El jueves 9 de septiembre, a los 62 años, falleció el compañero Raúl Albornoz. Nada hacía prever este desenlace, hasta el último día llevó adelante su militancia revolucionaria.

Obrero de toda la vida, se relacionó con Política Obrera en la década del ‘70 en la fábrica Peugeot. Allí dio sus primeros pasos como activista antiburocrático. A partir de entonces, comprendió la necesidad de dar la batalla para construir una herramienta política propia de los trabajadores.

En los años ‘90, participó siendo delegado de la comisión interna de la fábrica Aguila: dio batalla contra el cierre de la planta sosteniendo por más de 30 días -con los mejores métodos de la clase obrera: piquetes, cortes y movilizaciones- la carpa del aguante, por la reapertura de la planta y la reincorporación de todos los trabajadores. De esta lucha surgió un grupo de compañeros que lo acompañaron hasta el final.

Desocupado, en 2003 participó en la recuperación de la fábrica Sasetru. Estuvo en el desalojo y posterior reingreso. Allí sus convicciones y tenacidad para una lucha prolongada fueron un ejemplo para los compañeros, mostraron su temple ante las dificultades para conquistar el derecho al trabajo genuino.

Prestaba particular atención a los artículos económicos, permitiendo elevar la discusión y, con el aporte de sus lecturas, enriquecía y daba elementos para el debate. Hasta el último día de su vida sostuvo un núcleo partidario, manteniendo una agitación política en las barriadas que circundan Sasetru.

A los familiares, nuestra condolencias. A Raúl, de Aguila; a Raúl, de Sasetru; a Raúl, de Avellaneda, ¡hasta siempre, compañero!