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14/9/1993|401

La “ecología” en la campaña electoral

El martes 7 se realizó una mesa redonda en el Teatro San Martín, en la que candidatos a concejales por la Capital fueron invitados a exponer sobre “ecología urbana”. Todos los partidos presentes (PJ, UCR, Ucede, Frente Grande, US, FDA y FIT) partieron de reconocer, en sus exposiciones, las características aberrantes de las condiciones de vida en la “megalópolis”, en materia de hacinamiento, saturación del transporte, déficit de espacios verdes y de servicios públicos. Todos también opinaron sobre la incidencia negativa que la privatización de los servicios ha tenido sobre las condiciones ambientales. Y la irracionalidad de la urbanización sometida a los excesos del negocio inmobiliario.


Toda esta demagogia electoral naufragó, sin embargo, a la hora de las propuestas y al calor de la polémica que introdujo el candidato a concejal por el Frente de Izquierda. Todos, excepto el FIT, abogaban por mecanismos más eficaces de control. “Arbitrar los conflictos en ámbitos para consensuar”, dijo Bustelo de Ucede; “cumplimiento de la legislación y control por organizaciones no gubernamentales”, planteó Delich de la UCR; Jozami del FG propuso “reformular la función del Estado, cambiando la lógica privatista y subordinando la rentabilidad al interés público”. Hasta Juliana Marino del PJ propuso “encontrar un espacio común donde discutir los modelos” y “declarar un año ecológico” (!).


Toda una fraseología hueca para eludir la cuestión fundamental, qué hacer con las privatizaciones de los servicios que han llevado al límite la degradación de la ciudad. Villamil, candidato del PO en el FIT, denunció que no hay regulación ni arbitraje posible. Que se trata de desmantelar el sistema de corruptela del gobierno municipal y del Concejo Deliberante, que gira alrededor de los negociados de las “privatizaciones”, como lo demostró el “faltazo” de los concejales radicales cuando se aprobó la “excepción” al reglamento de edificación para el proyecto de Puerto Madero, que autoriza a construir una barrera de 40 pisos entre la ciudad y el río. Que mientras todos los presentes aceptaban, por ejemplo, la importancia de la extensión de la red de subtes para solucionar el sistema del transporte y la polución urbana, no se planteaba la necesidad de anular la concesión privada de subterráneos, cuyos adjudicatarios no invertirán un solo peso en la extensión de la red, sino que recibirán incluso un subsidio estatal para garantizar la “rentabilidad” de las líneas actuales.


También denunció el candidato del FIT, que el déficit del presupuesto municipal era encarado por la administración Bouer abandonando la financiación de la salud pública y la educación (enormes problemas ecológicos), mientras renegocia los contratos leoninos con Macri y Cía. Y que la reforma política de la Capital propuesta por el menemismo agravaba todo, autorizando a futuras distintas “alcaldías” a establecer contratos privados de servicios.


La propuesta del FIT consistió en anular los contratos, investigarlos y expropiar a los contratistas. Colocar la gestión municipal y de los servicios públicos bajo control de los trabajadores (municipales, de la salud, de la educación) y el control obrero con derecho a veto de las industrias en materia de efluentes, emisión de tóxicos, etc. La elección directa de los representantes, intendentes y concejales, con distrito único, representación proporcional y revocabilidad. Convocar a asambleas populares para debatir y movilizarse por todas las reivindicaciones.


Un dato político interesante. Ni el candidato Delich, ni los concejales en ejercicio (Bustelo y La Porta) desmintieron la denuncia del FIT sobre el “faltazo radical” al Concejo Deliberante.