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11/12/2014|1344

Hace 40 años la Triple A asesinaba a Fischer y Bufano


Jorge Fischer y Miguel Bufano comenzaron a militar en la Tendencia Estudiantil Socialista Revolucionaria (TERS), agrupación estudiantil de Política Obrera, en 1969 y 1970, respectivamente. En 1972, Jorge ingresa a la fábrica Miluz, donde en un año se convierte en delegado general; poco después ingresa Bufano. Los trabajadores ocupan la planta y deciden importantes medidas de lucha en pos de mejores condiciones de trabajo y salubridad. Votan integrar, junto a activistas de otras fábricas del gremio de la pintura, una lista de oposición a la burocracia de Zambeletti (que hoy, cuatro décadas después, sigue conduciendo el gremio) y la Coordinadora de la zona norte. También es votada en asamblea la participación en el plenario antiburocrático que se realiza en Villa Constitución en apoyo al Villazo, protagonizado por los obreros de Acindar, Metcon y Marathon, mediante el cual 17.000 trabajadores defendían a la dirección que habían elegido en la UOM local, desconocida por Lorenzo Miguel.


 


En abril de 1974, Jorge plantea en el plenario de Villa Constitución la formación de una Coordinadora nacional clasista, rechazada por Tosco, Salamanca y Piccinini por ‘prematura’. Se trata, en realidad, de no establecer una oposición obrera declarada al gobierno peronista, quien dos meses antes había promovido un golpe policial en Córdoba para intervenir luego la provincia.


 


El secretario de Seguridad del gobierno, Juan Licastro, pide inmediatamente el listado de los participantes. Es el primer paso de lo que se convertirá, más tarde, en la militarización del Paraná -desde Ramallo a San Lorenzo (provincia de Santa Fe).


 


Para enfrentar al clasismo, la burocracia de Zambeletti hace entrar a la fábrica a varios provocadores, que forman una agrupación y largan una campaña macartista que no logra eco entre los obreros de Miluz. En esos meses, también se lanza una escalada represiva contra Villa Constitución y es despedida la interna de Panam (en la Panamericana).


 


En este marco, la convocatoria, por parte de Perón, a un acto en Plaza de Mayo el 12 de junio de 1974 al mediodía, dos semanas antes de su fallecimiento, plantea una encrucijada en la fábrica. Perón buscaba reposicionarse luego de la ruptura con la Juventud Peronista, el 1° de Mayo precedente. Zambeletti ve la ocasión para golpear al clasismo en términos políticos. Luego de una aguda deliberación en Política Obrera, se desecha esquivar el desafío con un planteo de libre elección para salir o no a la Plaza. Una extensa declaración, que denuncia la política antiobrera del gobierno y llama a no concurrir, es discutida por las asambleas de ocho secciones. Por 7 a 1, la fábrica vota no ir. Hasta ese momento, era el único caso de confrontación política consecuente con el gobierno peronista. El gobierno zanjará esa confrontación por medio de la Triple A. Trece meses más tarde, se desatará la huelga más importante del movimiento obrero argentino desde la del Frigorífico Lisandro de la Torre, que había tenido lugar en enero de 1959: se trata de la huelga contra el rodrigazo, que forzará el apartamiento de López Rega. En Villa y en Miluz y la zona norte, Jorge Fischer y Política Obrera habían sido sus precursores. El golpe militar del ’76 será el acto final de la ofensiva desatada contra los Fischer y Bufano de toda la clase obrera de Argentina.


 


En octubre del ’74, un operativo comando confunde al padre con Jorge y lo secuestra; se vota el ingreso a la semi-clandestinidad. La patronal confronta esta decisión, el 13 de diciembre, al citar a ambos para un reconocimiento médico. Afuera, la policía de Martelli, alertada por los vecinos, identifica a personas armadas, pero las deja en libertad de acción. Los compañeros son secuestrados en un colectivo, a la salida, aún cuando se encuentran acompañados por varios trabajadores. Dos días después, aparecieron en un basural de Avellaneda acribillados a balazos. Fue multitudinaria la participación de militantes políticos y compañeros de Miluz en el velorio de los primeros obreros asesinados por la Triple A.


 


Dos meses después fue asesinado Héctor Noriega, el reemplazante de Jorge Fischer como delegado general. Noriega era un compañero peronista que se había volcado hacia los delegados clasistas de la interna, a partir precisamente de su apoyo al boicot al acto de Perón.


 


Cuarenta años después, hay una causa abierta contra la Triple A, en la cual somos querellantes. Pero sólo hay siete detenidos presuntos o con prisión domiciliaria del organigrama de la Triple A. La causa no incrimina a la burocracia sindical, partícipe principal en los asesinatos, ni a Isabel Perón, ni siquiera menciona a Perón, el responsable político de la creación de la Triple A.


 


Va mi recuerdo afectuoso y revolucionario a Jorge Fischer, mi esposo, y a Miguel Angel Bufano, gran compañero y amigo.