Partido

21/11/1996|520

“El problema del poder”

Escobar - 28/10/96

Leyendo el artículo sobre el problema del poder (P.O. N° 516), se me ocurrieron algunas dudas o reflexiones que paso a desarrollar.

 

En la tercera columna del artí­culo se plantea: “es incuestiona­ble que los trabajadores, en su conjunto, aún no tienen una apreciación adecuada de esta situación política, lo que ex­plica que se sigan debatiendo en luchas aisladas…”.

 

Si bien comparto esta caracte­rización general, creo necesario recalcar que estas luchas, aun aisladas a un determinado gremio ‘o ciudades y pueblos, han sido victo­rias importantísimas para todo un sector de trabajadores que partici­paron en ellas, e incluso un ejemplo de métodos de lucha que nos per­mitan ganar, para otros. Creo que tos trabajadores intentan en cada proceso de lucha (aun aislada) en­contrar una salida a su situación y enfrentar a los responsables de ella. Tampoco hay que olvidar la intervención de “bombero” de la burocracia sindical o del centroizquierda en cualquier conflicto (he­ridos, pero siguen existiendo). O sea, el descrédito hacia el gobierno y la desconfianza hacia las buro­cracias y las instituciones están ins­talando cada vez con más peso en la población. Pero aunque muchos piensen “Menem se tendría que ir o no sirve”, la cuestión del reemplazo no está aún tan clara para los trabajadores; por allí, creo, pasa el problema del po­der: la discusión y el debate alre­dedor de desarrollar las luchas y la política hacia la organización de la vanguardia y el activismo (sobre todo) para ejercer ese do­ble poder que permita desarro­llar, a su vez, un movimiento más general de las masas que derrote al gobierno.

 

Este es un momento política­mente muy interesante para aprovechar a fondo nuestra intervención partidaria y acercar a los trabajadores que observan las cri­sis y contradicciones del gobierno. Pero en la discusión de “quién debe gobernar”, ellos o noso­tros, o sea, el problema del po­der, creo que la cuestión es más compleja. Y más indispensable de abordar.

 

Allí también entra la discu­sión necesaria sobre el significado de la “democracia”, concepto con el que juega bastante el centroizquierda y la burocracia cuan­do de regimentar la acción de los trabajadores se trata: ante un avance importante del movimien­to obrero, enseguida sacan de la galera el tema: “Debemos de­fender la democracia… los castigaremos con el voto. La importante acción del parla­mento como representante del pueblo”.

 

Todas estas mentiras están instaladas en un amplio sector de la población, que todavía cree que este gobierno es malo, pero… esta­mos en democracia.

 

El verdadero rol de la democra­cia es algo que también debemos explicar y discutir en esta etapa, para mejor construir una salida propia e independiente como tra­bajadores, ante la agonía del gobierno y del régimen político.