El lunes 9 de junio, 48 horas después de terminada la Conferencia partidaria de la Capital, comenzó la campaña electoral del Partido Obrero en La Boca. Una pegatina de afiches y volanteos en el radio comprendido por las calles Irala, Suárez y las avenidas Patricios y Martín García culminaron con la instalación de una mesa de propaganda durante cuatro horas en la esquina de Suárez y Patricios el viernes 13 —donde vendimos casi una veintena de prensas— y un acto con casi 60 vecinos, el sábado 14, en la esquina de Irala y Tomás Liberti. La agitación por ese acto incluyó una intensa actividad de timbreo, con volantes y periódicos, para reforzar el contacto personal con el vecindario, de modo de desarrollar la pelea voto por voto, tal como se decidió en la Conferencia.

El sábado 14, presentamos a los precandidatos del barrio y explicamos la plataforma del partido, la necesidad de reconquistar la banca del PO para que los trabajadores tengan en la Legislatura de la burguesía una voz propia y una herramienta de organización y movilización para luchar por sus demandas. Allí se decidió formar comisiones para recorrer los conventillos de la zona y organizar reuniones por patio, darle permanencia hasta la fecha de las elecciones a la mesa de Patricios y Suárez, hacer un acto semanal en distintos puntos del barrio y comenzar una campaña de pintadas hasta que La Boca quede tapada por la propaganda del Partido Obrero.

Al acto se acercaron, además, vecinos desprendidos de la ex Asamblea Piquete Urbano, reagrupados ahora en la organización vecinal de Garay y Piedras. Estos compañeros invitaron a nuestros precandidatos a asistir a sus reuniones para hablar de las propuestas del partido. También acordamos con ellos empezar a discutir la posibilidad de reconstituir la Coordinadora piquetera de La Boca junto con la Asamblea 20 de Diciembre, agrupaciones vecinales diversas —las no controladas por punteros y provocadores— y las organizaciones vinculadas con el Polo Obrero. En principio, se decidió marchar todos juntos al Puente Pueyrredón el 26 de junio, cuando se cumpla un año del asesinato de los compañeros Santillán y Kosteki.

El lugar elegido para nuestro acto de apertura de la campaña barrial fue en sí mismo todo un símbolo. La calle Irala, que da acceso al puerto boquense, está bordeada por un enorme paredón, un “muro de Berlín” que nos han instalado Amalia Fortabat, por un lado, y Almagro Construcciones, por el otro, que nos parte el barrio en dos y nos impide acceder a la avenida Almirante Brown y, por lo tanto, al Hospital Argerich. Más atrás, en la avenida Montes de Oca, hay dos grandes torres cuya “piedra fundamental” fue colocada por Aníbal Ibarra hace un par de años con bombos, platillos y enorme despliegue periodístico. Hoy, esas torres están cubiertas por carteles colocados por los compradores, quienes denuncian que el Banco Río y el Gobierno de la Ciudad no terminan la obra y han estafado a quienes dejaron allí sus ahorros. Esa, dijimos, es la dictadura de la Corporación del Sur.

Mientras tanto, al este, la Corporación Puerto Madero privatiza la costa y se propone no permitirnos siquiera que vayamos a ver el río. Eso hace la mafia de Ibarra, llegado al Gobierno de la Ciudad de la mano de la Alianza y De la Rúa, respaldado ahora por Elisa Carrió y, claro está, por Néstor Kirchner, quien lo considera candidato propio en las elecciones del 24 de agosto. Esa mafia, añadimos, encuentra y encontrará una oposición activa y movilizada en la bancada legislativa del Partido Obrero, que lucha por pan, trabajo, salud, educación y, en fin, por una ciudad para los trabajadores, por un gobierno de comunas, por una Asamblea Constituyente que dé vuelta la ciudad y el país como si fuera un guante.

Por último, empezamos a trabajar en la publicación de un boletín de campaña del PO de La Boca.

Sí, la campaña en La Boca va…