Números atrás envié una nota referida a Atahalpa Yupanqui respondiendo a un homenaje en estas páginas de Prensa Obrera. Escribí aludiendo al apoyo a la dictadura de Videla por parte del "payador perseguido"; la nota no salió. En el número 1030, Gastón K. Reed plantea la construcción de una alternativa obrera y socialista. Muy de acuerdo. Parece que le basta con "sacar a las patotas del gobierno". ¿Qué hacemos con el gobierno?, pregunto.

Se lamenta por los caceroleros apaleados ("gente de campo", "sectores independientes"), olvidando que Cecilia Pando y su banda de represores se encontraba en la Plaza; lo mismo que votantes de Macri y Carrió. Todos ellos aconsejaban no hace mucho reprimir al movimiento piquetero. Aquella consigna "piquete y cacerola la lucha es una sola", se la pasaron por el culo cuando mataron a Kosteki y Santillán. Recordar que a los caceroleros contra De la Rúa los impulsaban sus "canutos" ("ahorros", producto de la explotación, de la especulación financiera) acorralados. ¿Cacerolazos espontáneos? Además, los 40 caídos por las balas de la cana, y los numerosos heridos los aportamos nosotros, no ellos. ¿Ahora también hubo cacerolazo espontáneo? Paremos con las idealizaciones o para decirlo en lunfardo de decir giladas, así no se construye la alternativa obrera y socialista. No hay espontaneidad; es como afirma en el mismo número y página Adriana HLVS. Macri y Carrió movilizaron a sus votantes, al gorilaje de Barrio Norte y Recoleta. No me parecen los mejores aliados para un gobierno obrero. Soy consciente que en algún momento puedo yo caer, y para siempre, por una patota o por la represión estatal. Pero lamento que entre esos que resultaron averiados -según Gastón- no estén Cecilia Pando y sus represores, los que torturaron, hicieron desaparecer 30 mil compañeros.

Juan