Partido

14/4/2016|1406

Congreso Nacional de la UJS

Por la organización socialista y revolucionaria de la juventud

Unión de Juventudes por el Socialismo


El sábado 28 y el domingo 29 de mayo, aniversario del Cordobazo, se realizará el Congreso Nacional de la UJS -la juventud del Partido Obrero. La fecha escogida no es casual: queremos recuperar la experiencia de la unidad obrera-estudiantil, que ganó las calles de Córdoba en 1969, como una de las mejores tradiciones del movimiento popular argentino. Es el desafío del momento: construir una organización socialista de la juventud junto a los trabajadores para enfrentar la escalada ajustadora del gobierno de Macri y los gobiernos provinciales.


 


La pelea contra el gobierno buitre


 


La convocatoria a un Congreso Nacional de la juventud es una necesidad. Es imperioso darle un canal de expresión organizada a la enorme deliberación que desataron los primeros 120 días del gobierno de Macri. El ajuste no se hizo esperar y golpeó duramente a los trabajadores y a los jóvenes. A la combinación de la devaluación de la moneda y las decenas de miles de despidos se sumó el tarifazo en los servicios públicos. El cuento de que el acuerdo con los fondos buitre permitiría evitar un ajuste quedó desmentido de entrada. Estamos frente a un gobierno cuya agenda es dictada por el capital financiero, desde las oficinas judiciales de los Estados Unidos.


 


Los jóvenes rápidamente organizamos las primeras respuestas: grandes manifestaciones por el boleto educativo en Capital, La Plata y otros puntos del país; paros contra los despidos por la caída de convenios y contratados precarios en el Estado y las empresas. En la misma línea actuaron los docentes, con paros en diferentes provincias que enfrentan la voluntad del macrismo y los gobernadores de reducir sus salarios a niveles de hambre.


 


Mientras el Frente para la Victoria garantizaba la “gobernabilidad”, habilitando el pacto buitre en el Senado, los trabajadores y jóvenes asumimos la pelea contra la política ajustadora. El Frente de Izquierda fue la única fuerza política que impulsó estas luchas de forma consecuente.


 


El “protocolo” con el que pretenden contener la movilización todavía no pudo ser aplicado. La política represiva apunta especialmente contra la juventud -como se ve con la nueva atribución de la Policía para pedir el DNI-, y no es casualidad. La década pasada “ganó” para nosotros un nivel de precarización laboral sin precedentes, lo que ahora da lugar a despidos masivos. En el pasado la organización contra la precarización ya dio lugar a grandes luchas como la de Mariano Ferreyra, nuestro compañero asesinado por una patota sindical vinculada con el kirchnerismo. El reciente otorgamiento de la domiciliaria para Pedraza es parte del nuevo entendimiento de Macri con la burocracia sindical, en la cual el gobierno busca un punto de apoyo para regimentar a los trabajadores. Mariano es el emblema de la nueva generación obrera que pelea por expulsar a esta burocracia y recuperar los sindicatos como organizaciones de lucha. Es una causa que está más vigente que nunca y por eso el Congreso Nacional de la UJS se movilizará a la nueva “prisión de lujo” de Pedraza en Palermo Chico.


 


Vaciamiento y privatización de la educación


 


Entre los objetivos estratégicos de Macri se encuentra una ofensiva en regla contra la educación pública. El vaciamiento y la privatización son la contracara del objetivo de utilizar los recursos públicos para subsidiar a los capitalistas y la búsqueda de nuevos negocios frente a la crisis económica.


