Partido

5/12/2002|783

Se realizó el XIII Congreso del Partido Obrero

El XIII Congreso del Partido Obrero se realizó el último fin de semana. Los 290 delegados provenientes de todo el país, que representaron un aumento del 150% respecto del último Congreso, mostraron a las claras el crecimiento del Partido Obrero en la vanguardia obrera y piquetera que estuvo a la cabeza de las luchas en todo el país durante el último año.


El Congreso del PO fue una verdadera escuela de táctica y estrategia política. Durante tres días, los delegados debatieron y aprobaron resoluciones sobre la situación política; sobre las consignas y métodos de intervención en el movimiento obrero y piquetero, en los sindicatos, en las fábricas ocupadas y en la juventud. Confirmó que la consigna estratégica en la lucha por un nuevo Argentinazo es “Por una Constituyente con poder”. También fue votada una resolución internacional que caracteriza el Argentinazo como una tendencia internacional y que fija actividades para avanzar en la tarea de la refundación de la IV Internacional. Finalmente, el Congreso votó el Comité Nacional encargado de llevar adelante estas resoluciones.


El Congreso del Partido Obrero contó con la presencia internacionalista de los compañeros Savas Matsas (del Partido Revolucionario de los Trabajadores, de Grecia), Franco Grisolía (de Progetto Comunista, de Italia), Anaí Caproni (del Partido de la Causa Operaria, de Brasil), y de Rafael Fernández (del Partido de los Trabajadores de Uruguay), con los que el PO libra en común la lucha por la refundación de la IV Internacional. También participó en el Congreso el compañero Leónidas Vatikiotis, de la Nueva Corriente de Izquierda, de Grecia. Fue leído un saludo de los compañeros de la Liga Obrera Socialista de Palestina.


 


RESOLUCION SOBRE EL MOVIMIENTO OBRERO (EXTRACTOS)


 


Introducción


1. El frente de organizaciones piqueteras de la Asamblea Nacional de Trabajadores se ha constituido en un centro político de referencia para el conjunto del movimiento obrero, para las fábricas ocupadas, para los sindicatos clasistas, para las asambleas populares (…)


Las grandes luchas de los trabajadores ocupados se han dado al margen de la burocracia sindical. Brukman, Zanón, Grissinópoli, TDO, Clínica Junín, Chilavert, Lavalán (…) los ceramistas de Neuquén y los obreros del Soip (…), los municipales cordobeses.


La ocupación de Perfil o los choferes de la Libertador San Martín contra los despidos, la ocupación de hospitales como el Mercante y todas las luchas contra el ajuste en la salud, la heroica lucha de subtes por las seis horas, las luchas municipales en todo el país contra el derrumbe de los municipios, la impresionante lucha salarial del Soip marplatense, los aumentos arrancados por los municipales de San Lorenzo y la lucha fabril por los 100 pesos no pagados por infinidad de patronales, aumentos fabriles como en Interpack gráfica, la gran lucha docente en Ensenada, Lomas y otros distritos del conurbano bonaerense contra los descuentos salariales, las luchas municipales cordobesas, el plan de lucha de la DGI o los paros del Pami, la movilización de los mineros del Turbio o la temprana huelga docente rionegrina por falta de pago. Ninguna de ellas ha formado parte de la política de la burocracia sindical.


2. La formidable lucha de los obreros de subtes abrió la batalla contra la flexibilidad laboral y un principio de reparto de las horas de trabajo al plantear la reducción de jornada. Desnudaron al “progresismo” de Ibarra como agente de los Benito Roggio y de los privatizadores, pero al mismo tiempo a la burocracia de Palacios (…)


3. Las tres Asambleas Nacionales de Trabajadores ocupados y desocupados, han abierto un método, que es el del Congreso de Bases. Han integrado a piqueteros ocupados y desocupados como un todo, extendiendo la influencia del movimiento piquetero a los sindicatos, contribuyendo a un trabajo revolucionario en sus filas por la expulsión de la burocracia, por su recuperación clasista y antipatronal (…)


