Opinión

12/4/2007|987

Por todas las Ritas del país

Hola, compañeras/compañeros:


Les cuento la siguiente anécdota que, supongo, les gustará y enorgullecerá. En la empresa donde yo trabajo (un instituto de diagnóstico) trabaja también Rita, una trabajadora de la limpieza de 63 años e hiperexplotada por los patrones.


Yo suelo hablar con ella en los escasísimos tiempos libres y en una de esas oportunidades, salió el tema de la explotación y la injusticia.


Yo, con mis malditos prejuicios pequeño-burgueses, no llevaba el tema mucho "más allá" de lo que puede ser una queja cotidiana.


Pero, como siempre, una obrera me superó y me contó lo siguiente:


Ella es oriunda de General Moldes, Salta, y vive en Buenos Aires sólo por trabajo, habiendo dejado allí a sus nietos, hijos e hijas. Pues bien, Rita me contó, con lujo de detalles, las actividades del Partido Obrero en su pueblo y, entre otras, dijo la siguiente frase, que me pareció maravillosa y me estremeció por la fuerza y convicción con que la dijo: "¿Sabés, m'hijita, lo que sería si esa gente (el PO) gobernara?… Estos hijos de puta (refiriéndose a la patronal) no podrían hacer nada y los que transpiramos gobernaríamos y los haríamos transpirar a ellos".


Luego Rita siguió con su faena, y mientras yo regresaba a mi cubículo de monotonía y alienación, ella dejó de pasar el lampazo por un instante, se volvió a mí y me dijo: "Ah, y una vez lo vi al hombre ese de ojos celestes en la Universidad de Salta… Si lo escuchás, te caés de culo. Te dice las cosas como son. Desde que lo escuché, te juro por Dios que veo las cosas de otra manera. Los laburantes tenemos la manija de todo, en esa charla me quedó claro".


No le pregunté, pero sobreentendí quién era el "hombre de ojos celestes".


Tal vez el relato frío, escrito, no sea conmovedor, pero les juro (en mi caso, no por Dios) que fue realmente emocionante y contundente.