Partido

27/3/2017

Francisco Obregón, obrero revolucionario

La despedida de Daniel Blanco.


Ayer recibí la triste noticia. Se murió Francisco Obregon, el "gordo" Francisco. Con él tuve un último contacto vía Facebook hace un tiempo, donde recordamos viejos tiempos y a viejos compañeros.


 


A Francisco lo conocí cuando se incorporó a la célula metalúrgica en lo que en aquel entonces era la Zona Oeste de Política Obrera, una zona inmensa que abarca todo el distrito de Morón, todos los demás distritos que iban hasta Moreno, y toda La Matanza.


 


El territorio era inmenso, yo era el responsable político de ese comité regional. La célula metalúrgica que comenzó con un puñado de compañeros (Manuel-Siam, Julio y Guillermo en Yelmo, y Francisco de Roura Lametal). Para 1975, cuando se pusieron en pie en forma generalizadas las coordinadoras interfabriles durante y luego de la gran huelga de junio-julio del 75, nuestro desarrollo se había triplicado. Ya dirigíamos la fábrica Terma, con Carlos y Cachito, teníamos compañeros en Martin Amato-Indiel y un proceso abierto de discusión con la vanguardia de esa fábrica, Tomasín, Sosa, y otros que habían formado el POI (Partido Obrero Independiente) y dirigían un comité de fábrica que había impuesto en los hechos una suerte de control obrero. En Yelmo, ya éramos una célula de 10 compañeros. Se había sumado el flaco Martín, el Uruguayo, Carnero, Guardia, y otros. Teníamos más compañeros en Siam y nuevos compañeros en la Cantábrica y en otras plantas en otros distritos de la zona oeste.


 


En todo este proceso, la comisión interna de Roura tenía un vocero agitador, un hermano (o hermanastro de Francisco), pero el cerebro de esa comisión interna clasista era Francisco. Los demás eran grandes luchadores, Francisco oficiaba de gran luchador pero también de estratega, una combinación que lo hacía un gran revolucionario. Francisco se murió y hasta la última conversación por el face, mantenía intactas sus convicciones de la necesidad de construir al Partido Obrero.


 


Francisco vivió en plenitud revolucionaria una época que las nuevas generaciones aún deben estudiar más en profundidad y aprender de la conducta de un obrero revolucionario


 


No pude ir a su velorio por la distancia. No puedo dejar de ponerme triste a pesar que siempre se dice que a los revolucionario no se los llora sino que se los emula sosteniendo sus bandera; pero en mi caso lo lloro y, como cuando compartíamos las reuniones y las grandes jornadas de luchas, de aquel período y nos jurábamos seguir la lucha y desarrollar la Política Obrera, hoy en su honor sólo digo: viva el Partido Obrero, honor al gran obrero revolucionario Francisco Obregón.