Maira Verón, de 12 años, murió luego de ser atropellada por una moto mientras se trasladaba en bicicleta en la ruta a Zelaya. Maira era una niña del Barrio Boggio, uno de los más pobres de Pilar. Su infancia, como la de todos los niños pobres, era difícil, llena de privaciones y golpes.

No fue un mero accidente vial. Un simple lomo de burro y reductor de velocidad (que se instalaron recién luego de la movilización de los vecinos), y una rápida y correcta atención médica le hubieran salvado la vida. Pero, para los pobres de Pilar siempre es tarde.

El policía que acudió al accidente manifestó su desinterés por la suerte de una nena que tenía aspecto de pobre; informó que era un accidente "leve". La persona que la atendió en la ambulancia se mostró molesta por tener que atender "a estos chicos", nadie advirtió que Maira tenía una hemorragia interna. Habiendo vomitado y orinado sangre, fue puesta en una sala solo con suero. Recién dos horas después estudiarla. Fue la hora en que falleció. Tenía el bazo destruido.

Maira es el testimonio más cruel del desprecio por la vida de los pobres en un distrito que chorrea riquezas y lujos en countries y barrios privados. ¿Cuántas Maira más deberán morir en Pilar?

Para el cura que rezó el responso, Maira se había salvado (sic) gracias a su muerte (sic) de caer en la droga, en la prostitución y en otros destinos que, según su parecer, le esperaban a los niños y jóvenes del barrio. Lo mismo que deben pensar el intendente Zúccaro y sus funcionarios que no invierten un peso obras en los barrios miserables y postergados del distrito. Ni en cloacas para la contaminación, ni puentes peatonales, ni cordones, ni veredas, ni bici-sendas, ni semáforos ni asfalto de caminos alternativos a las rutas para ir a la escuela. Que han vaciado la salud pública dejando a su suerte a miles de ciudadanos que no cuentan con obras sociales ni prepagas.

Mientras tanto las fábricas del Parque Industrial violan sistemáticamente las condiciones de seguridad, salubridad e higiene. Los countries compran calles y las cierran con portones, desagotan sus bocas de tormentas en los barrios. En varias calles y rutas la policía deja zonas liberadas para que los "nenes bien" (esos que no son como Maira) puedan correr picadas con sus motos y autos.

Nora Elicabe (Pilar)