El día 24 de julio, cerca de las 20 horas, falleció a los cincuenta y un años Pablo Liistro. Samuel, como le decían los más cercanos, militó en la década del ’70 como miembro del PRT-ERP y luchó contra de la dictadura defendiendo sus principios de clase.

Sobrevivió al secuestro, la tortura y posterior encarcelamiento. Nunca traiciono sus principios. Educó a su familia dentro de los ideales del marxismo. Los motivó a tener una postura activa y de lucha frente a este sistema explotador. Participó de los cortes y movilizaciones del Polo Obrero.

A pesar de sus divergencias políticas y de método, mostraba abiertamente su respeto y simpatía hacia el Partido Obrero y sus militantes, y les reconocía lo consecuentes que eran con su política.

Mantuvo su postura revolucionaria hasta el final. En sus últimos días, agitó en el hospital donde se encontraba internado volantes del PO en contra de los superpoderes.

“La sangre obrera es lucha y es bandera”. En tus hijos esa lucha seguirá adelante, levantando siempre la bandera de la revolución, para terminar con el hambre, la miseria y la explotación. Ese es el mayor homenaje que se le puede hacer a un luchador.

Un gran abrazo revolucionario, viejo.