Partido

10/9/2009|1099

La lucha de la salud puede triunfar

La extraordinaria lucha de la salud se ha transformado en un factor de crisis política, pues el gobierno no encuentra los recursos políticos para derrotar la lucha y tampoco está dispuesto a conceder los reclamos. En ese marco, los trabajadores lograron superar la maniobra más importante para hundir la lucha. A través de una activa gestión de la dirigencia del Colegio Médico junto al defensor del Pueblo, armaron una reunión de los autoconvocados con el gobierno con el propósito de quebrar la dirección de la huelga, excluyendo a los delegados combativos. Como moneda de cambio, el gobierno le aumentó la cápita por atención a favor de los médicos que atienden a los afiliados del subsidio de salud, la obra social estatal, la más importante de la provincia.

El plan de entrega de la lucha avanzó en la asamblea general del 31 de agosto, todos los mandatos planteaban profundizar los paros, se terminó votando uno de 48 horas sin concurrencia. Aunque se votó que cualquier negociación se debía hacer al margen de los sindicatos que se oponían a la lucha. Se nombró una comisión negociadora integrada por delegados que venían proponiendo el fin del conflicto y se declaraban favorables a la mediación de la Iglesia y el apoyo del “campo”. Así, el ala sojera de los delegados impusieron su maniobra, pero no por mucho tiempo…

La jornada del miércoles 26 y jueves 27

El miércoles 26, en la primera jornada del paro de 48 horas, y ante más de 5.000 trabajadores, la “comisión negociadora” fue abucheada cuando pasó a leer el acta-acuerdo ad referéndum que acababa de firmar con el ministro de Salud. El gobierno ofrecía un aumento de 20 pesos en la base de cálculos equivalente a un aumento del 8%, el pase a planta de mil transitorios y luego un montón de bla, bla. El gobierno por un momento aparecía retomando la iniciativa al lograr que un sector de los autoconvocados defendiera sus propuestas.

El jueves, en el salón auditorio del Centro de Salud no entraba un alfiler. Eran 600, 700 asistentes, tal vez más. La lectura de los mandatos repudiaba el acta acuerdo y planteaban al paro de 72 horas o la huelga por tiempo indefinido. Los “negociadores” guardaban silencio, mientras la asamblea reventaba en aplausos. La asamblea resolvió una contrapropuesta en algunos casos ampliando los reclamos originales incluyendo el pedido de renuncia del ministro de salud. El lunes 3, una nueva asamblea ratificó el paro de 72 horas y se informó la acción en varios hospitales que corrieron a piquetes de funcionarios que habían concurrido a controlar al personal.

Perspectiva

El gobierno enfrenta un conflicto de alcance provincial y de gran repercusión popular. El desgaste político que está sufriendo es mayúsculo. El conflicto tampoco logra ser capitalizado por la oposición sojera, incluso en algunos hospitales ya han surgido mociones de desmarcarse del campo porque son negreros o patronales. El gobierno ha ratificado al ministro y planteado que no puede dar más que lo ofrecido. Se juega al desgaste o a profundizar el curso represivo.

El de Alperovich es un régimen de camarilla que no puede tolerar una oposición combativa e independiente que pone en crisis a todo el aparato burocrático en los sindicatos y a su propia autoridad. Pero un giro represivo puede transformarse en una aventura que puede desatar una reacción general. En diversos escenarios hay un clima de tensión reivindicativa (jubilados, entre los demás sectores estatales, en la universidad y hasta en los secundarios). La tarea de la hora es: presionar con todo a la CGT y la a la CTA para que llamen a un paro activo y, sin esperar a que los burócratas se decidan, autoconvocar asambleas en todas partes confluyendo con los trabajadores de la salud, por el triunfo de los reclamos de todos.

Daniel Blanco