 


La conquista de los sindicatos


(…)


5. En el año de la rebelión popular la burocracia sindical dio la espalda como nunca al proceso de lucha, a las ocupaciones de fábrica, a las asambleas populares y a las grandes luchas piqueteras. Entregó por completo al movimiento obrero a los despidos en masa, a los cierres y quiebras y eludió toda acción de conjunto para evitar el derrumbe salarial. El apoyo al gobierno de Duhalde se expresó en la virtual unificación de la burocracia alrededor de la tregua: el moyanismo tuvo en la escuálida manifestación de mediados de año su canto del cisne. La Cta se recostó en la integración de D’Elía a los consejos consultivos y se opuso a toda acción de masas que pudiera atacar la continuidad de Duhalde (…) El gobierno de Rodríguez Saá no sólo tuvo el apoyo “esperanzado” de D’Elía y Alderete. Daer y Moyano hicieron en Azopardo un plenario conjunto de la CGT que apoyó con pitos y cadenas a Rodríguez Saá.


6. Desde el inicio, las centrales obreras se alinearon en la fracción pesificadora de la burguesía. (…) se adaptaron a la bancarrota capitalista, “hasta que la crisis toque fondo”, con el cuento de que la futura reactivación marcará la hora “de las demandas obreras”. Así se entiende la parálisis frente a la cascada de cierres y quiebras (…)


7. Se articuló una política en función de esta estrategia. Tienen su propia tropa en el Ministerio de Trabajo a través de Camaño (…). Simultáneamente se frenaron todos los reconocimientos de nuevos sindicatos, reforzando la línea histórica del “sindicato único”. El Ministerio de Trabajo está habilitando fallos para extender una cuota del 2% a todos los trabajadores, estén o no afiliados, y de esa manera hacer caja frente a la desafiliación masiva y mantener el control electoral sobre padrones ultrarrestringidos. Las “contribuciones especiales” a los sindicatos se extienden a innumerables convenios por empresa tipo Smata, son la moneda de cambio de la flexibilidad laboral, y han tenido una versión reciente en el convenio Pami, donde están estampadas las huellas digitales de las tres centrales obreras. Una manifestación extrema del arbitrio del Ministerio sobre los sindicatos es la escandalosa convocatoria a nuevas elecciones parciales en el Soip, buscando usurpar la victoria clasista, lo mismo que los desafueros tipo Pepsico, Quebecor, etc.


8. Otro aspecto del pacto sindical-duhaldista son las decenas de miles de planillas de Jefes y Jefas de Hogar a la Uocra de Gerardo Martínez (…)


9. El Ministerio Camaño jugó a favor de la restitución del 2% a la obra social de los bancarios a cambio del apoyo del zanolismo a la reestructuración bancaria que silenciosamente ha cobrado la caída de unos 10.000 puestos de trabajo, cuando todavía no se hizo efectiva toda la reestructuración que reclama el FMI, una vez asegurada la confiscación definitiva de los ahorristas (…)


10.La Cta tiene su propia “articulación”, pero no escapó a las líneas maestras de las políticas del “sindicalismo empresario”. El “pecado original” (fue) levantar la manifestación del 20 de diciembre (…).


11. De conjunto, los 100 pesos no sólo son un taparrabos, que apenas expresa la preocupación de la burguesía (y sus contradicciones insalvables) por la imparable caída del consumo y la emergencia del conflicto social. No sólo han sido cobrados por una parte reducida de los asalariados, teniendo en cuenta la exclusión de los “no registrados” o en negro y los estatales. Los 100 pesos han sido la coartada para renovar convenios flexibles, profundizarlos y habilitar nuevas flexibilidades. Uno de los más escandalosos es el de Oca, donde el moyanismo firma con Exxel el salario por piezas, después de entregar el fraccionamiento de las vacaciones (…).


