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14/7/2005|908

Defienden a las AFJP

Que Izquierda Unida se pronuncie

El Banco Credicoop y el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos han largado una verdadera campaña en defensa de la Jubilación Privada, como lo ponen en evidencia dos artículos publicados en la revista Realidad Económica. Esto ocurre cuando la prensa informa que más del 60% de los fondos acumulados por los trabajadores en las AFJP se encuentra inmovilizado en títulos del Estado, incluidos los intereses que van devengando. Estamos ante el reconocimiento de que los aportes de los afiliados han sido confiscados y que el dinero para las jubilaciones sale de los aportes que los afiliados han hecho luego del ‘default’.


La campaña en defensa de la jubilación privada tiene lugar cuando los trabajadores van tomando conciencia de la realidad del despojo al que se encuentran sometidos.


A pesar de su filiación izquierdista y comunista, los ‘sponsors’ de la campaña no reclaman la expropiación de las AFJP, ni un sistema previsional público que pague a los jubilados el 82% móvil del salario de los obreros en actividad. Mucho menos financiar la jubilación con aportes patronales, como ocurre con cualquier salario —y la jubilación es eso. Al revés, coinciden con los grandes banqueros en que el sistema privado es una respuesta adecuada a la realidad social presente.


Realidad Económica publicó dos artículos que desarrollan esta campaña. El primero, de Eduardo Kanevsky (gerente general de la AFJP Previsol, que preside Carlos Heller, de IU y del Encuentro de Rosario), lleva el sugestivo título “Después del Canje, la reforma previsional”. La nota de Kanevsky reitera el apoyo a la renegociación usuraria de la deuda externa por parte de Lavagna y al salvataje que ella significó para el negocio en las AFJP; también se despacha con un planteo reaccionario y perjudicial para los trabajadores, en particular para los docentes. El segundo artículo, del investigador Mariano Nino, apunta a separar las críticas que se hacen a las AFJP de un cuestionamiento al sistema privado de jubilación.


Kanevsky asegura, para mayores esclarecimientos, que “el actual sistema previsional, que combina un régimen de reparto con uno de capitalización, parece el más adecuado a las características presentes de la actividad laboral en la Argentina (alta informalidad, mucha evasión impositiva y previsional, salarios ‘en negro’, etc.) (…)”; añade, sin embargo, que “sería importante introducirle cambios que le impriman más solidaridad, equidad, y aumenten la proporción de trabajadores cubiertos”. Kanevsky quiere emparchar el régimen jubilatorio actual, que se ha revelado un fracaso y una estafa contra los trabajadores. No puede superar la contradicción que resulta del hecho de que la alta informalidad, la desocupación y los salarios ‘en negro’ son tan necesarios al capitalismo como la existencia de un régimen de jubilación privado.


¡Kanevsky se enoja, como vulgar patrón del negocio, porque los aportes de los trabajadores a las AFJP se redujeron del 11% al 7%! Por eso “sostenemos —dice— que a la brevedad se deben introducir cambios que recojan las opiniones críticas más urgentes que se han escuchado todos estos años…”, o sea subir el aporte al 11%; Kanevsky quiere reducir aún más el salario presente de los trabajadores. Es precisamente lo que han comenzado a hacer Kirchner-Lavagna al subir al 13% (11% más 2% adicional) el descuento jubilatorio a los docentes e investigadores científicos.