 


Es lo que expresaron Bullrich y todos los ministros de Educación en la “Declaración de Purmamarca” de febrero pasado, que postula la voluntad de “construir sobre lo construido”, una vocación continuista que sólo se explica por la política privatista desarrollada del kirchnerismo. El gobierno pretende nacionalizar su “Instituto de evaluación educativa”, ya implementado en la Ciudad de Buenos Aires. La “evaluación de calidad”, que parte de considerar a la educación como un producto de mercado, apunta a promover una mayor diferenciación, instalando la competencia al interior de la docencia, los “salarios por mérito” y los rankings de escuelas. El relato de la “calidad educativa” debutó en la Ciudad con la liquidación de 150 orientaciones, generalizando una “educación chatarra”. Bajo el eufemismo de “reducir la brecha entre la educación y el mundo del trabajo”, las reformas en curso pretenden proporcionar a las empresas estudiantes como mano de obra gratuita, como ya ocurre en Rosario. La descalificación de la fuerza de trabajo conduce a la descalificación de la propia educación.


 


Los voceros de Cambiemos declararon su hostilidad al ingreso irrestricto y la gratuidad de las carreras universitarias. El nuevo rector radical-macrista de la Universidad de Córdoba, Hugo Juri, prometió “acortar las carreras”, la vieja receta del capital financiero para descalificar a la juventud y someterla a los posgrados pagos. En torno del gobierno se agrupan las corruptas camarillas de Franja Morada y el peronismo de derecha, que sostuvieron sus negocios en colaboración con el kirchnerismo, a fuerza de recursos propios y convenios durante la última década. Como en otros terrenos, el macrismo se vale en la educación de la “herencia K”, que rescató el régimen antidemocrático en las universidades, mantuvo en pie la Ley de Educación Superior del menemismo y profundizó la descentralización –transferencia de colegios a provincias y municipios- que comenzó la dictadura de Videla.


 


América Latina en la crisis mundial


 


América Latina ha entrado de lleno en la crisis mundial. Los países de la región han sido arrastrados al vendaval de la bancarrota capitalista, fuertemente golpeados por la fuga de capitales y la caída de los precios de las materias primas. Asistimos a verdaderas fracturas del Estado y al derrumbe de regímenes políticos. Se abre una crisis de dominación, que plantea a término luchas decisivas de los trabajadores y la creación de situaciones  revolucionarias.


 


La bancarrota capitalista ha puesto al desnudo los límites insalvables de los regímenes nacionalistas y centroizquierdistas de América Latina. Luego de años en el poder estos gobiernos no lograron sacar a nuestro continente de su atraso histórico. Profundizaron la primarización de la economía y la dependencia al capital financiero internacional. Dilapidaron los recursos del continente en el “pago serial” de las deudas externas, bloqueando la posibilidad de una industrialización y un desarrollo independiente de nuestras naciones. Esto vale especialmente para el kirchnerismo, que se propuso “reconstruir a la burguesía nacional” argentina y terminó alimentando los negociados parasitarios de los Lázaro Báez y Cristóbal López y recurriendo a los acuerdos con Chevron y el Club de París. Este proceso, con las diferencias del caso, está presente en Venezuela y Brasil, entre otros.


 


Estos gobiernos ‘nacionales y populares’ fueron el recurso político en América Latina para frenar el período de insurrecciones populares abierto por el fracaso del llamado ‘neoliberalismo’. Los gobiernos derechistas del tipo Macri que han ocupado su lugar deberán probar su capacidad de enfrentar y derrotar a los pueblos. Para cumplir con su objetivo estratégico de descargar la bancarrota capitalista sobre las espaldas de los trabajadores deberán superar su debilidad y falta de arraigo en las masas. Pretenden valerse de las campañas “anticorrupción” siendo que ellos mismos cuentan en su haber denuncias irrefutables sobre corruptelas y negociados.  


 


El derrumbe de los gobiernos ´nacionales y populares´ reabre en un plano superior la disputa por el liderazgo de las masas y la orientación social de los países del continente. La conclusión positiva para atravesar esta transición política es desarrollar una organización socialista de la juventud, en unidad con la clase obrera y las masas campesinas. Rechazamos los golpes derechistas y proimperialistas y denunciamos sus imposturas de ‘trasparencia’, pero no nos solidarizamos políticamente con los gobiernos o formaciones políticas ‘nacionales y populares’ que gobernaron en función de las clases capitalistas nativas y terminan sus días en un cuadro de descomposición política y moral. La situación reclama la defensa de la independencia política de la juventud, lo cual sólo puede ser tal si se plasma en una organización socialista y revolucionaria.


