Partido

15/8/2020

La juventud y la lucha por justicia por Mariano Ferreyra

El crimen de Mariano Ferreyra se dio en un contexto de radicalización y movilización de la juventud. Durante los tres meses anteriores al crimen, los secundarios de la Capital impulsaron la toma de más de cincuenta escuelas con eje en el problema edilicio, lo cual se bautizó como un nuevo estudiantazo. Esto se extendió a los secundarios de Formosa y la UNA, la Facultad de Filosofía y Letras y la Facultad de Ciencias Sociales, que también se sumaban al estudiantazo, tomando sus facultades y enfrentando a decanos pertenecientes a Carta Abierta. La lucha llegó a su punto máximo con una asamblea interestudiantil con mil quinientas personas en el subsueldo de Ciencias Médicas de la UBA y cuando los estudiantes de FSOC tomaron el Ministerio de Educación, consiguiendo así el edificio que años después se inauguraría. Como consecuencia del estudiantazo, la UJS venía de ganarle el centro de estudiantes de Farmacia y Bioquímica a una agrupación ligada a las autoridades.

Ese 20 de octubre el asesinato a un joven militante del Partido Obrero, organizador de la Fuba, en la sede Avellaneda, y que había acompañado a trabajadores en su lucha, se sintió como un sacudón. Se trata de alguien que podría haber estado en las tomas de escuelas y facultades, o enfrentándose a la policía en el Ministerio de Educación. Habían matado a uno de nosotros, a uno de los miles y miles que nos movilizamos en todo el país. Fue el asesinato a un amigo, a un hermano, al que la mayoría no habíamos podido conocer. Mariano y el estudiantazo del 2010, una asociación que se alimenta de la cercanía cronológica de los hechos pero que va más allá de eso.

La lucha por justicia como una lucha política

Ese día, quienes nos veníamos movilizando en defensa de la educación pública nos concentramos en Callao y Corrientes como una cita de honor. La elección del Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas, en donde la UJS estaba disputando la dirección, se suspendió para ir al corte y movilización. La bandera de la Fuba fue la primera en estar ahí y a medida que pasaban las horas miles de jóvenes iban llegando a la famosa esquina porteña. Todavía con el sol alumbrando el día, los militantes de la UJS nos agrupamos para realizar el plenario más triste pero también más emocionante que me tocara participar. Además de contarnos los hechos, la dirigencia de la UJS marcó la orientación que teníamos que impulsar: la lucha por justicia como una lucha política, mostrando como la bala que había matado a Mariano era el producto del negociado de la tercerización laboral armado desde la patronal, la burocracia sindical y el Estado. La tarea política era clara: teníamos que lograr que la juventud y trabajadores argentinos supieran que el asesinato de Mariano había sido un crimen contra la clase obrera y que el encarcelamiento a los responsables políticos iba a depender de cuánto se masificara esta lucha. El plenario fue como una suerte de “alivio” entre tanta tristeza. No sabíamos si íbamos a lograr la justicia por nuestro compañero, pero sabíamos que nuestro partido iba a hacer una campaña hasta el cansancio para meter presos a los responsables.

Ese mismo día, el programa oficialista del momento “6,7,8” desarrollaba una línea editorial vergonzosa que manifestaba cual fue la línea original del gobierno frente al caso. El conductor abría el programa planteando que el tema del día era “el enfrentamiento interno entre gremialistas ferroviarios”, en una reedición repugnante de la teoría de los dos demonios. Algunos días después, esta reedición de la teoría de los dos demonios la planteaba CFK que sobre el caso decía que no iba a permitir “que la gente vaya con palos y piedras a las movilizaciones” y que “son los mismos que forzaron la puerta del Pizzurno los otros días” -en referencia a la Fuba.

La juventud militante es la que lucha por el socialismo

Al otro día cien mil personas se movilizaron en todo el país, bajo la convocatoria del Partido Obrero, la Fuba, la AGD-UBA, la CTA y más de doscientas organizaciones. A los dos días, la UJS ganaba el centro de estudiantes de Ciencias Médicas y su recién electo presidente decía “La UJS de Ciencias Médicas levanta en alto las banderas por las cuales peleó Mariano y nuestro primer acto va ser la inauguración del Comedor Estudiantil Mariano Ferreyra”.

A la semana se hizo un acto en el CBC de Avellaneda con más de 500 personas, en la sede donde Mariano era reconocido como militante. Un mes después, 60 mil personas asistieron en Plaza de Mayo al festival de la Fuba . Tocaron entre otros Damas Gratis, Las Manos de Filippi, y Calle 13.

El hecho de que la juventud considerara que Mariano estuvo donde tenía que estar fue clave para que esa lucha se masificara. Estas actividades son solo algunos ejemplos de lo que fue la reacción inmediata de la militancia de lxs compañerxs de Mariano para encarcelar a los responsables de su asesinato, y formaron parte de un movimiento en ascenso que logró que todo el mundo tomara posición por el caso y se sumara al reclamo de justicia. Una campaña intensa que se dio desde el momento en que sucedió el hecho hasta que logramos encarcelar a Pedraza y el resto de la patota.

El Congreso de la UJS, realizado a finales del 2010, convocó mil quinientas personas de todo el país en la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA. La convocatoria con la consigna “la juventud militante es la que lucha por el socialismo” servía de contraste con la organización juvenil oficialista, La Campora, armada desde el Estado y cuyos cursos de formación política eran con… José Pedraza.  Se abría una etapa política en donde la reivindicación de la figura de Mariano como militante revolucionario se contraponía a la del “militante” burócrata, con abultados sueldos en el Estado y en defensa del status quo.

Sigamos la lucha de Mariano Ferreyra

La lucha por el encarcelamiento de Pedraza fue una escuela política para miles de compañerxs. La campaña política fue la llave para superar los intentos de encubrimiento y culpabilización a lxs compañerxs de Mariano. No son pocos los casos en la Argentina en donde los responsables políticos de crímenes hacia la clase obrera quedan impunes, y el encarcelamiento de Pedraza es un hito histórico que marca la orientación política que tiene que tener una organización frente a casos como este.

A diez años del asesinato de Mariano Ferreyra la reivindicación de su militancia revolucionaria es fundamental para continuar su lucha. Los “homenajes” montados en los últimos aniversarios por el kirchnerismo tergiversan su significado. A Mariano no lo mataron “por ser joven”, a Mariano lo mataron por ser un militante revolucionario que se organizó frente a la burocracia sindical y el Estado para apoyar a los trabajadores. En algunos de estos “homenajes” son invitados personajes como Carlos Tomada, quien conspiraba con Pedraza meses después del asesinato para hacer trabajo político sobre los tercerizados, o porque la propia CFK había mencionado como “sindicalismo ejemplar”. La cuestión es evidente porque en la actualidad la lucha de Mariano Ferreyra sigue vigente.

Nuestra campaña a diez años de su muerte no es de carácter conmemorativo, sino que tiene como objetivo continuar la lucha obrera y socialista de Mariano hoy: contra la precarización laboral, la burocracia sindical y para que dejen de gobernar los capitalistas y gobernemos los trabajadores. Para eso seguimos construyendo una juventud revolucionaria junto a los trabajadores en contraposición a una juventud de funcionarios junto a los capitalistas.

¡Mariano Ferreyra, presente, continuaremos tu lucha obrera y socialista!

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