para impedir mayores desastres a toda la humanidad.
https://prensaobrera.com/internacionales/g7-las-potencias-capitalistas-conspiran
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