La actividad agropecuaria aporta entre el 12 y el 15% del PBG (producto bruto geográfico) de Córdoba; "el campo" produce bienes por unos 11 mil millones de pesos. Según un informe del SIJP (Servicio Integrado de Jubilaciones y Pensiones), "los trabajadores perciben alrededor del 4% del producto" (La Mañana de Córdoba, 20/4). Según el mismo informe, el salario bruto promedio del trabajador rural es de 1.247 pesos mensuales; ese dato es obtenido sobre la base de los trabajadores declarados, o sea en blanco, que suman 29 mil. El diario reconoce que los trabajadores en negro "sobrepasan el 50%". Allí el salario es muy inferior al promedio, sobre todo si se considera el trabajo a destajo o por "producción", o el trabajo infantil que abunda en toda la provincia.

La Voz del Interior del mismo día cuenta la situación en Santa Rita, "un pueblo pobre en el paraíso de la soja", donde no hay agua ni médicos, pero sí conocen los rigores de las inundaciones, porque "los dueños de los campos cerraban las entradas de agua a sus potreros impidiendo el curso natural que rompe sus tierras". El pueblo está a pocos kilómetros del "Imperio", Río Cuarto, en medio de miles hectáreas de soja. La mayoría de los trabajadores del poblado son changarines en el campo.

En mayo del año pasado, ocho personas (entre ellos dos bebés, adolescentes y "mayores" de sólo 22 años) murieron calcinadas en el vagón que tenían por vivienda. Eran trabajadores golondrina. En Villa Valeria la hectárea se cotiza como mínimo a 3.500 dólares, pero tributan por 200.

Eduardo Salas