Partido

30/1/1997|527

Por un Sindicato de Desocupados

El alto poder de politización del Congreso nos crea a todos los delegados la imperiosa necesidad de crecer políticamente para poder sustentar el programa votado en el VIIIº Congreso. Esto es importantísimo, dado que no son resoluciones sin consenso ni impuestas, sino que un rico debate y una clara posición de saber a dónde vamos y qué queremos, lo que garantiza el acierto de la actitud de los delegados y dirigentes.


En el caso de los desocupados, el hecho de crear nuestro propio sindicato es algo muy viable por el espíritu del movimiento.


En las asambleas donde se planteó el debate, el acuerdo es prácticamente unánime; la discusión se realiza sobre la modalidad y estructura sobre la que se montará el sindicato. Esto demuestra que se intenta crear algo serio y sostenido en el tiempo. Se discute que sea antiburocrático, si consigue la personería o no, si habrá secretarios o comisión de delegados, que sirva para impulsar los congresos provinciales y nacionales de desocupados, y queda de manifiesto en las asambleas la credibilidad de que es realmente una salida para todos los desempleados. La lucha va a ser dura con la burocracia sindical y la burguesía gubernamental. Ante tan grande desafío, los dirigentes y delegados debemos estar preparados políticamente y seguir la dirección de nuestras reivindicaciones, que nos aclara nuestro horizonte revolucionario.


Con motivo de las “fechas” de Navidad y Año Nuevo, la Coordinadora de Desempleados de la Provincia de Córdoba cumplió con una actividad votada en asamblea, de realizar jornadas de empadronamiento en la plaza San Martín, la principal de la ciudad; pero estas jornadas llevaban el nombre de la Semana de la Navidad de los Desempleados, y el motivo principal era la exhibición de un arbolito de Navidad enteramente “miserable”. Un compañero, Carlos Suárez, el gestor de la idea, trajo una rama seca de un árbol y se la ‘adornó’ con una camiseta vieja, un telegrama de despido, zapatillas rotas, una taza rota y todas las consignas reivindicativas y de lucha del movimiento obrero, en general, más las nuestras; se trabajó una alcancía al pie del árbol y durante una semana, todos los días, leíamos la base de principios y charlábamos con la gente, y empadronamos a casi 500 compañeros, sumamos tres activistas más a la Coordinadora y la última jornada cerramos con una olla popular en la plaza. A la misma hora, y en ese mismo lugar, la Municipalidad realizaba un festival de fin de año con números artísticos, conjuntos de todo tipo; nosotros compartimos la olla popular, con 130 porciones, a distintos compañeros que no tenían dónde vivir. Recibimos la adhesión de una familia de turistas que aprobaron la idea y la iban a trasladar a Tucumán, de donde eran ellos. A pesar de haber llevado gacetillas de prensa a todos los medios, no tuvimos ningún apoyo por parte de ellos para la difusión; no obstante, así se generó un hecho político de cierta relevancia, con mucha adhesión por parte de la gente. De esa manera, sale votada en otra asamblea la actividad de una radio abierta todos los viernes en distintos barrios. La Coordinadora en los barrios es la única manera de asegurar la organización de los desempleados. Aprovechamos esta oportunidad para arrimar nuestros deseos de que pasen unas felices fiestas y que el 97 nos encuentre de pie y organizados. Por la unión y organización de los trabajadores desocupados.