La devaluación reactivó las cinco principa­les actividades de la ciudad: no es sólo la industria del pescado ocurre lo propio con la textil y el turismo, con la frutihorticultura y la construcción (por primera vez en décadas hay 30 edificaciones en serie).

La ciudad se ha beneficiado con buena parte del plan nacional de viviendas y del “plan Dignidad”, que el intendente kirchnerista ha repartido entre sus punteros.

Pero a los trabajadores no nos ha tocado nada.

En el puerto, en la Uocra, en Uatre, en Comercio y Textiles, en todos lados campea el trabajo en negro (más del 50%), sin cober­tura de ningún tipo y con la extensión de las jornadas de trabajo hasta límites insoporta­bles, mientras Mar del Plata sigue siendo la “capital” provincial de la desocupación.

La “recuperación marplatense” se logra a costa de la superexplotación obrera.

¿De qué “superávit fiscal” se enorgullece Katz, si las barriadas no tienen asfalto ni servicios esenciales; las salas de atención primaria están desmanteladas y el servicio de transporte es carísimo y está en crisis. Katz será un “modelo de gestión” para los es­peculadores inmobiliarios, para los indus­triales negreros y la patria contratista. No lo es para el pueblo marplatense.

Katz se hace el “preocupado” por los fla­gelos que sufrimos los trabajadores, pero sus aliados están entre lo más podrido de la bu­rocracia sindical y las grandes patronales.

Entregó a la Uocra el manejo de buena parte de la obra pública (plan de viviendas con cooperativas truchas). Es la misma ma­fia que regentea las plantas de empaque frutihortícola con trabajadores esclavizados. La concesión de una de las obras más importan­tes de la ciudad, el emisario submarino, va a ser entregada a Servicios Portuarios Inte­grados (SPI), una empresa cimentada en la tercerización.

La economía local depende aproximada­mente en un 30% de la industria del pescado. Con una exportación en ascenso, el empresariado “nacional y popular” ha violado sistemá­ticamente todos los controles, cupos y zonas de veda (reproducción) mediante la compra de amparos judiciales, inspectores, etc.

Las patronales se han lanzado a la lla­mada “pesca olímpica” (pescar todo lo que se pueda en el menor tiempo posible). Este año ya se habían ampliado tres veces los cupos del Inidep para la merluza común (principal especie exportada). Todo esto ha puesto en crisis el recurso y ahora Katz se ha sumado al coro que reclama una nueva extensión de la cuota.

Pretenden que las consecuencias de la crisis las paguen los trabajadores, ya que aún con las 10.000 toneladas otorgadas no alcanzará para llegar a fin de año (el prome­dio mensual de extracción es de 27.000). Ya empezaron los despidos y suspensiones.

Por una Alternativa Obrera y Socialista en Mar del Plata

El Partido Obrero plantea:

Si el empresariado bate récords de exporta­ción, llena sus bolsillos y acapara pescado en sus cámaras, el pueblo no debe permitir que se engrosen las filas de los desocupados.

Ningún despido. Basta de cooperativas truchas. Trabajo bajo relación de dependen­cia. Garantía horaria.

Empadronamiento a cargo de las organi­zaciones populares e ingreso a la obra públi­ca.

Bolsa de trabajo para los planes de vi­vienda.

Trabajo genuino para todos. 8 horas de trabajo con un salario mínimo de 800 pesos.

Basta de negociados: control directo de la obra pública por los trabajadores. Bolsa de trabajo de las organizaciones populares.

Transporte colectivo bajo control obrero; recorridos, frecuencias y estudio tarifario a cargo de las asambleas barriales. Boleto pla­no de 60 centavos. Boleto estudiantil y pase para los desocupados.

Reequipamiento y aumento de personal en las salas de atención primaria, guardia médica las 24 horas, ambulancias y una red informática común con los hospitales de al­ta complejidad.

Basta de represión, persecución judicial y amenazas a los luchadores populares.

Libertad a lodos los presos políticos. Por la movilización obrera-estudiantil. Por el es­clarecimiento de los crímenes contra la ju­ventud y el asesinato de mujeres.