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30/11/2006|974

Hospital Francés

¿DÓNDE ESTAMOS PARADOS?

Al ir a cobrar sus sueldos, los compañeros del Francés se han encontrado con más de una sorpresa. En primer lugar, el 70 por ciento a que ha quedado reducido el sueldo, ha terminado siendo una suma aún menor, esto al calcularse sobre el neto y no sobre el bruto. En segundo lugar, se desconocen vacaciones y aguinaldos. Bajo esas condiciones, el ingreso de bolsillo apenas asciende a la mitad de los ingresos normales.

Pero lo más importante es que quien asume el pago es el Ministerio de Trabajo en calidad de un subsidio de “ayuda a empresas en crisis” (como consta en el recibo que ha sido entregado a cada trabajador). La Sociedad Filantrópica desaparece del mapa, hasta en calidad de empleadora. Si el Estado se hace cargo de los sueldos y pone los insumos, ¿por qué no incorpora al Francés a la red pública de hospitales?

Ocurre que los planes del gobierno apuntan en otra dirección. La estatización es incompatible con el proyecto de reprivatización del Hospital. Al dejar de pagar los sueldos y las restantes obligaciones, la Filantrópica ha quedado reducida a una cascarón vacío, a la condición de empresa quebrada, aunque tal condición no haya sido aún consagrada por la Justicia.

En este cuadro, no es exagerado decir que los trabajadores del Francés revisten en calidad de virtuales desempleados. Carecen de aportes jubilatorios y obra social. El gobierno, con toda esta ingeniería que ha orquestado, pretende disimular que la antigua empleadora está en estado de quiebra no declarada. Este enjambre legal es deliberado y funcional a la salida privatista. Al cabo de este plazo de 10 meses fijado por el plan de emergencia, los trabajadores se encontrarán con que no sólo no están en condiciones de cobrar lo adeudado hasta ahora, sino que tampoco percibirán las diferencias que se originen de ahora en más. La deuda salarial está llamada a convertirse en un gran crédito laboral incobrable. Como resultado de los proyectos que se están barajando, la nueva estructura en paralelo que se arme, fideicomiso incluido, quedará desembarazada de sus obligaciones como empleadora. Por lo pronto, el plan sirve para ganar tiempo, mientras se va llevando la labor de desguace y liquidación de puestos de trabajo. En estos últimos meses, alrededor de 300 trabajadores han abandonado el Hospital. Igualmente, los 1.100 que quedan es una cifra muy numerosa para los planes oficiales.

Expuesto todo esto, la conclusión es clara. Impidamos el desguace y la destrucción del Hospital. No al plan de emergencia tramposo. Defendamos la integridad del salario, los puestos de trabajo y el convenio. No a una nueva reprivatización, fuente de un nuevo negociado. Defendamos un Hospital para todos. Por la estatización del Francés bajo control de sus trabajadores y su integración a la red hospitalaria pública.

Los compañeros de enfermería marcan el camino. Plantearon con total justicia que no van a trabajar con estos sueldos miserables.

Adelante, compañeros. ¡Viva la lucha del Francés!

 

Pablo Heller