En la madrugada del domingo 2 de diciembre nos dejó Abelardo Tomé, de sólo 62 años, víctima de un ataque cardíaco en su hogar. Abelardo había sido un obrero metalúrgico de toda la vida cuando fue expulsado del mercado laboral. Pese a contar con más de treinta años de aportes, no podía jubilarse ya que no había llegado a los 65 años. "Viejo" para trabajar y "joven" para jubilarse y sin obra social, la angustia le fue comiendo la salud. Abelardo es una víctima más de un régimen agotado y miserable.

Su casa, un pequeño departamento de los monoblocks del barrio San Isidro, una de las barriadas más importantes del distrito, fue durante años, hasta que pudimos abrir nuestro primer local, el escenario de reuniones de todo tipo y un centro de organización del Polo Obrero y el Partido Obrero.

Todo nuestro apoyo en este duro momento a su familia. En especial a su señora Ana, otra trabajadora y luchadora de la vida, a su hijo Caio y sus hermanos, a su nuera Caia y al pequeño nietito Vladimir.

¡Hasta la victoria, Siempre!