12. La Cta, central fundamentalmente estatal, no jugó ningún papel en la lucha por recuperar el 13% de rebaja salarial en medio de una inflación oficial del 40%. Pero el convenio Pami los delata como tributarios de los convenios flexibles, porque junto al moyanismo y al menemismo sindical de Upcn, son firmantes de una paritaria permanente “no confrontativa”, que habilita la discusión de “eficiencia”, “productividad” y “funcionalidad”, cuando planea una feroz racionalización sobre la Obra Social más grande del país. Aquí, la lucha y movilización salarial de los trabajadores fue hipotecada con este convenio.


 


Programa


13. El Partido y el Polo Obrero no actúan mediante la presión a la burocracia sindical. Nos dirigimos a las masas mediante una agitación política. Incorporamos en este Congreso el objetivo de una agitación como mínimo mensual, sistemática, sobre el conjunto del movimiento obrero, que tendrá por base el programa de salida a la crisis en contraposición al adaptacionismo al derrumbe capitalista de la burocracia sindical.


Con los 100 pesos y el plan Jefes y Jefas, el gobierno ha echado lastre buscando contener la crisis social. Pero la tensión salarial se agravará como consecuencia de los tarifazos, de la inflación reprimida, de la continuidad de las rebajas salariales y de nuevos ajustes presupuestarios.


La cuestión del salario está instalada totalmente en el escenario político (…). La burguesía está obligada a buscar un canal que permita encauzar la explosividad social.


14. La lucha salarial está bloqueada por la burocracia. La desocupación masiva y el retroceso productivo no son las razones que frenan la lucha, sino el pretexto. Prueba de ello es que la dirigencia sindical ni siquiera impulsa la lucha en los sectores “reactivados” y tampoco articula la lucha común entre los sectores reactivados y los que no lo están. Menos aún organiza e incorpora a esa lucha a los desocupados.


No es cierto que no se pueda financiar un aumento salarial (…) pero eso tropieza con las contradicciones de la bancarrota capitalista (…). Los bancos no conceden créditos ni están interesados en hacerlo. La desaparición del crédito es un indicador del colapso general de la economía capitalista (…).


La magnitud en el retroceso del precio de la fuerza de trabajo y la desocupación en masa implican una quiebra vertebral de las condiciones en las cuales se desenvolvió el mercado interno. La reversión de ese deterioro entra en colisión, sin embargo, con el aumento de las tarifas, el excedente comercial, el superávit fiscal, el reordenamiento y salvataje del sistema financiero y la redolarización del crédito, es decir, con el paquete de medidas cuya implementación está alentando el gran capital y que se vienen febrilmente negociando con el FMI. La conquista y recuperación del salario sólo puede avanzar enfrentando y venciendo esos escollos y condicionamientos, procediendo a la nacionalización de la banca y el monopolio del comercio exterior, que ponga fin a la fuga de capitales y a la sangría del país, es decir, como parte de una transformación que privilegie los intereses de los trabajadores y coloque el crédito y los recursos al servicio de sus necesidades.


15. La burocracia (…) tampoco lucha contra los despidos (…)


Frente a cualquier despido y suspensión y la amenaza de cierre, es necesario la ocupación de fábrica y la huelga general hasta la reincorporación de los compañeros. En este contexto, el papel del Polo y el Partido Obrero es fundamental. La experiencia recorrida en Morixe, Lavalán, en el subte, es necesario generalizarla (…) La ocupación de la fábrica, más aun cuando el conflicto se prolonga en el tiempo, pone sobre el tapete la necesidad de avanzar hacia la gestión obrera y garantizar la continuidad de la producción a través de la acción e iniciativa directa de los trabajadores.


