Partido

21/9/2006|964

Mercosur anti-piquetero

Los tribunales del Mercosur fallaron contra los piquetes de Gualeguaychú y Colón. Con “duras críticas a Argentina” por “permisividad”, por “no haber diligenciado las medidas para evitarlos” y por “violar el tratado de libre circulación” (Clarín , 7/9). Le admite a Argentina la “buena fe”, pero le advierte sobre futuras acciones que repitan la conducta.

La Cancillería uruguaya denunció los cortes de ruta por violentar el Tratado de Asunción que creó el Mercosur. Pero el gobierno frenteamplista fue más lejos al denunciar que en Las Heras, en Chascomús y en los subtes, el gobierno argentino actuó de una manera distinta, mandando la Gendarmería y la Infantería.

De manera que el gobierno que integra el PC uruguayo y que fue votado oportunamente por los integrantes de la ex Izquierda Unida en la Argentina, pasó de la defensa de los monopolios papeleros contaminantes al ataque a la movilización popular y a los piquetes. Quería que se repitiera en Entre Ríos la militarización de Santa Cruz y la represión a los obreros que luchan en la Argentina contra la tercerización y la flexibilidad laboral en Metrovías y contra el vaciamiento patronal en el caso de Chascomús.

Condicionado por la presión popular entrerriana, el gobierno argentino justificó ante los tribunales el “derecho a expresión” de los piquetes para aclarar al otro día, a través de su secretario de Comercio Internacional, Charadía, que “el gobierno siempre defendió los reclamos pero no la metodología” (Clarín, 28/7).

Desde luego, el gobierno siempre estuvo en contra de los cortes de ruta de Gualeguaychú y de Colón, como está en contra de todos los cortes de ruta. Tampoco aceptó decir “No a las papeleras”.

La defensa de la “libertad de expresión” no tiene nada que ver con el piquete. Ni en ese ni en ningún piquete los piqueteros “expresan” sus reclamos, “algo que podrían hacer mediante volantes desde la vera del camino” (La Nación, 28/7). Se trata siempre de una acción directa destinada a arrancar una reivindicación.

Botnia y Ence son un gran piquete contra la vida del río Uruguay y las fuentes de trabajo de miles de personas ejercido por un puñado de conspiradores capitalistas. El piquete de Gualeguaychú es la voluntad popular en acción para imponer el interés colectivo. Se trata de uno de los grandes hechos democráticos desde el Argentinazo, como lo fue la pueblada de Las Heras.

Esto ya lo comprendieron “os piqueteiros” de Foz de Iguazú que cortaron el puente Tancredo Neves recientemente, hasta obtener la suspensión de la tasa migratoria. Otro tanto hicieron en conjunto argentinos y bolivianos de las localidades de Salvador Maza y Pocitos durante nueve días, por el mismo motivo y un precio diferencial del combustible. Antes lo habían hecho los docentes salteños durante su heroica huelga autoconvocada.

La victoria estratégica del piquete no puede ser mayor, se ha impuesto ahora como método de lucha internacional.

Néstor Pitrola