Partido

19/1/2006|931

Hasta siempre, compañera…


El miércoles 11 se nos fue Doña Chicha. Nos tomó por sorpresa porque hasta último momento se mantuvo en la calle luchando junto a los compañeros del Polo y del Partido Obrero.


 


Doña Chicha, como la llamaban todos en el barrio, se caracterizaba por la prolijidad con la que encaraba todas las tareas. Tenía un cuaderno donde anotaba los aportes del Polo, otro cuaderno para la mercadería del comedor de su barrio y otro en el que asentaba el pago del periódico. Con esa transparencia se manejaba a donde quiera que iba, y reclamaba —con justa razón— cuando las cosas no se hacían de esa manera. “Cuentas claras…”, decía.


 


En las asambleas y reuniones de Parque Liceo (barrio en el que vivía) era la primera en destacar la importancia de las movilizaciones y los cortes de ruta, y lo demostraba con su presencia en cada una de ellas (excepto “si hay que caminar demasiado”, pues su cuerpo ya no la acompañaba).


 


Responsable como pocas, asistía a toda actividad a la que se comprometía. Así, estaba con la prensa en la puerta de fábrica o en una plaza, organizando bingos para recaudar el dinero siempre necesario… Doña Chicha era ejemplo entre sus compañeros.


 


Compañera: los que militamos a tu lado, tu familia y tus amigos te recordaremos siempre con mucho cariño.


 


¡Hasta siempre, hasta la victoria!