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7/7/2007|894

El Papa que salvo a Videla y Pinochet


Los argentinos y los chilenos están absolutamente convencidos de que una mediación papal salvó la paz entre ambos pueblos. En todo caso habría sido la paz de los cementerios, porque en 1979 Pinochet y Videla se repartían el gobierno a cada lado de los Andes. Una guerra por el canal de Beagle habría sido una catástrofe política para ambas dictaduras, una suerte de Malvinas anticipada al cuadrado. Por eso el gobierno de Estados Unidos, cajero de ambas dictaduras, había puesto el veto al conflicto. Desde Política Obrera habíamos asegurado que no podía haber una guerra y que no la habría, y que toda la mediación papal apuntaba a defender a los dos gobiernos criminales. Nuestra consigna no fue la paz sino la confraternización de los trabajadores de Chile y Argentina, y el derrocamiento de Videla y Pinochet. El nuncio vaticano en aquel entonces en Santiago era el cardenal Sodano, luego “canciller” de Karol Wojtyla.