A partir de la gran movilización del 26 de febrero, al cumplirse dos años del asesinato de Paulina Lebbos, se han extendido y masificado los conflictos; incluso se formó una coordinación elemental entre diferentes fuerzas políticas, sociales, estudiantiles y de derechos humanos que impulsan los reclamos.
La lucha contra el aumento del cospel desató una represión brutal contra los manifestantes que concurrieron al Concejo a repudiar el aumento. Dos días después unos 300 manifestantes tomaron el Municipio y en la facultades comenzaron a formarse comisiones de lucha que empadronan a los estudiantes para luchar por el boleto estudiantil.
Los jubilados convocaron para el 12 de marzo a una "marcha del luto" en repudio a la política del gobierno que desconoce el 82% y la movilidad. Esa jornada, reunió a unos 1.000 manifestantes y coincidió con la jornada piquetera nacional. Los jubilados han ratificado autoconvocarse todos los miércoles.
Los viernes vienen realizándose las denominadas "Marchas en Defensa del Patrimonio", que han obligado al gobierno a recular y volver a incluir como "propiedades protegidas" a algunos inmuebles de valor arquitectónico e histórico que pretendía vender. Como el recule del gobierno sólo ha sido parcial, los organizadores han ratificado que van a continuar las marchas.
Han vuelto a cobrar bríos las marchas de los martes de la Comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad, entre otros motivos porque nuevos casos de crímenes impunes han engrosado la larga lista de casos que reclaman su esclarecimiento y el juicio y castigo.

Lucha de camarillas

Esta reacción popular se produce mientras se intensifica la lucha de camarillas dentro las del oficialismo. Una muestra fue el fiasco de la designación del bussista Sassi Colombres en la corte provincial; su pliego – impulsado por Alperovich y respaldado en la Legislatura- se cayó por las denuncias de los organismos de derechos humanos. Los medios sostienen que el veto provino del gobierno nacional, lo que es una impostura. Sassi Colombres venía actuando como fiscal de Estado; el gobierno está lleno de asesores bussistas (Malmierca, Baillo, etc.); buena parte de los grupos acoplados a la camarilla de Alperovich provienen del bussismo y siguen reivindicando el pasado del genocida sin que ello haya sido cuestionado por el gobierno nacional.

Oposición trucha

La oposición patronal navega buscando algún salvavidas del oficialismo. Por eso los legisladores Cano (UCR), Jerez, Bussi, y hasta los que no tienen cargos parlamentarios como Parajón o Paez (de la Democracia Cristiana), han reclamado la apertura de un "diálogo institucional".
Recientemente, el gobierno sumó a su bancada legislativa al radical Palina (que había integrado las listas del lavagnismo) y que ocupa la secretaría general de la Fotia.

Coordinar y profundizar los reclamos

Las iniciativas de lucha y todos los procesos de organización abren la perspectiva de una pelea de conjunto.

Daniel Blanco