Partido

31/5/2012|1224

“El ascenso de la izquierda” en la Universidad de General Sarmiento

Mauro T.

El 24 de mayo se realizó la presentación del libro El ascenso de la izquierda en la UNGS, con la asistencia del rector de la universidad, Eduardo Rinesi. En una sala colmada con más de 160 personas, se produjo un vigoroso contrapunto de posiciones.


Eduardo Rinesi, militante kirchnerista, sostuvo, en la apertura, que el libro fue escrito desde el 'purismo' que se sabe dueño de la verdad histórica y de lo que es mejor para la defensa de los intereses de los trabajadores. Hizo una metódica cita del texto para apuntalar sus observaciones. Altamira y el PO, aseguró, no logran comprender la humanidad contradictoria de las personas y, por eso, condenan a los intelectuales que defienden al gobierno, quienes reivindican políticas como el matrimonio igualitario mientras critican, al mismo tiempo, medidas oficiales como la concentración del monocultivo de la soja por parte de pools de siembra. No trepidó en reivindicar un planteo de Carta Abierta que empareja la política agraria de CFK con la campaña del desierto de Roca.


El 54 por ciento de los votos obtenidos por el kirchnerismo, insistió Rinesi, se entiende a partir de estas contradicciones, en la que los votantes se sienten contenidos o comprendidos, en oposición a la izquierda histórica que Altamira y el Partido Obrero reclaman para ellos. Finalmente, Rinesi defendió el 'modelo de Estado' y la política de subsidios del kirchnerismo, porque la del Estado -enfatizó- es colmada por el mercado, quien organiza la producción y asigna los recursos. Rinesi también arremetió contra el desprecio de Altamira por lo que él califica como 'mal menor', lo cual sería una forma de negar los progresos concretos.


Altamira saludó la pasión que el libro había suscitado en Rinesi, pero de entrada respondió que Rinesi lo había leído desde el prejuicio. Los marxistas, planteó Altamira, no son dueños de nada y menos de la verdad, simplemente se empeñan en buscarla por medio de la investigación y de la experiencia práctica. Es así como advirtieron la inminencia de la 'bancarrota capitalista'. Los intelectuales -agregó- sustituyen la investigación y la práctica por la narrativa o relato. Cuando concilian matrimonio igualitario y expulsión de campesinos no son dialécticos, sino que hacen un culto de la ambigüedad, legitimando incluso al roquismo (concluido el debate, Altamira nos señaló que Roca aprobó el matrimonio civil).


Otra observación de Altamira fue lo que llamó la "dialéctica del mal menor", que de ningún modo consiste en subestimar la necesidad de lucha contra el 'mal mayor' (fascismo, dictaduras, golpes, privatizaciones, etc.), sino de no convertirlo en un pretexto para abandonar objetivos históricos. La 'dialéctica del mal menor' -destacó- consiste en buscar el aplastamiento del 'mal mayor', no para quedarse con el 'mal menor' o conciliar con él, sino para despejar el terreno o facilitar las cosas para la tarea estratégica de la revolución social. Altamira dio numerosos ejemplos de esta política en el curso del medio siglo de actividad partidaria.


Al enojo de Rinesi por la costumbre del PO de atribuir las ideas de los K a la conveniencia de una posición privilegiada en el Estado, Altamira se limitó a indicar lo ocurrido con la discusión de dietas parlamentarias, las que fueron llevadas -dijo- "a 30 mil o 45 mil pesos".


Altamira recordó que el PO caracterizó la crisis terminal del modelo K en el mismo momento en que obtuvo el 54 por ciento de los votos como una expresión electoral de bonapartismo tardío. La verdad no la dan las urnas, sino la historia -concluyó en este punto.


A la afirmación de que la ausencia del Estado es llenada por el mercado, Altamira señaló el entrelazamiento del mercado con el Estado, que lo organiza y regula, en defensa de la propiedad privada de los protagonistas del mercado. No es cierto -insistió- que los subsidios K a la energía y al transporte sean un sustituto ventajoso del mercado por el Estado, porque esos subsidios sirven para reducir el precio de la fuerza de trabajo que paga el patrón al obrero.


La media hora de la exposición de Altamira finalizó con el señalamiento de que el planteo del libro ("el ascenso de la izquierda en el marco de la bancarrota capitalista") ha tenido verificación en la realidad. La bancarrota capitalista ha ingresado en su sexto año y es la más aguda históricamente: se observa una agudización de las contradicciones de clases y las movilizaciones de desocupados, indignados y sindicatos por toda Europa. En Grecia se ha producido un ascenso electoral de la izquierda espectacular. En Argentina, estamos empeñados -dijo- en explotar el derrumbe del 'modelo' para lo mismo -el ascenso revolucionario de la izquierda. Sobre esta base se entienden elecciones como las de gráficos y de la Alimentación, así como el desarrollo de la juventud luchadora. Sobre esta base se comprende el ascenso de la izquierda.


El ascenso de la izquierda en la UNGS


La enorme concurrencia a la presentación del libro se comprende como parte del desarrollo de la izquierda y del Yunque-UJS en la UNGS, que al calor de la campaña del Frente de Izquierda conquistó un lugar de referencia política para una enorme cantidad de estudiantes, quienes comprenden la necesidad de una organización independiente de la gestión. Frente a la alianza entre la gestión de la UNGS y la actual conducción del Centro, la agrupación La Mecha, somos muchos los estudiantes que nos hemos organizado y movilizado contra una reforma curricular que no resuelve los problemas que han llevado a la UNGS a ser la universidad con la mayor tasa de deserción y la menor tasa de graduación del país.