La salud de los porteños en manos de negociantes
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La crisis hospitalaria en la Ciudad de Buenos Aires se desenvuelve aceleradamente.
A tres meses de su asunción, los planteos del gobierno materia de salud son francamente repudiables.
El anuncio del cierre de los hospitales de salud mental generó una masiva movilización de los trabajadores que llevó a que el gobierno conformara una suerte de "comisión técnica" para replantear la cuestión. Desde ya, no hay que confiarse en estas comisiones. Se impone un estado de asamblea permanente, con autoconvocatorias hasta conquistar los reclamos: hospitales abiertos y en pleno funcionamiento, para todo aquel que los necesite.
En el Hospital Muñiz la situación no da para más. Falta personal, insumos de laboratorio, aparatología y hasta comida. Pudimos ver por TV la decadencia y el abandono de semejante institución. Los gremios, que miden con exactitud sus movimientos (no vaya a ser que se agiten las aguas de la disconformidad entre sus afiliados), lanzaron un plan de lucha. Pero lo levantaron a cambio de nada.
La Maternidad Sardá también hace agua. Sin anestesistas, sin franqueros, sin insumos, los trabajadores se reúnen y discuten…
Las asambleas de médicos y profesionales de distintos hospitales rechazan el acuerdo salarial firmado por sus direcciones gremiales y organizan una marcha a la Jefatura de Gobierno este jueves 24 de abril a las 12 horas. El atraso salarial, las condiciones de trabajo y la perspectiva exigen más organización que nunca. Rompamos con el cepo que imponen las direcciones sindicales vendidas. Por eso vamos con toda la fuerza a reclamar nuestras reivindicaciones, empezando por un salario inicial de 3.500 pesos, el 82% móvil para los haberes jubilatorios, la efectivización de los nombramientos (ya concursados), el pase a planta permanente de todos los contratados y la triplicación del presupuesto de salud.
El 1º de mayo tenemos la oportunidad de hacernos oír. Preparemos una gran presencia de trabajadores de la salud en Plaza de Mayo.