16. La burocracia está interviniendo sobre las fábricas ocupadas para vaciarlo de contenido y llevarlo al callejón sin salida de la autogestión. Las cooperativas son concebidas por las direcciones sindicales como un instrumento para desviar la lucha de clases y, por sobre todo, desvincular a los trabajadores de un terreno común de lucha con el resto de la clase obrera. Los miembros de las flamantes cooperativas, de acuerdo a esta orientación, dejan de ser trabajadores, pasan a ser cooperativistas (…). La salida que propone la burocracia es funcional al rescate del capital.


Defendemos a las cooperativas contra el ataque capitalista pero combatimos esta orientación reaccionaria que apunta a anestesiar la conciencia de los trabajadores y a ahogar su capacidad de acción y de lucha para someterla al pantano de los microemprendimientos y el cuentapropismo, que tarde o temprano termina siendo destruido por la fuerza superior del capital. Al camino autogestionario le oponemos otro programa que apunta a una salida política y general de la clase obrera.


No hacemos un fetiche de las cooperativas, pero tampoco de la estatización. El Estado es el responsable de la catástrofe y la desorganización económica actuales. La “estatización” le daría al poder político la fuerza para dislocar o destruir el control y gestión obrera y proceder a una reprivatización. (…)


La actual situación plantea impulsar la expropiación de las fábricas vaciadas y su entrega a los trabajadores, reivindicando su gestión obrera independiente, simultáneamente con su centralización en un frente común para pelear por el control de los bancos, el auxilio estatal, el poder político y el gobierno de trabajadores. (…)


17. La lucha contra la desocupación pone a la orden del día la consigna del reparto de las horas de trabajo. La histórica lucha librada por los compañeros de Metrovías por la jornada de 6 horas ha constituido, en este sentido, una clara señal de las posibilidades reivindicativas que la rebelión popular ha abierto para la clase obrera ocupada. (…)


(…) La lucha contra la desocupación plantea simultáneamente la creación de nuevos puestos de trabajo, lo cual es impensable sin una reorganización general de la economía sobre nuevas bases sociales, que permita el acceso y aprovechamiento de los recursos en función de las necesidades populares. En primer lugar, un plan de obras públicas y de construcción de viviendas populares que absorba la mano de obra desocupada respetando los sueldos y el régimen laboral establecido en la construcción.


La creación de puestos de trabajo plantea también la reapertura de fábricas inactivas y abandonadas por sus dueños, tal como ha ocurrido con algunas clínicas, que fueron ocupadas por las asambleas populares de la zona, o la reciente toma de Acrow, metalúrgica de Quilmes, que estuvo durante 10 meses paralizada. Este planteo, tomado por el Polo Obrero chaqueño sobre la textil UCAL como reclamo al Estado, puede ser tomado para llevarlo a la práctica por el movimiento piquetero en todos los distritos o regionales.


18. En este planteamiento sobre las fábricas en crisis, el transporte merece un lugar especial. Esta actividad se encuentra en una profunda bancarrota, y el horizonte que se abre es de un tendal de despidos. La “reorganización empresaria” que se trama, con complicidad de los dirigentes de la Uta, pretende hacerles pagar las consecuencias de la crisis a los trabajadores y usuarios.


La expropiación y gestión obrera de las empresas del transporte emerge como la respuesta natural a esta crisis terminal, y como la única salida para mantener la continuidad del servicio y la totalidad de los puestos de trabajo. La expropiación y gestión obrera no pueden tomarse como un fin en sí mismo, sino (…) inscriptas en la lucha por una reorganización general del transporte y de la economía en su conjunto (…).


