Llamamiento a los suscriptores de Prensa Obrera
Seguir
Compañero suscriptor:
Las luchas de la clase obrera que están transformando la situación argentina seguramente no lo han tomado desprevenido.
Usted ha podido seguir en Prensa Obrera las causas, los orígenes, el desarrollo y el desenlace de cada una de estas luchas fundamentales y las perspectivas políticas que, cada una de ellas, fue abriendo.
Hoy, toda la prensa habla de los ‘fogoneros’. Pero sólo en Prensa Obrera usted siguió todos los pasos de este movimiento, desde los esforzados intentos iniciales de poner en pie una Coordinadora de Desocupados en Neuquén; las primeras luchas por el subsidio; la manifestación a la Casa de Gobierno por la cual fueron encarcelados Panario y numerosos compañeros por más de un año; el Congreso Provincial de Desocupados y la pueblada de junio del año pasado.
El desarrollo de este proceso político vivo sólo pudo hallarlo en las páginas de Prensa Obrera.
O la lucha de los obreros cordobeses contra el convenio Fiat-Smata. Sólo en Prensa Obrera usted pudo encontrar su denuncia sistemática, las primeras manifestaciones de la resistencia de los trabajadores, la ocupación …
Lo mismo podríamos decir de la lucha de Atlántida o de la lucha por poner en pie una Coordinadora de Estudiantes Secundarios.
En todas estas luchas y procesos de organización, que están cambiando por entero la situación política argentina, Prensa Obrera fue señalando sus alcances y sus perspectivas. Y ha servido, por ello, como una herramienta política revolucionaria a la clase obrera.
Es por todo esto que Prensa Obrera logró algo único: alcanzar las cinco mil suscripciones anuales. Un hecho de profundo contenido, porque no puede haber clase obrera sin conciencia de clase, y ésta es imposible sin una prensa que sea vocero de las luchas y de las opiniones del proletariado, y que generalice sus experiencias y conclusiones más consecuentes.
Compañero, si su suscripción a Prensa Obrera está a punto de expirar, lo invitamos a resuscribirse, en la convicción de que juntos —usted suscriptor, y el Partido Obrero— estamos librando una batalla fundamental: dotar a la clase obrera de una prensa propia.