Negro Palmucci
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Murió uno de los pocos compañeros que allá por los años ochenta no se obnubilaron con la verborragia alfonsinista: él, Marcelo, libró batalla caminando para conseguir afiliaciones para que el Partido Obrero fuese legalizado. ¡Menuda batalla!
Apostó consciente a la revolución socialista y a los únicos baluartes que la iban a llevar adelante. ¡Sí! fue uno de esos loquitos que pululaban por ahí diciendo “¡Socialismo o Barbarie!”, “¡La Casa Rosada no cambió de dueño!” “Vote a Menem y le sale un Alsogaray”. Sí, uno de esos que construyeron con fuerza y convicción este gran Partido Obrero.
Gracias Negro, gracias por haberte conocido, gracias por los vinos que nos tomamos juntos hablando de los compañeros y de nuestros sueños y realidades.
Cuando tomemos el poder brindaré por vos.