 


El debate en el movimiento de la juventud


 


El ascenso del macrismo y la necesidad de enfrentar su línea de ajuste y destrucción educativa requiere más que nunca defender la independencia política de las organizaciones estudiantiles y de la juventud. La juventud trabajadora y estudiantil debe tener las manos libres para dar esta pelea, y no tenerlas atadas por intereses capitalistas de los cuales son subsidiarios los llamados opositores nacionales y populares. Existen agrupaciones y fuerzas políticas que actúan en el seno del movimiento de lucha de la juventud que postulan la política de un “frente único” con el kirchnerismo para enfrentar al macrismo. No se percatan, sin embargo, que es el kirchnerismo y el FpV quienes han votado el pacto con los fondos buitres y que son sus gobernadores los que aplican el ajuste de Macri en las provincias. 


 


Esta caracterización debe ser extendida al camporismo, que gobierna Santa Cruz con Alicia Kirchner, pretendiendo imponer paritarias del 10% a docentes y empleados públicos, para lo cual recurren incluso a la represión policial. El camporismo creció como fuerza para-estatal, es decir, de defensa del status quo. Gobernó con los Stiuso y Milani, y en su nombre aprobó la ley anti-terrorista. Coparon rápidamente el gobierno de las universidades, aliándose con las camarillas corruptas y reaccionarias ligadas a la Franja Morada. Desde ese lugar sabotearon las luchas de la juventud, así como las organizaciones conquistadas al calor de grandes luchas, como la Federación Universitaria de Buenos Aires.


 


La Unión de Juventudes por el Socialismo-PO, que ha sido parte de estos grandes procesos de lucha, declara que su estrategia es la independencia política de la juventud en unidad con los trabajadores, es decir una estrategia socialista. Sobre la base de esta independencia política propiciamos el frente único con todas las organizaciones para luchar por la conquista de las reivindicaciones contra el gobierno y la clase capitalista. El frente único de lucha está en las antípodas de la colaboración de clases con las expresiones políticas defensoras del orden social capitalista, entre ellas el camporismo en retroceso.


 


Llamamos a una campaña en defensa de la independencia política de las organizaciones estudiantiles, lo cual implica defender a la Fuba del boicot de Franja Morada y La Cámpora y transformarla en el eje vertebrador de un plan de lucha nacional, que permita superar el papel desorganizador de la federación nacional.  Llamamos a recuperar los centros de estudiantes y las federaciones estudiantiles regionales y transformarlas en impulsoras de la lucha de clases contra el capital en unidad con los trabajadores.


 


Abramos una perspectiva


 


Desde el Cordobazo a esta parte, los jóvenes y trabajadores de nuestro país recorrimos numerosas experiencias de lucha por nuestra independencia política. El Partido Obrero y el Frente de Izquierda contribuyeron en la última etapa a forjar un polo de reagrupamiento político de los explotados. El Congreso Nacional de la UJS convoca a reforzar esta perspectiva, oponiéndole al régimen ajustador de Macri y los gobernadores una alternativa socialista de la juventud, la izquierda y todos los que vivimos de nuestro trabajo.


 


Sólo un gobierno de trabajadores será capaz de romper los lazos de sometimiento con el capital financiero internacional, y concentrar los ahorros del país para aplicarlos a un plan de desarrollo nacional que priorice las necesidades populares. Es la única vía de futuro para la juventud, que garantice el acceso al trabajo, la educación, la vivienda y la cultura. El Congreso Nacional de la UJS llama a desarrollar esta gran tarea que dejó pendiente el Cordobazo: hacer de la unidad obrera-estudiantil una poderosa palanca de transformación social. ¡Vamos por una organización socialista y revolucionaria de la juventud. ¡Manos a la obra!