19. La lucha contra el hambre. Los sindicatos no pueden permanecer al margen de este flagelo. Es necesario poner el inmenso arsenal de alimentos que produce la Argentina a disposición de los hambrientos, lo que exige requisarlos allí donde se encuentran: en los grandes pulpos agrícolas y alimenticios. Para imponer estas requisas, es imprescindible el control de la producción y la distribución por parte de los trabajadores de la alimentación, rurales y de los supermercados. Impulsamos una red de abastecimiento promovida por los propios sindicatos de productos de primera necesidad (alimentos, medicinas) que lleguen a los que los necesitan. Esta red debe operar en la propia fuente, es decir, en los propios centros urbanos y rurales donde se producen y distribuyen los productos, y asegurar, por medio de comisiones de trabajadores electos por asamblea, que se aparte una parte de la producción y de los envíos para aplicarlos a la satisfacción de las necesidades apremiantes de la población hambrienta. Esta red, encabezada por los trabajadores y sus organizaciones, debe promover sus ramificaciones hacia el pueblo, lo que plantea trabajar y estrechar sus vínculos con el movimiento piquetero y las asambleas populares y organizaciones barriales.


 


Fracciones sindicales


20. Nos planteamos un trabajo revolucionario en regla sobre los sindicatos, basados en la caracterización de que la acción política y de lucha del movimiento piquetero adelanta tendencias de conjunto en la clase obrera (…). El Partido tiene una función estratégica, que debe expresarse en una sistemática lucha política en los sindicatos. Llamamos la atención sobre las reivindicaciones que están en juego y las unimos a la crisis política y al agotamiento del régimen, denunciando los bloqueos de las direcciones sindicales, poniendo de manifiesto los lazos que unen a la burocracia con las patronales y los gobiernos de turno y desarrollando un programa de salida a la actual situación y los métodos de organización para lograrlo.


Las agrupaciones propias, partes del Polo Obrero, expresiones del Partido en el movimiento obrero, son insustituibles para abrir paso a una nueva dirección clasista en los sindicatos. (…)


En este cuadro, señalamos como objetivos estratégicos la Uta, el Sindicato Gráfico y la Uocra. También el desarrollo del Partido en el cordón industrial de San Lorenzo y la agitación y trabajo sistemático sobre una treintena de grandes fábricas de todo el país.


 


El Polo y el Partido Obrero


21. El Partido Obrero ha impulsado la creación del Polo Obrero con un claro objetivo estratégico: construir un reagrupamiento político-reivindicativo de trabajadores ocupados y desocupados, a partir de principios de independencia de clase. (…) Desde que el PO trazó un plan de trabajo sobre el movimiento de desocupados (Congreso de 1995), (…) combatimos tempranamente a los defensores de los planes “con contraprestación laboral”, que pretendían convertir al desocupado en un ariete contra el salario y el convenio. Sobre esta base, se ha constituido y desarrollado el Polo Obrero.


22. El desarrollo de movimientos masivos de desocupados es un resultado del proceso de descomposición capitalista, por un lado, y de la disgregación de los partidos patronales y sus aparatos de punteros, por el otro. Pero es este mismo proceso el que plantea, al interior de los movimientos de desocupados, una disyuntiva de hierro: o éstos se proyectan junto a la clase obrera a un plano más general de lucha por el poder político, o se convierten en instrumentos –más o menos concientes– del propio régimen en disolución, y de sus tendencias a transformar al desocupado en un desclasado. Esta lucha recorre al conjunto del movimiento piquetero. Por su programa, sus métodos de lucha y de organización militante, el Polo Obrero es la fracción del movimiento piquetero que trabaja concientemente por proyectar a los obreros con o sin empleo a una lucha de clases de alcance general, y a la comprensión de la necesidad de la revolución socialista y la formación del partido revolucionario.


23. El Polo Obrero ha desarrollado sus polémicas y luchas políticas en torno de estas cuestiones estratégicas, no de cuestiones faccionales o de aparatos. El carácter crucial de estos debates se ha verificado, finalmente, en que han dado lugar a reagrupamientos con carácter de masa, tanto en el Polo como en las iniciativas de frente común impulsadas por nosotros (Bloque Piquetero, acuerdos con el Mijd o sectores de la Verón). En torno de la cuestión estratégica del poder, se estableció la divisoria de aguas que concluyó, por un lado, con la Ftv- Ccc ausentes del Argentinazo y, por el otro, con un Polo Obrero que construye el Bloque Piquetero y los acuerdos posteriores que conducirán a las Asambleas Nacionales y sus grandes resoluciones de lucha.


