De Plinio de Arruda
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Estimado Osvaldo:
He recibido con gran tristeza la noticia de la muerte de Pablo Rieznik. Lo conocí a comienzos de los años '80. Durante años, hemos sido colegas del departamento de la PUC-SP y compañeros de trabajo en Cebrap. De él fue que oí la primera crítica a la teoría de la dependencia de Fernando Henrique Cardoso. Después de su regreso a la Argentina, lo encontré un par de veces en los debates y la cena en la casa de Ildo Sauer. Siempre lúcido y con buen humor. Nuestros encuentros fueron siempre intensos ya que, a pesar de la distancia, siempre reconocimos la convergencia de nuestros ideales. Jamás abandonó su pasión revolucionaria ni se desalentó ante la adversidad. Lo echaremos mucho de menos. Le pido que transmita a las familias y compañeros un sentido abrazo de condolencia.