Pero Kanevsky se pone a la derecha de los nombrados y acusa a “la nueva y trascendente modificación del régimen jubilatorio de los docentes” de “apresuramiento legislativo y falta de discusión pública acerca del tema, aun cuando el reclamo del 82% móvil y la reducción de la edad de las jubilaciones de los docentes constituyan reivindicaciones históricas del gremio y que a partir de ahora tienen posibilidades de concretarse”. El hombre de Izquierda Unida se revela más defensor del superávit fiscal que los mandamases del país, seguramente porque de ese superávit depende la cotización de la deuda pública que Previsol tiene en su cartera. Kanevsky oculta que los docentes no recibirán ninguna clase de 82%, toda vez que es calculado sobre el salario básico, que es un 40% del que cobran los maestros, y no es móvil, o sea, el haber del docente jubilado queda congelado como el resto de las jubilaciones. Tampoco es cierto que el gobierno se apresuró en reponer el sistema del 82%, porque nunca estuvo derogado, simplemente dejó de ser aplicado ilegalmente desde 1994. Pero Kirchner, contra lo que dice Kanevsky, repone el régimen legalmente vigente en forma mutilada. Kanevsky arremete contra la posibilidad de que los docentes se jubilen, a los 57 años las mujeres y a los 60 los hombres, porque su objetivo, como el de todas las AFJP, es aumentar la edad jubilatoria a 68 años.


Aunque Kanevsky advierte que habrá que cuidar el uso de los fondos previsionales “para evitar que se destinen a fines especulativos o superfluos”, a renglón seguido dice, con un caradurismo que incluso sorprende, que “los fondos, que son de largo plazo, deberán servir, en primer lugar, para refinanciar la enorme deuda pública subsistente”, o sea destinarlos a fines especulativos y superfluos. El banquero que lidera la corriente que propugna que IU se corra “al centro” propone aumentar el descuento jubilatorio a los trabajadores para financiar la compra de bonos del Estado y dice que esto debe permitirle al Estado reciclar la deuda, que es objetivamente impagable de otro modo. Kanevsky expone sin escrúpulos la línea del patrón del negocio. A todo lo que se atreve el gerente es a reclamar que ningún pulpo previsional pueda controlar más del 10% del mercado —algo que es un piadoso encubrimiento de su posición y una defensa de su propio boliche, más pequeño que el de sus rivales.


La segunda nota, de Mariano Nino, es crítica. Pone de manifiesto las comisiones abultadas que las AFJP cobran a los trabajadores (lo que Kanevsky no propuso ‘reformar’), la naturaleza financiera del negocio, la responsabilidad de las AFJP en el crecimiento de la deuda y en el achique de la cobertura previsional. Nino no deja lugar a dudas: dice que “la caída del modelo privatizador en seguridad social y el relativo consenso existente sobre la presencia de una crisis terminal del actual sistema previsional plantean la existencia de un nuevo espacio de accionar en el cual es posible desarrollar nuevas estrategias” (subrayado nuestro). El autor no explicita esas “nuevas estrategias” pero fija claramente sus límites: “No supone necesariamente retornar al anterior sistema de reparto administrado únicamente por el Estado, ni tampoco eliminar de cuajo las modificaciones introducidas en las sucesivas reformas desde 1993”. O sea, mantener el sistema, lo que equivale a rescatarlo de su “crisis terminal”. Con este planteo se caen las críticas a las comisiones que cobran los banqueros y también la que señala que la privatización no resolvió sino que agravó la desprotección previsional. En definitiva, los ocho millones de trabajadores que no podrán acogerse a una jubilación deberán aceptar la ‘pensión graciable’ que proponen desde el Banco Mundial a Carrió, que no pasa de los 200 pesos al mes.


El programa frente a las AFJP, o sea, a la confiscación salarial permanente por parte de los grandes pulpos, es la ‘madre de todos los programas’. Los patrones y teóricos que se escudan en el partido comunista y el Encuentro de Rosario defienden a muerte el ‘modelo neoliberal’. ¿Cuando el MST dice que a un frente de izquierda lo define su programa, incluye la expropiación de las AFJP? Téngase la seguridad de que ningún ‘antiimperialista’ del ‘frentismo amplio’ planteará la lucha contra el corazón de la expoliación financiera de Argentina. La AFJP es la rueda maestra del giro eterno de la deuda externa. ¿Sí o no, Cafiero?