24. Pero el carácter clasista que concebimos para el Polo se traduce también en las características que le imprimimos a su acción cotidiana, en lo que refiere a la participación de sus compañeros en planes de trabajo, en emprendimientos productivos o sociales (comedores, etcétera).


El Polo Obrero denuncia la función general de los planes de empleo contra los salarios y el convenio (…), a las ONGs, la Iglesia y los aparatos patronales. Destacamos hasta qué punto se pone de manifiesto, en estos proyectos, la capacidad de los propios trabajadores para asegurar su subsistencia elemental, frente a la impotencia estatal. Pero esa comprensión debe proyectarse en un terreno de lucha contra el régimen, que comienza por exigirle al Estado el sostenimiento económico de estos proyectos, incluyendo un salario para quienes trabajan en ellos. El Polo Obrero rechaza los planteos que hacen del emprendimiento la base para una economía propia de los trabajadores que conviva con la economía capitalista (economía “piquetera”, trueque), es decir, que pretenden sustituir con microemprendimientos –o el “contrapoder”– la lucha por tomar el poder. El propio imperialismo ha alentado esta tendencia, financiando –a través del Banco Mundial– estas iniciativas, para poder, por esa vía, ejercer una tutela sobre el movimiento piquetero.


Del mismo modo, rechazamos la política de los “peajes” cuando éstos adquieren un carácter sistemático y permanente, y como vía de sostenimiento personal o colectivo. (…)


25. El Partido Obrero construyó al Polo enfrentando los métodos punteriles. Una expresión de esta tendencia punteril es la política de sanciones –”bajas” en los planes de empleo– desarrollada por las organizaciones que han ingresado en los consejos consultivos (…)


El Polo Obrero desarrolla en el movimiento de desocupados los métodos propios de los sindicatos clasistas: las asambleas, el debate colectivo, y la publicación de las resoluciones adoptadas. Para el Polo Obrero la disciplina de una organización que combate al Estado sólo lo logra la conciencia que adquieren sus miembros en el campo del debate, la acción y la elaboración colectivos. El debilitamiento de esta línea estratégica facilita las tendencias al desclasamiento que nacen de la propia condición que la barbarie capitalista le impone al compañero desocupado.


Un aspecto de las presiones a favor del punterismo es la tendencia territorial, ya que opone los intereses representados en el barrio a los intereses históricos de la clase obrera.


El Polo Obrero es la única organización piquetera estructurada sobre una base clasista, y que pretende proyectar a la clase obrera –ocupada y desocupada– con una fisonomía propia en la crisis nacional. En cambio, la tendencia a privilegiar los intereses regionales o barriales –que unen en un mismo espacio a expresiones de clases contrapuestas– entraña un principio de disolución política en programas y aparatos ajenos a la clase obrera.


26. El desarrollo del Polo Obrero y las tareas planteadas, exigen combinar dos atributos esenciales: un trabajo concentrado de politización y desarrollo del Polo como escuela de la revolución socialista, y de formación del partido revolucionario, en el plano político. Para abordar la complejidad y diversidad de las tareas que tiene planteadas, el Polo debe desarrollar mesas locales, que quedan bajo la responsabilidad de la Mesa Nacional.


La unidad de ambos procesos –centralización política y autonomía de organización– exige de una estrecha colaboración entre el Partido y el Polo en todos los estamentos. “Esta debe manifestarse en tres cuestiones fundamentales: la divulgación de la prensa del Partido Obrero; la formación política revolucionaria de los activistas del Polo; el reclutamiento militante para el Partido Obrero. La responsabilidad principal de los representantes del Partido Obrero en el Polo Obrero es el desarrollo de estas tres tareas fundamentales” (Papel de Trabajo aprobado por la Mesa Nacional del Polo, 8/10).